
Qué puestos de empleo se pueden encontrar en un hotel
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Qué puestos de empleo se pueden encontrar en un hotel
Un hotel no es solo un lugar donde duermes; es un pequeño mundo que funciona gracias a un montón de gente haciendo cosas distintas. Desde el que te recibe con una sonrisa hasta el que deja tu habitación impecable, cada puesto tiene su magia y su desafío. Si alguna vez has pensado en trabajar en uno —ya sea en una ciudad grande, un pueblo costero o un resort en medio de la nada—, hay opciones para casi cualquier habilidad o interés. En Trabajar por el Mundo, sabemos que los hoteles son un imán para quienes buscan trabajo flexible o aventuras laborales, así que vamos a explorar qué roles puedes pillar en este mundillo.
No importa si es un hostal sencillo o un cinco estrellas con spa y piscina infinita; siempre hay alguien detrás del telón haciendo que todo marche. Algunos puestos son obvios, otros te sorprenden, y muchos te dejan moverte por el mundo si te lo montas bien. Aquí te contamos los más comunes, con un vistazo a lo que implican y por qué podrían encajarte.
Recepción: La cara del hotel
El recepcionista es lo primero que ves al llegar. Te da la llave, te explica dónde está el desayuno y, si tienes suerte, te recomienda un bar decente cerca. Pero no es solo sonreír y saludar; estos cracks manejan reservas, responden preguntas nonstop y resuelven líos como overbookings o quejas por el wifi. Trabajan turnos que a veces se alargan más allá de medianoche, porque siempre tiene que haber alguien para el huésped que llega tarde.
Si hablas idiomas —inglés, algo de francés, lo que sea— y te gusta tratar con gente, este puesto es un clásico.
En España, puedes empezar con 1,200-1,600€ al mes, y en hoteles internacionales sube si dominas más lenguas. También está el supervisor de recepción, que vigila que todo fluya, y el gerente de recepción, un escalón más arriba, coordinando al equipo y las operaciones diarias.
Limpieza: Los héroes invisibles
Luego están los que hacen que tu cama parezca sacada de un catálogo: el personal de limpieza o camareros de piso. Pasan el día entre sábanas, aspiradoras y baños, dejando todo reluciente para el próximo huésped. Es un trabajo físico, sí, pero también detallista; un pelo en la almohada y se arma el drama. No piden mucho más que ganas y algo de experiencia, y en un hotel mediano puedes sacar 1,000-1,400€ al mes. Perfecto si prefieres moverte más que estar sentado. Si destacas, puedes subir a ama de llaves principal o director de limpieza, liderando al equipo y revisando que cada rincón esté perfecto.
Cocina y restaurante: Donde se cuece la acción
Si el hotel tiene restaurante, la cocina y el comedor son un hervidero. Los cocineros preparan desde desayunos buffet hasta platos gourmet, mientras los camareros sirven, recogen y charlan con los clientes. Hay de todo: ayudantes de cocina que pelan patatas por 1,100-1,500€ mensuales, chefs con más experiencia que suben a 2,000€ o más, y camareros que rondan los 1,200-1,800€, según propinas. Si te va la comida o el trato directo, aquí tienes terreno.
También tienes al busser, que limpia mesas y apoya, o al anfitrión de acogida, dando la bienvenida y asignando sitios. Si te va la comida o el trato directo, aquí tienes terreno.
Mantenimiento: Los que arreglan todo
¿Se rompió una lámpara? ¿El aire no va? El equipo de mantenimiento entra en escena. Estos todoterrenos saben de fontanería, electricidad y carpintería básica, y mantienen el hotel en pie. Es un curro tranquilo pero clave; sin ellos, el caos se instala rápido. No necesitas un título universitario, pero sí algo de maña o formación técnica. Sueldos entre 1,300-1,800€ al mes, y si te especializas, sube.
Animación y eventos: El alma de la fiesta
En hoteles con rollo vacacional —piensa en resorts o sitios familiares— los animadores son los reyes. Organizan juegos, clases de yoga o noches de karaoke, y mantienen a los huéspedes contentos. Es para extrovertidos que no teman bailar en público o contar chistes malos. Pagan 1,200-1,600€ al mes, a veces con alojamiento incluido, lo que lo hace ideal si buscas moverte por el mundo sin gastar en renta.
Gestión: Los que mandan
Arriba del todo están los gerentes, los que llevan las riendas. El director del hotel supervisa todo: personal, finanzas, quejas. Es un puesto de responsabilidad, con sueldos desde 2,500€ hasta 5,000€ o más en sitios grandes. Luego tienes roles como el gestor de reservas, que organiza las habitaciones y precios (unos 1,800-2,200€), o el de recursos humanos, contratando y formando al equipo. Estos piden experiencia o estudios en turismo o administración, pero abren puertas a una carrera sólida.
Recepción de noche y seguridad
Cuando el hotel duerme, alguien sigue despierto. El recepcionista nocturno hace check-ins tardíos y vigila el lobby, mientras el personal de seguridad ronda para que todo esté en orden. Son roles calmados pero firmes, con turnos que no todos quieren. Pagan entre 1,200-1,700€ al mes, y si te va la noche, encajan perfecto.
¿Por qué un hotel?
Los hoteles son un filón para trabajar por el mundo. Hay trabajos fijos en ciudades grandes y temporales en sitios turísticos, como Mallorca o Canarias, donde la temporada alta dispara las ofertas. Muchos dan alojamiento o comida, lo que te ahorra pasta si estás de paso. Y no necesitas ser un genio: con idiomas, algo de experiencia o disposición, ya tienes pie dentro. En un hostal pequeño, igual solo hay tres roles; en un resort, decenas.
¿Es duro físicamente? Si eres camarera de piso, sí: levantas camas, mueves carros, friegas baños. Hace falta fuerza y aguante. ¿Necesitas un título? Para empezar, no; la mayoría de curros básicos piden ganas y poco más, aunque un grado en turismo o hotelería te sube a gerente. ¿Qué habilidades cuentan? Resolver problemas rápido, tratar bien a la gente y no perder la calma si un huésped se queja porque la ducha gotea. En hoteles, el equipo es todo: si encajas, creces.
Yo conocí a un tipo en un hotel de Granada que empezó fregando platos y acabó de recepcionista en dos años. Otro, en un resort de México, pasó de animador a gestor de eventos porque sabía inglés y tenía carisma. Son sitios donde puedes crecer si te mueves bien