Realme GT 6

Realme GT 6 análisis review con características especificaciones y precio

Alejarse de sus hermanos para crear una identidad propia. A principios de año pude probar el Realme GT5 Pro, un teléfono que bebía bastante del OnePlus 12, aunque ajustando algunas especificaciones para bajar el precio en su país natal. Es un teléfono que quedó en China, algo que no sucederá con su sucesor. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

Llevo cerca de un mes probando en profundidad el Realme GT 6, una bestia de gama alta que no necesita el apellido «Pro» para ser una de las propuestas más ambiciosas de 2024.

Ficha técnica del Realme GT 6

realme gt 6

 

 

Diseño, pantalla y sonido: personalidad por todos lados

El diseño del Realme GT 6 es diferente, mucho. El absoluto protagonista es el módulo de cámara. Uno con efecto cristal y los tres sensores de cámara alineados de forma similar a la del iPhone 15 Pro. Si bien el propio módulo está a la misma altura que el cuerpo (simplemente se ha tratado el cristal de forma distinta en esta zona), la sensación al tener ese enorme rectángulo trasero, al menos en mi caso, es la de exceso.

Que tenga efecto espejo tampoco me ha convencido, ya que se llena de huellas. De hecho, el teléfono viene con una funda en la caja que cubre todo menos el enorme espejo trasero. Conforme pasan los minutos, se va llenando de huellas y hay que ir limpiándolo si te desespera llevar el móvil muy sucio.

Salvando el asunto del módulo, el terminal está bien acabado. Hablamos de un teléfono con laterales plano, pero con una ligeras curvatura en el cristal trasero para facilitar la ergonomía. En lo personal prefiero los acabados completamente planos ya que suelen casar mejor con los biseles, pero el remate es bueno.

La posición de la botonera aprueba, pero de forma algo justa. El botón de encendido cae justo encima de nuestro dedo pulgar, pero los botones de volumen solo los podremos alcanzar si tenemos una mano grande. Es mi caso, y llego forzando ligeramente el pulgar. Pese a ello, entiendo que buena parte de los usuarios no se sentirán demasiado cómodos con una botonera tan alta.

Al darle la vuelta, nos encontramos con un aprovechamiento frontal más que aceptable: los biseles son mínimos y la sensación es de estar ante un móvil todo-pantalla. No es para menos, ya que hablamos de 6,78 pulgadas. Es una OLED de tipo LTPO compatible con HDR10, Dolby Vision y con un dato bastante peculiar: 6.000 nits de brillo. Realme confía tanto en este panel que asegura que es «la mejor pantalla por debajo de 1.000 euros».

Al menos, a nivel de brillo, no le falta razón. Esta pantalla puede brillar a un máximo de 6.000 nits en una porción mínima (Realme no da el dato, pero rondará el 1%). La clave aquí es que el brillo pico es de 2.600 nits, una cifra sencillamente bárbara.

El apartado del sonido está en la línea de lo que se le pide a un terminal de esta categoría. El doble altavoz dispara el audio de forma contundente, con un buen volumen máximo y la frecuente queja habitual en terminales que no llegan a ser de la gama más alta: se echa en falta algo más de graves.

Si subimos el volumen al máximo notaremos que está un poco enlatado, un punto que lo separa de los móviles de mayor precio. Desde ajustes podemos configurar cuatro modos de ecualización y sonido espacial.

 

Rendimiento, software y batería: cumpliendo con lo que se le pide

En lo que respecta al rendimiento, estoy especialmente contento con este Realme GT 6. Es la prueba de algo que vengo diciendo desde hace algunos análisis: el Qualcomm Snapdragon 8s Gen 3 es uno de los mejores procesadores del año. Con una CPU casi idéntica a la de su hermano mayor el Snapdragon 8 Gen 3 y el único sacrificio de contar con una GPU algo menos potente, este chip puede con absolutamente todo.

Si a esto le sumamos que el teléfono llega con una base de 8 GB de RAM LPDDR5X y una memoria interna de 256 GB UFS 4.0, la combinación es ganadora. Este Realme no solo tiene un rendimiento envidiable: también ha logrado mantener a raya la temperatura incluso en las situaciones más extremas.

El Realme GT 6 rinde de una forma excelente. Además, no se calienta en exceso aunque le demos un uso intensivo

En comparación a algunos rivales que también montan este procesador, el sistema de refrigeración del GT 6 logra contenter la temperatura en largas jornadas de juego.

realme gt6

 

El lector de huellas es bastante rápido, y se complementa con un sistema de reconocimiento facial 2D mediante la cámara del teléfono. Como es habitual, necesitaremos condiciones de luz bastante decentes para hacerlo funcionar, por lo que se convierte en un buen aliado en exteriores a plena luz del sol y en interiores bien iluminados.

