Realme GT 3 análisis se carga en menos de 10 minutos
Realme GT 3 análisis se carga en menos de 10 minutos. El móvil que más rápido se carga en el mundo. No es mala carta de presentación. El año pasado quedamos con un espectacular sabor de boca al analizar los Realme GT 2 y GT 2 Pro, dos teléfonos que eran la clara prueba de que podemos tener un teléfono de gama alta a un precio asequible. Este año el concepto es similar, aunque la estrategia es curiosa. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
Realme ha renombrado su GT Neo 5 (familia gama media-alta) para traerlo como Realme GT 3 (gama alta) a Europa. Más allá de esta curiosidad, las especificaciones casan perfectamente con lo que vimos el año pasado en el GT 2, así que hemos querido analizar a fondo este teléfono para comprobar si la relación calidad-precio sigue presente.
Ficha técnica del Realme GT 3
Diseño diferente, pantalla espectacular
Realme siempre rompe con el diseño en su familia GT. Son móviles que guardan relativo parecido entre sí, pero que siempre buscan un punto diferencial respecto a su competencia. En este caso, tenemos un teléfono acabado en plástico por sus laterales, con cristal mate en la parte trasera. La principal novedad es que, esta generación, tenemos una pequeña ventana que deja ver «el procesador».
Aunque la ventana nos deja ver un embellecedor, y no el aspecto real del procesador, se agradece contar con este tipo de acabados
Entrecomillamos este elemento porque, al igual que en terminales como el Nothing Phone (1), no estamos viendo realmente el componente, sino un embellecedor con el logo de Qualcomm y algunos mensajes de Realme como el «Dare To Leap». Sobre las funcionalidades de esta ventana te hablaremos más adelante, ya que se ilumina el LED que la recubre.
A pesar de ser un móvil bastante grande, es bastante cómodo en mano. No atrae apenas las huellas y, si bien no se siente excesivamente premium, está muy bien rematado. Sensaciones similares a las del pasado curso, pero con un toque diferencial aún más acentuado.
Si le damos la vuelta, nos encontramos ante un panel de 6,74 pulgadas, con tecnología AMOLED, tasa de refresco de 144 Hz y resolución 1240 x 2772, lo que Realme denomina 1,5K. La promesa en brillo es de 1.400 nits en pico para contenidos HDR, aunque el brillo típico es de tan solo 500 nits y el HBM (High Brightness Mode) de 1.100 nits. La traducción es que se nos queda un poco corto el brillo máximo. El panel se ve bien al sol, pero un poco más de empuje no le vendría nada mal.
Agrademos a Realme que siga haciendo planos los paneles de su gama alta. La comodidad en mano es inmejorable, no hay toques fantasma y en este tipo de móviles tan enfocados al gaming, no contar con curvas es la mejor opción.
A nivel de sonido sí que esperábamos algo más de ambición. El doble altavoz estéreo no está compensado: el altavoz superior suena bastante flojito, y el inferior es el que acoge la mayor parte de la calidad. Tampoco hay un gran trabajo a nivel de ecualización, aunque contar con un procesador de gama alta lo hace bastante compatible a nivel de códecs Bluetooth. Podemos activar Dolby Atmos para cambiar el perfil de audio, y contamos con audio espacial para auriculares.
Por último, destacar que el ejercicio de biometría es casi impecable, con un lector de huellas que funciona a las mil maravillas, y un reconocimiento facial 2D también muy rápido, aunque menos seguro.
Un móvil que vuela, una carga rápida que también
Realme ha dotado a su GT 3 del Qualcomm Snapdragon 8+ Gen 1, el procesador de la discordia el pasado curso. Si bien traía ciertas mejoras respecto al 8 Gen 1, no han sido pocos los teléfonos que han sufrido de throttling (el móvil se calienta tanto que tiene que bajar su rendimiento). No es el caso de este Realme. Al igual que en su hermana OnePlus, el trabajo a nivel térmico es espectacular en el grupo OPPO. Este móvil apenas se caliente (incluso en el modo GT, que configura CPU, GPU y tasa de muestreo al máximo), por lo que no hay apenas caída de rendimiento.
En ‘Genshin Impact’ se ha mantenido estable entre los 50 y los 60 FPS y, si bien no contamos con el mejor procesador del mercado, no necesitamos más potencia ni siquiera para jugar a las entregas más exigentes. Nuestra unidad estaba, además, equipada con 16 GB de RAM y 256 GB de memoria interna, una espectacular combinación para garantizar un buen rendimiento.
Donde no hemos quedado tan contentos ha sido con el apartado del software. Esta generación vemos una importante carga de bloatware.
- Lingvist
- Miravia
- Joom
- Solitario
- Piano Hop
- LindekIn
- Booking
- Genshin Impact
- TikTok
- Amazon
- Lords Mobile
La mayoría se puede desinstalar, pero la lista de aplicaciones preinstaladas es más amplia de lo que nos gustaría. Salvando esto, nos encontramos con Android 13 y Realme UI 4.0, la última versión disponible (de forma estable) del sistema operativo de Google.
La gran novedad en software este año casa con el hardware: el LED trasero es bastante configuraba
Del software, destacar que Realme UI 4.0 respeta el sistema de temas automáticos de Material You, tiene una fluidez y animaciones brutales, amén de la gran novedad de este año: Horizon Light.
Esta luz es un LED RGB que recubre la ventana trasera, y que hace las funciones de LED de notificaciones. Por defecto se activa cuando cargamos el teléfono, cuando la batería está por debajo del 20% y en apps como la de teléfono. La buena noticia es que podemos configurar que funcione en las apps que nosotros queramos, así como configurar el propio patrón y color con el que funcionará el LED.
