Las galletas de jengibre son un clásico durante la época navideña, pero también pueden resultar una divertida opción para Halloween. Con un poco de creatividad, es posible transformar estas deliciosas galletas en aterradores esqueletos, perfectos para compartir en una fiesta o disfrutar en casa con la familia. Su combinación de sabores especiados y dulces las hace irresistibles, y la decoración con glaseado blanco les da ese toque festivo y temático.

El origen de las galletas de jengibre se remonta a la Edad Media, donde las especias como el jengibre se utilizaba para conservar los alimentos. Con el tiempo, estas galletas se convirtieron en un símbolo de festividades, sobre todo en Europa. Durante Halloween, esta receta toma un giro creativo y se viste de esqueletos, ofreciendo un postre tan visualmente impactante como sabroso.

La receta de galletas de jengibre con forma de esqueleto sigue el mismo proceso básico que las tradicionales, pero se le añade un toque decorativo especial con glaseado blanco para simular los huesos. Son perfectas para Halloween y, además de su sabor especiado y reconfortante, ofrecen un aspecto festivo y terrorífico.

El truco para conseguir la forma de esqueleto está en el uso de un cortador de galletas en forma de muñeco o persona. Luego, con un glaseado blanco de consistencia firme, se dibujan los huesos sobre las galletas horneadas, creando ese efecto de esqueleto.

Esta receta de galletas de jengibre con forma de esqueleto toma aproximadamente 1 hora y 45 minutos en total. Desglosado, este tiempo incluye:

• 30 minutos para la preparación de la masa.
• 1 hora para que la masa repose en la heladera.
• 15 minutos para cortar las galletas y hornearlas.
• 30 minutos adicionales para enfriar las galletas y decorarlas.

• 400 g de harina de trigo.
• 150 g de azúcar morena.
• 150 g de manteca a temperatura ambiente.
• 1 huevo.
• 100 g de miel o melaza.
• 1 cucharadita de jengibre en polvo.
• 1 cucharadita de canela en polvo.
• ½ cucharadita de clavo de olor molido.
• 1 cucharadita de bicarbonato de sodio.
• 1 pizca de sal.
• Para el glaseado: 200 g de azúcar impalpable, 1 clara de huevo y unas gotas de jugo de limón.

• En un bol grande, batir la manteca con el azúcar morena hasta obtener una mezcla cremosa.
• Añadir el huevo y la miel (o melaza), y mezclar bien hasta que todo esté integrado.
• En otro bol, tamizar la harina junto con el bicarbonato de sodio, las especias (jengibre, canela, clavo) y la sal.
• Incorporar los ingredientes secos a la mezcla de manteca y azúcar poco a poco, mezclando hasta formar una masa homogénea.
• Envolver la masa en papel film y dejarla reposar en la heladera durante 1 hora.
• Precalentar el horno a 180 °C y cubrir una bandeja de horno con papel aluminio.
• Extender la masa sobre una superficie ligeramente enharinada hasta que tenga un grosor de aproximadamente medio centímetro.
• Con un cortador de galletas en forma de muñeco o figura humana, cortar las galletas y colocarlas en la bandeja preparada.
• Hornear las galletas durante 12-15 minutos o hasta que estén doradas en los bordes.
• Dejar que las galletas se enfríen completamente antes de decorarlas.
• Para el glaseado, batir la clara de huevo con el azúcar impalpable y unas gotas de jugo de limón hasta obtener una consistencia firme. Con una manga pastelera o un cono de papel, dibujar los huesos del esqueleto sobre cada galleta.

Con estos ingredientes, esta receta de galletas de jengibre rinde aproximadamente 20-25 galletas, dependiendo del tamaño del cortador de galletas que se utilice.

Cada galleta contiene aproximadamente:

• Calorías: 120
• Grasas: 5 g
• Grasas saturadas: 3 g
• Carbohidratos: 18 g
• Azúcares: 9 g
• Proteínas: 1 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

Las galletas de jengibre decoradas pueden conservarse hasta 7 días en un recipiente hermético a temperatura ambiente. Si se busca que duren más, se pueden congelar sin decorar y añadir el glaseado una vez descongeladas.