Debbie Siegelbaum
BBC, Washington
Los precios de la leche y la mantequilla en Estados Unidos subieron a niveles históricos en los últimos meses.
La globalización explica en parte lo que está pasando. Los compradores estadounidenses están pagando más debido, entre otros, a una sequía en Nueva Zelanda y a que en Medio Oriente la pizza es ahora más popular.
En bolsa, el precio de los futuros de la leche y la mantequilla creció este año 26% y 62% respectivamente. Esto se ha visto reflejado en el supermercado y otros negocios. El yogur, los helados o una hamburguesa con queso cuestan ahora más.
La causa de la subida de precios es compleja. Desde hace poco tiempo estamos asistiendo a un baile de precios de los productos lácteos en el que los caprichos de un país pueden cambiar cambios importantes en otros.
Las inesperadas conexiones en el mercado de la leche recuerdan a la teoría del caos por la que el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo.
El ejemplo de los productos lácteos en EE.UU. ilustra cómo factores aparentemente inconexos alteran la realidad en tierras lejanas.
Estas son apenas cinco de las causas del aumento de precios.
1. La desregulación de los mercados lácteos
Primero centrémonos en la causa que abrió la puerta a esta volatilidad.
Hasta hace aproximadamente una década, los mercados lácteos eran nacionales. Así, las compañías estadounidenses producían leche para el consumo doméstico.
En aquel entonces, dice Alan Levitt, portavoz del Consejo de Exportación de Lácteos Estadounidense, EE.UU. y la Unión Europea, se almacenaban productos lácteos cuando había sobreproducción y se vendían cuando escaseaban, lo que protegía al mercado de la volatibilidad.
Como consecuencia, lo normal era que sobraran leche y productos lácteos en el mercado, dice Levitt.
Pero en los últimos años, los gobiernos dejaron de intervenir debido a los altos costos, y el mercado de los productos lácteos se volvió internacional.
Así, ahora nos encontramos con que lo normal es que escasee leche y productos derivados.
Los precios son ahora mucho más erráticos. Cuando sobran estos productos, los precios bajan. Cuando escasean, los precios suben.
2. Los niños chinos
Tradicionalmente, China compraba entre el 15% y 20% de las importaciones de productos lácteos del mundo, según Levitt.
Pero desde diciembre de 2013 a febrero de 2014, la demanda china creció a entre 20% y 25% de todas las importaciones globales. La mayor parte de este comercio provino de EE.UU. y Nueva Zelanda.
Este aumento en la demanda china comenzó en 2008, cuando se encontraron altos niveles de producto químico melamina en la leche para bebé.
El analista de mercados Matt Gould dice a los chinos no les importa pagar un sobreprecio por este tipo de productos, cuya demanda ha subido por las nubes.
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«La gente (en China) prefiere tener un producto que diga ‘Hecho en Nueva Zelanda’ o ‘Hecho en EE.UU.'», dice Gould.
Ese sobreprecio en China ha afectado a los precios de todo el mercado internacional. Los productores en EE.UU. pueden ahora cobrar más por el mismo producto también en su mercado nacional.
3. La sequía en Nueva Zelanda
Nueva Zelanda es el mayor exportador de productos lácteos del mundo. Sus exportaciones representan cerca de un tercio del comercio global.
Muchas de las vacas neozelandesas pastan en los campos y una gran sequía en 2013 provocaron un descenso de la producción de leche de un 30%.
Al haber menos leche en el mercado, los precios internacionales de la leche se fueron por las nubes.
EE.UU. empezó a exportar más, capturando una cuota mayor del mercado internacional, lo que al mismo tiempo empujó al alza los precios estadounidenses.
Sin embargo, no todo han sido malas noticias para Nueva Zelanda.
Lo común es que cuando el precio de los productos lácteos sube, los ganaderos expandan sus operaciones y produzcan más leche, y a la larga, el precio vuelve a bajar.
Gracias a las inversiones que hicieron los ganaderos neozelandeses en 2013, el país aumentó la producción de leche en la primera mitad del año de manera increíble, según Levitt.
El aumento de producción podría en última instancia bajar los precios en EE.UU., pero eso tardará meses en verse reflejado.
4. La pizza en el Medio Oriente
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