Realme GT 6T análisis Review con características precio y especificaciones
La gama media-alta de smartphones en general y la de Realme en particular está de enhorabuena con el Realme GT 6T, el último exponente de esta clase y que viene con un montón de alicientes sobre el papel. Pantalla con mucho brillo, uno de los chips más recientes de Qualcomm o una enorme batería son sólo algunos de ellos. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.
No obstante, ya sabemos que las especificaciones no lo son todo. Por eso nos hemos traído el Realme GT 6T a nuestra mesa de análisis. Lo hemos probado a fondo y puesto a prueba en todo tipo de situaciones. De esta forma, tenemos ya unas claras conclusiones sobre el dispositivo.
Ficha técnica del Realme GT 6T
Diseño: estilizadas curvas para un gama media «premium»
El Realme GT 6T es todo un trampantojo. Y que no se malinterprete, porque lo digo en el mejor de los sentidos. Se trata de un terminal que nada más verlo por primera vez aparenta un diseño premium. Más si cabe en la unidad en color plateado como la que hemos probado. Pero sí, sólo lo aparenta.
No es que sea un mal diseño o que tenga alguna pega importante, aunque sí hay que recordar que al final sus materiales son de policarbonato en la trasera y es algo que se nota fácilmente al tacto. No es dramático, pero sí perceptible. Una trasera, por cierto, en la que existe un contraste con una mayoría de superficie en mate y una parte (la de las cámaras) con un material tipo espejo y que advertimos que atrae huellas con mucha facilidad. También en el resto del cuerpo, aunque se nota mucho menos.
Agarrando el teléfono con la mano, y pese a sus más de 16 centímetros de alto o sus más de 190 gramos de peso, no notamos que se haga pesado, resbaladizo o incómodo de sostener. No es compacto en absoluto, pero tiene buen agarre gracias en buena parte a su pantalla curva. Eso sí, no esperes poder llegar a todas las esquinas de esa pantalla usándola con una sola mano. No al menos que tengas una mano considerablemente grande. Los botones, por su parte, están todos en un mismo lateral y se puede llegar bien a ellos.
También es digno de destacar que Realme incluye una funda de TPU en la caja. Es de un color grisáceo bastante estándar y no es que sume una protección ante caídas que lo haga indestructible, pero es una funda más que correcta y sobre todo si no quieres gastar más en comprarle una. Que venga en la caja es algo especialmente reseñable teniendo en cuenta que en esta ocasión hay una gran ausencia que comentaremos más adelante.
Pantalla: llegó la democracia del brillo a la gama media
El panel es un AMOLED de 6,78 pulgadas a 120 Hz y que, pese a su curva, no sufre de toques fantasmas al sostenerlo. No obstante, y pese a que le da un toque distinguido al móvil en general y al frontal en particular, nos encontramos una pega ya frecuente en este tipo de smartphones: no se le da una utilidad a la curva. No al menos una nueva que se salga de los clásicos accesos rápidos configurables o la iluminación cuando recibimos notificaciones.
En cualquier caso, pocas quejas tenemos de la pantalla. Está muy bien calibrada de serie, con negros profundos y unos colores en absoluto saturados, aunque en sus ajustes encontramos la posibilidad de adecuarla a nuestro gusto. En los ángulos de visión tampoco da problemas y en definitiva acaba siendo una pantalla con la que disfrutar de cualquier contenido multimedia con calidad, desde juegos hasta películas.
Si hay algo a destacar de la pantalla es su gran nivel de brillo para ver bien el contenido en exteriores. Sobre todo en épocas como la actual, en la que el verano ya está llamando a la puerta y el sol aprieta. Se ve lógicamente peor que en interiores, pero lo suficiente como para no tener que forzar la vista.
Eso sí, hay dos apuntes que queremos hacer sobre ese brillo. De forma estándar son unos 1.000 nits, reproduciendo contenido en HDR puede llegar a los 1.600 nits si además se ha activado la opción en los ajustes. Los 6.000 nits, por muy bonitos que quede decir que los tienen, son más de marketing que otra cosa. Esto se debe a que no se alcanzan en la totalidad de la pantalla, sino de forma parcial y tampoco se sostiene demasiado en el tiempo, probablemente por cuestiones de eficiencia de la batería.