Hablemos de autonomía. El principal punto fuerte de este teléfono es su sistema de carga rápida: nada menos que 240W, cargador incluido. El cargador es Dual GaN, por lo que tenemos un cargador de 240W en el tamaño de un cargador clásico de 65W, bastante loco.
La media de horas de pantalla se ha situado en unas seis (jornada de 24h). Si le apretamos bastante, es fácil llegar a la tarde pidiendo enchufe
El teléfono se carga al completo en menos de 10 minutos y alcanza el 50% en unos 4 minutos. Realme asegura cargar de forma inteligente (esta función viene activa por defecto), para regular la potencia que recibe la carga según el porcentaje de batería que tenga el teléfono. La carga es un diez, aunque no tenemos ni carga inalámbrica ni carga inalámbrica reversible.
Lo que no es tan espectacular es la propia autonomía del teléfono. Al ser un teléfono con un sistema de carga rápida tan salvaje, le he dado especial intensidad al uso para hacer más pruebas de la cuenta. Algunos datos: 37 minutos de ‘Genshin Impact’ supusieron un 15% de gasto energético y, tras pasarle unos cuantos benchmarks, la batería bajó hasta el 69%. En resumidas cuentas, este móvil se queda en unas cinco horas de pantalla si le damos mucho uso, y en unas seis horas en uso más habitual, en una jornada de 24h.
Tres cámaras, deberes por hacer
Y rematamos hablando de la cámara. El Realme GT 3 es un gama alta, aunque no viene a competir con los mejores en el apartado fotográfico. Este teléfono cuenta con una cámara principal de 50 megapíxeles, un ultra gran angular de tan solo 8 megapíxeles y un sensor macro de 2 megapíxeles. El sensor principal es el IMX890 de Sony, el mismo del OnePlus 11 y del OPPO Find N2 Flip, dos teléfonos que no nos convencieron demasiado a nivel fotográfico.
La app de cámara es bastante completa, con integración con Google Lens (gracias, Realme), dos los modos necesarios en el carrusel inferior, modo Pro con disparo en RAW y una interfaz bastante clara. El principal punto negativo es que es bastante lento disparando, pese a tener OIS.
Los resultados son exactamente lo que esperábamos: tenemos fotografías más que aceptables, pero sin pretensiones. El rango dinámico es bueno, la colorimetría no queda mal resuelta y el principal punto a mejorar es el detalle final. El procesado es algo artificial, y los resultados son inferiores a lo que vimos en el Realme GT 2 Pro, móvil de segmento superior, pero con un hardware similar un año después.
El ultra gran angular no nos ha gustado demasiado. Distorsiona bastante, no tiene apenas detalle e incluso en situaciones de baja luminosidad tiene problemas para resolver las zonas de sombra. Es un sensor para usarlo en situaciones muy concretas, ya que no destaca apenas.
Lo que mejor resuelve Realme, desde hace un año, es la fotografía en baja luz y nocturna. Si bien el modo noche ofrece resultados artificiales (como cualquier otro teléfono), es sorprendente la cantidad de luz que rescata. Recomendamos dejar este modo activo de forma automática, ya que es capaz de salvar cualquier fotografía, por poca luminosidad que haya.
El modo retrato es bastante preciso a nivel de recorte, y el bokeh es bastante artificial, aunque podemos regular la cantidad final desde la aplicación. Aquí es importante destacar que el sensor es grande y ofrece un bokeh natural bastante bonito. Recomendamos probar primero la fotografía sin retrato y luego con retrato si disparamos con enfoque cercano. Es habitual que la fotografía sin modo retrato tenga un bokeh suficientemente atractivo.
Este año tenemos un modo microscopio de dos megapíxeles. La resolución es de tan solo dos megapíxeles, pero es un sensor bastante divertido y con bastante más sentido que el clásico macro. Aquí hablamos de entre 20 y 40 aumentos, por lo que podemos obtener información a la que no estamos habituados.
El selfie no queda mal resuelto, y agradecemos a Realme que no lave los rostros al disparar en este formato. En este caso, se nota que el sensor es muy pequeño y no tenemos apenas bokeh natural, pero siempre podemos tirar de modo retrato. Eso sí, necesitaremos buena luz para disfrutar de los selfies. Cuando la cosa se complica en luminosidad, los resultados decaen.
Vídeo
El apartado del vídeo no nos ha convencido demasiado. El trabajo en estabilización es mejorable pese al OIS, la interpretación del color es algo errática y, pese a poder grabar en 4K, la nitidez tiene margen de mejora. Es un vídeo aceptable para inmortalizar ciertos momentos, pero aquí Realme no ha puesto todas las cartas sobre la mesa.
Realme GT 3, la opinión
El Realme GT 3, a la espera de conocer su precio y disponibilidad en España, es la pura definición de equilibrio. No es un móvil perfecto, pero hace check en prácticamente todos los apartados importantes. El rendimiento es excelente, la carga de 240W cambia por completo nuestros hábitos con la batería, y la experiencia de uso (borrado todo el bloatware) es bastante buena.
El Realme GT 3 es fluido, carga de forma casi instantánea y tiene un equilibrio general envidiable
Echamos en falta más ambición en el panel y una autonomía algo mejor. Es cierto que podremos recargar en unos pocos minutos, pero si no tenemos un cargador a mano es relativamente fácil quedarse sin batería antes de que llegue la noche. Salvando los pocos puntos débiles de este teléfono, Realme vuelve a poner sobre la mesa que sabe hacer móviles distintos, pero completos.