Rango estable de autonomía en un coche eléctrico
Rango estable de autonomía en un coche eléctrico. La autonomía de un coche eléctrico es una de las cuestiones que más relevancia tienen a la hora de pensar en adquirir un vehículo de este tipo. Aunque la escasez de autonomía es uno de los factores que durante mucho tiempo más se les ha reprochado a los automóviles eléctricos, la situación actual es bien distinta. Ahora bien, ¿es posible mantener un rango estable en nuestros viajes? ¿De qué depende? Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
La importancia de unos rangos de autonomía estables
Hay muchos rumores y controversias cuando se trata de que la humanidad busque hacer un cambio completo hacia los vehículos eléctricos. Uno de los principales temas de debate es el rendimiento de los mismos, especialmente en lo referente a la autonomía, que está más o menos limitada por la capacidad de la batería.
Sin embargo, atendiendo a una serie de factores, es bastante asequible hacer porque nuestro vehículo se comporte de una manera diferente o, en su caso, como buscamos en nuestros viajes. Es lo que se denomina como ‘rango estable de autonomía’, y que tiene una importancia bastante clave a la hora de realizar trayectos de media o larga distancia.
Y es que estamos comprobando que ese rango de uso entre cargas es cada vez mayor, y lo va a ser aún más. Sin embargo, y como pasa en cualquier vehículo, existe una diferencia entre la autonomía oficial, la que declara el fabricante, y la real, la que obtiene el conductor al circular. Un ejemplo: si un coche eléctrico anuncia un radio de acción por carga de hasta 250 kilómetros, lo normal es que su rango efectivo ronde los 150.
De qué trata
Muchos de los eléctricos del mercado tienen una autonomía relativamente pequeña si se compara con su homólogo térmico, pero, como en cualquier vehículo, la manera en la que conducimos puede influir de manera tanto positiva como negativa en el consumo de energía. En esto, prácticamente, es lo que se busca con esta particularidad de los vehículos electrificados.
Mantener unas cifras acordes a nuestra conducción y al tipo de terreno será clave, aunque en el caso de que estemos por autovía influirá, sobre todo, de qué manera le hacemos empujar al coche, si de una forma más suave, y en la mayoría de los casos guardando energía o, en su defecto, exprimiéndolo y agotándolo antes incluso de lo que marcan los números.
Lo que se busca es una manera de conducción que podamos recorrer un mayor número de kilómetros con una sola carga. Para conseguir este tipo de conducción hay una serie de claves y consejos que podrán ayudar y que son clave para estirar la autonomía del coche eléctrico.
Pero, aparte de adaptar nuestro estilo de conducción, en nuestro consumo de energía eficiente al volante influirán otros muchos factores, los cuales se mostrarán como grandes partícipes del comportamiento del coche, y que harán que la autonomía del eléctrico sea más estable… o menos.
Cómo podemos hacerlo
Tenemos claro que el principal propósito que buscamos es el de conseguir que nuestra autonomía aumente, pero también que no pierda con respecto a otros viajes. Para ello, y prestando atención a esos factores, tenemos que tener en cuenta que depende, en la mayoría de los casos, del uso que le vayamos a dar, pero también de otros factores externos como, por ejemplo, el frío.
Conducir en condiciones frías necesitan más energía.
- Por debajo de 0°C, el consumo de energía para calentar el habitáculo es más o menos igual al necesario para impulsar el coche a las velocidades más bajas. Por ejemplo, durante la conducción urbana.
- Las carreteras nevadas o resbaladizas aumentan la fricción de los neumáticos con la superficie y conducirán a un mayor consumo de energía.
- La importancia del precalentamiento. Con un coche precondicionado, no es necesario utilizar la energía de la batería para calentar el vehículo antes de que comience el viaje. Esto te permite utilizar la energía para la «autonomía» en lugar de para calentar el coche al comenzar el viaje.
- Por encima de 25°C o 30°C se pueden considerar condiciones de conducción cálida. El principal impacto en la autonomía será la necesidad de enfriar el habitáculo.
- La mayor parte de la energía será necesaria a velocidades bajas (tráfico de la ciudad) y para enfriar el coche cuando ha sido estacionado bajo el sol. El uso del aire acondicionado en el coche afectará negativamente a la autonomía. La batería de alto voltaje sólo necesita refrigeración adicional cuando el coche es conducido de forma severa.
Junto a ello, al mismo tiempo, es importante planificar el viaje, entender cuánta carga se necesitará para el recorrido. ¿Cuánta carga necesitas cuando comienza el viaje, cuándo debes parar para la primera recarga de la batería? Si nos encontramos haciendo un viaje largo y necesitamos parar y recargar el coche, puede ser más rápido y eficiente parar dos veces, cargando al 50-80% cada vez, en lugar de parar una sola vez y cargar completamente la batería. Esto se debe a que el 20% de capacidad final de la batería se carga a un ritmo mucho más lento. También puede ayudar mucho el detenernos con más frecuencia, cargar menos, y llegar al destino más rápido.