En lo que respecta al software, empiezo a echar en falta un pequeño paso adelante por parte de Realme. Los fabricantes en 2024 están empezando a entender el software como un punto de diferenciación, una característica del teléfono que permite a los usuarios interactuar de una forma completa con su dispositivo. En el caso de Realme, tengo la sensación de que si bien todo funciona de forma correcta, hay cierta falta de ambición.

A nivel visual, Realme UI 5 basada en Android 14 es una ROM con una personalidad algo heredada de ColorOS, la ROM de OPPO. Esto se traduce en un sistema ligero, sin demasiado bloatware y sin una notable carga de aplicaciones nativas propias del fabricante.

No hay novedades en inteligencia artificial, tampoco características que aporten un extra de valor añadido. Hermanos como OPPO empiezan a apostar por colaboraciones con gigantes como Microsoft y Google para implementar funciones de IA dentro de las apps del sistema. Quizás sea una pista de lo que está por venir para Realme.

Respecto a la autonomía, sí que estoy más que satisfecho. Las cifras son sencillamente brutales, con una progresión hasta las más de ocho horas de pantalla activa en dos días de uso. Salvo que hagamos un uso anómalo de cámara y juegos, es prácticamente imposible gastar esta batería en un día.

La carga es de 120W, pero el cargador ya no viene incluido en la caja. Este último punto es relevante, ya que Realme era de los pocos fabricantes que seguía incluyendo su cargador rápido.

Si utilizamos un cargador de 120W podremos cargar el dispositivo por completo en poco más de 25 minutos, un absoluto disparate si tenemos en cuenta que la batería de este teléfono es de 5.500mAh. Si tenemos alguna emergencia conviene saber que el primer tramo de la carga se realiza aún más rápido: en nueve minutos podemos obtener un 50% de la carga partiendo desde el 1% (eso sí, cargando en modo avión para ponerle las cosas más fáciles).

 

Cámara: Lytia es apuesta segura

Para la configuración de cámaras Realme ha apostado por tres sensores de 50 megapíxeles. Un conjunto bien equipado para el sensor principal, ultra gran angular y teleobjetivo.

La aplicación de cámara es la habitual en móviles de Realme, con carrusel de modos, una interfaz actualizada e integración directa con Google Lens. Dispara muy rápido y funciona a la perfección.

 

Cámara principal

Los resultados con la cámara trasera están en la línea de lo que llevo un tiempo probando en teléfonos de Realme. Las fotografías son más que aceptables, con un muy buen rango dinámico, un balance de blancos correcto y una interpretación del color mejorable. Son fotos llamativas, que dejarán satisfecho al grueso de los usuarios que apueste por un terminal de este segmento.

Eso sí, no debemos esperar unos resultados similares a los de teléfonos de la gama más alta. Ni este teléfono tiene ese precio ni aspira a competir con ellos. Si ampliamos en las imágenes, apreciamos una alta carga de procesado. Una que impide que el sensor Lytia muestre todo el detalle fino que podría.

 

Zoom y ultra gran angular

Respecto al sensor teleobjetivo, sí que he notado que este Samsung JN1 es algo más justito de lo que me gustaría. Es un sensor que no lo tiene tan fácil para rescatar información de las sombras, y con una cantidad final de detalle mejorable. Tampoco tenemos OIS, así que o contamos con un pulso de cirujano o será bastante fácil que las fotografías salgan algo movidas. Pese a ello, siempre es de agradecer la inclusión de un teleobjetivo óptico.

El ultra gran angular es el sensor más débil de los tres, como es habitual. Es una buena alternativa para aportar versatilidad al conjunto, pero a nivel de calidad final notaremos bastante que la pérdida de nitidez, rango dinámico e incluso representación del color son notables.

 

Retrato y selfie

El modo retrato no ha terminado de convencerme. Le ha costado bastante segmentar bien una imagen con información no solo trasera, sino lateral a la altura del sujeto (una prueba de fuego para saber si el mapa de profundidad hace sus deberes). También podrás apreciar que el pelo no termina de estar del todo bien recortado.

El selfie me ha sorprendido bastante. Fíjate en la diferencia de color de piel entre esta fotografía y la del retrato: la selfie es mucho más natural. De hecho, incluso el color verde pasa a ser el que realmente había en la imagen. Esto es algo habitual en algunas cámaras de móviles asiáticos, el selfie procesa bastante menos, lo cual se acaba traduciendo en resultados mucho más realistas.

 

Vídeo

El vídeo es otro de los puntos a favor de esta cámara. Me ha gustado cómo estabiliza el OIS en la cámara principal, y la interpretación del HDR es excelente. No es un vídeo a la altura de los mejores exponentes del mercado, pero en su rango de precio ofrece un 4K 60p de grandísima calidad.