No quiero tampoco que esos datos empañen el buen desempeño del Realme GT 6T en este sentido. El brillo ha sido la gran asignatura pendiente durante años de la gama media y así lo hemos criticado. Ahora, por fin, vemos cómo los fabricantes van dándole importancia y este dispositivo es la mejor prueba.
Sonido: una inesperada sorpresa
Para redondear el apartado multimedia nos encontramos con unos buenos altavoces y un mejor micrófono. De los altavoces, lo esperado ya en un terminal de este rango: sonido estéreo con buena calidad y sin apenas problemas incluso en los volúmenes más altos. Quizás una apuesta por Dolby Atmos hubiese sido de agradecer, pero tampoco es una gran carencia.
Me quiero detener en el micrófono porque no suele ser nunca una función estrella que destaque en las presentaciones de productos, aunque es al final un elemento importante. En lo personal me estoy aficionando a grabar cada vez más notas de voz y tengo aún más interés si cabe en valorar el micrófono. Y lo cierto es que me he visto sorprendido por la buena calidad del micrófono de este Realme GT 6T.
No diré que es un micrófono de estudio o que a nivel profesional pudiera ser suficiente, pero lo he percibido incluso mejor que en algunos smartphones de gama alta. Y ya no sólo a la hora de realizar grabaciones, sino también en llamadas, aunque aquí por razones evidentes no he sido yo quién más lo ha comprobado, sino mis amigos y familiares. Todos coinciden en destacar la limpieza de mi voz y el filtrado del ruido ambiente. Realme no ha anunciado ninguna tecnología específica para eso último, pero bien podría ser un reajuste de software.
Rendimiento: a la altura de un gama alta
Bajo el capó de este Realme GT 6T nos encontramos un Snapdragon 7+ Gen 3. Un SoC que sobre el papel y fuera de él es el mejor procesador de gama media que jamás haya fabricado Qualcomm. Le acompañan 8 GB de RAM (los 12 GB se quedan sólo para la versión asiática) y lo cierto es que el sabor de boca que deja no podría ser más agradable.
Si le prestas a alguien el móvil sin saber qué procesador lleva, perfectamente podría pensar que lleva un Snapdragon de la serie 8. Y es que el rendimiento es bueno en cualquier tipo de situación. Por descontado queda que mueve el sistema con fluidez y que tampoco se atasca en la multitarea, aunque donde es aún más reseñable el rendimiento es a la hora de ejecutar procesos de alta exigencia gráfica.
Aquí nos centramos en un clásico: el ‘Genshin Impact’. El ya mítico videojuego para móviles es probablemente el más exigente a nivel gráfico y el Realme GT 6T lo mueve que da gusto. Con todos los parámetros subidos al máximo posible, no se notan apenas caídas de frames. Sí quizás cuando la partida se alarga algo más de la cuenta, pero nada exagerado o que empeore especialmente la experiencia. Si además se bajan los gráficos a un punto intermedio, todo vuela.
Otro elemento a destacar es que tampoco hemos sufrido con el calentamiento. Decir que no se calienta nada sería mentir, dado que sí se nota como la temperatura aumenta con ejecuciones como las del ‘Genshin Impact’, pero nada fuera de lo normal. Es perfectamente soportable y además se nota que Realme ha integrado lo que ellos llaman «Iceberg Vapor Cooling System», un sistema que mediante cámaras de vapor alivia mucho la temperatura que pueda alcanzar el SoC.
Respecto a puntuaciones en pruebas de rendimiento, he de decir que personalmente suelo ser un tanto escéptico. Siempre creo que la experiencia de uso es lo que mejor define el rendimiento de un terminal. Sin embargo, en este caso las pruebas hacen justicia a su buen desempeño. De hecho, sorprende ver como alcanza mejores puntuaciones que algunos rivales de la gama media-alta que cuentan con el doble de memoria.
En lo que a biometría se refiere, nos encontramos dos clásicos entre los clásicos. Por un lado, un reconocimiento de huellas rápido y preciso. Está ubicado bajo la pantalla, hacia la parte inferior, por lo que tiene una posición perfecta para desbloquearlo rápidamente y sosteniendo el terminal con una sola mano.
