Los territorios en manos de los rebeldes en el este de Ucrania se están preparando para elegir al parlamento y a su líder en una votación que ha sido rotundamente condenada por la comunidad internacional pero que cuenta con el respaldo de Rusia.

El trabajo en algunos centros de votación de Donetsk, la ciudad más grande en poder de los separatistas, se vio interrumpido el sábado por una repentina escalada en las hostilidades. Podía escucharse fuego de artillería y pequeñas armas en los distritos del norte de la ciudad, cerca del aeropuerto, que ha sido el centro de intensos combates durante semanas.

Las autoridades separatistas argumentan que las elecciones del domingo en las regiones separatistas de Donetsk y Luhansk legitimarán sus aspiraciones de autodeterminación. Gobiernos occidentales y Naciones Unidas dijeron que la votación viola los términos del acuerdo de alto el fuego alcanzado en septiembre.