En el otro lado nos encontramos un reconocimiento facial al que calificamos como correcto y ya. Y es que cumple porque es rápido y preciso en la mayoría de circunstancias, aunque flojea en las mismas situaciones que la mayoría de móviles: cuando hay poca luz. El propio brillo de la pantalla es suficiente a veces para iluminarnos el rostro, aunque tarda más de la cuenta. Al fin y al cabo, estamos ante un sistema que nos reconoce a través de una simple cámara frontal, alimentado por software y sin ningún sensor 3D, por lo que es normal este desempeño. En cualquier caso, nos quedamos con el sensor de huellas.
Software: a lomos de Android 14 y sin demasiada IA
En el área del software, no encontramos ninguna sorpresa. El terminal viene completamente actualizado con realme UI 5, versión de la capa de personalización del fabricante que se basa en Android 14 y que, sin ser de las más puras, no trae demasiado elemento añadido.
Se trata de una capa bastante ligera y en la que el bloatware aparece, aunque no en exceso. No es que lo veamos como un punto positivo, ni mucho menos, pero no es una cantidad desmesurada y tampoco supone ningún problema eliminar esas aplicaciones. De hecho, y como es también costumbre, ya en la propia configuración inicial del dispositivo podemos declinar la instalación de algunas de ellas.
Lo que sí es más negativo es la ausencia de funciones específicas de IA en la capa de Realme. El chip que lleva está preparado para ello y el fabricante afirma que se emplea de forma automática en la mejora de imágenes y vídeo de la cámara, aunque no se añaden funciones específicas para la edición posterior, para resumir textos, ni nada similar.
Batería: la enorme autonomía compensa una gran ausencia
Si pasamos al terreno de la batería, se hace ineludible empezar hablando de que el Realme GT 6T ofrece una carga rápida de 120 W, pero el adaptador de corriente no viene en la caja y tiene justificación. De acuerdo a los últimos cambios en las regulaciones españolas, los fabricantes están obligados a ofrecer la posibilidad de comprar los móviles sin cargador, aunque también la opción de comprarlos aparte a modo pack y es el caso de este Realme.
Mejores noticias tenemos si nos referimos a autonomía. Puedo decir sin lugar a dudas que es uno de los smartphones con mayor autonomía que he probado jamás y lo es gracias a una batería de 5.500 mAh. Una capacidad que no es la más alta tampoco, pero no es aún habitual. Por eso espero y deseo que se extienda a más modelos y fabricantes para dejar atrás los tan estandarizados 5.000 mAh. No es que con esa otra capacidad nos encontremos grandes problemas, pero los 500 mAh de más se notan y mucho.
El mejor ejemplo es cómo el dispositivo es capaz de aguantar ocho horas de pantalla con usos exigentes como ‘Genshin Impact’, combinándose con otros usos algo menos exigentes como la cámara, mensajería o redes sociales, permitiendo que al final pudiesemos pasar día y medio sin tener que recargar la batería.
En usos menos intensivos y exigentes se pueden llegar a superar los dos días con batería. Si además hacemos uso de las opciones de ahorro de batería, más todavía. Por tanto, en cualquier tipo de uso comprobamos como la autonomía es uno de los puntos más fuertes del Realme GT 6T.
Cámara: la lente principal compensa la ausencias de más sensores
La aplicación de cámara del Realme GT 6T no podría ser más sencilla y genérica, lo cual no es necesariamente malo. Cumple con lo prometido con sus principales opciones a la vista, pudiendo editar el orden y encontrando un panel extra con funciones particulares como el escaneo de documentos o el modo ‘Pro’ en el que configurar todos los ajustes de la cámara antes de disparar.
También nos encontramos un modo calle donde entra de lleno la inteligencia artificial. En este modo la cámara es capaz de detectar ciertos objetos y elementos de la vía para resaltarlos, aplicando una serie de correcciones que hacen prever que la escena quedará mejor.
Sí que hay un añadido interesante y son los gestos para disparar. Aparte de poder configurar desde los ajustes que con un simple toque en la pantalla ya se dispare, se añade la posibilidad de que, abriendo la palma de la mano, se inicie un temporizador. No es algo que estrene el Realme GT 6T, pero no está tan extendido y siempre es interesante.
En lo que a resultados se refiere, empezamos con la que es sobre el papel la cámara más floja: la frontal. Con buena iluminación en interiores como es el caso del anterior ejemplo, nos podemos encontrar con resultados que aprueban sin más. No destaca el nivel de detalles que capta, aunque el resultado general no es malo y tiene buena colorimetría, especialmente en la piel.
En el retrato con esa cámara frontal nos encontramos buenas sensaciones. Con un desenfoque ajustable (igual que en la trasera), vemos como en general hace buen recorte. Falla un poco en ciertos elementos siempre complicados como el pelo o las orejas, aunque acierta en prendas de ropa. En definitiva, cumple con lo esperado.
De noche nos encontramos con un mix de hardware y software. Por un lado, la pantalla se ilumina para alumbrarnos y así tener mejor luz, mientras que por software se procesa la imagen para dotarla de más luminosidad. No obstante, en ocasiones eso juega una mala pasada y se crean efectos extraños sobre el cielo como los que se aprecian en la fotografía de la izquierda. En cualquier caso, suficiente.
Ya con la cámara principal trasera nos encontramos con unos muy buenos resultados. Y es que en la mayoría de situaciones obtenemos fotografías de calidad con colores precisos y con buen nivel de detalle. Algo que puede mejorar aún más con el HDR, el cual se puede añadir o quitar una vez hecha la foto, pudiendo ver de forma clara las diferencias entre uno y otro.
En esta otra imagen nos encontramos con un resultado tomado en «modo calle», el cual tampoco es que aporte demasiada diferencia a lo que hace la cámara normal. Es un buen procesado en cualquier caso, dejando unos valores muy equilibrados, pero sin que haya tampoco una evidencia de mejora que nos haga preferir este modo por encima de otros.
El Realme GT 6T nos aporta también la posibilidad de captar un ángulo de 122º y eso siempre está bien para fotografiar grandes escenarios. Sin embargo, su calidad cae en picado comparada con la que aporta el sensor principal. Bien a nivel de precisión de color, pero demasiada distorsión y un casi nivel de detalle y de texturas propiciados por la baja resolución de esta lente (apenas 8 megapíxeles).
También nos encontramos con un zoom de hasta 20x. En digital, por supuesto. En 2x y cercanos, la calidad cae, aunque el procesado de la imagen hace mucho y no deja un mal resultado. Ahora bien, la ausencia de un telefoto es más que evidente a medida que nos acercamos al 20x. Eso sí, no es exactamente un recorte de lo que capta el sensor principal. Sí debe serlo por no tener esa lente teleobjetivo, aunque existe un procesado que mejora ligeramente lo que obtendríamos con un simple recorte manual.
El modo retrato, que ya nos dejaba buen sabor de boca con la frontal, no decepciona en la trasera. Incluso en situaciones con luz complicada y sin un telefoto que le ayude, es capaz de ofrecer un buen recorte. Además, funciona también con mascotas y de forma muy solvente. Al igual que en el caso de los selfies en retrato, aquí también se puede editar el nivel de desenfoque incluso cuando se ha disparado ya la foto.
Cuando cae la noche, la calidad también cae y especialmente en el gran angular. Es algo previsible, aunque en este caso nos encontramos con un modo nocturno que resuelve algunos problemas. Es un modo con su propia sección en la app de cámara, aunque también se puede configurar automático para que aparezca cuando se detecte poca luz. Como vemos por sus resultados, el tiempo de exposición ayuda a mejorar la luminosidad, aunque el detalle de las texturas queda empobrecido y le cuesta luchar contra ciertas luces artificiales como las farolas. En el gran angular, el resultado no es tan bueno.
A fin de cuentas nos encontramos con una cámara más que correcta. No es el ámbito fotográfico en el que más destaca este Realme GT 6T y menos si tenemos en cuenta que la cámara gran angular es bastante floja y no hay un telefoto. En cualquier caso, en la mayoría de situaciones la cámara principal responde bien con buenos resultados y al final acaba siendo un extra que sumar al buen cómputo general del dispositivo.