
Qué es el sistema ADAS de los coches
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¿Qué es el sistema ADAS de los coches?
Si te has comprado coche recientemente o el tuyo es moderno, ya te habrás dado cuenta de que en algunos momentos parece tener vida propia. El volante vibra, te manda alertas a través de las pantallas si no lo coges con ambas manos, pita si te pasas de la velocidad máxima permitida o si pasas cerca de otro coche, e incluso puede llegar a detenerse por completo. Son los sistemas ADAS, una tecnología que llegó para quedarse y que la DGT ha calificado como las nuevas «hadas de la carretera».
A pesar de que llevan años introduciéndose en el mercado, existe una enorme confusión sobre qué hacen realmente estos asistentes. Según un artículo recientemente publicado por la revista de la DGT, el desconocimiento es alarmante: el 40% de los conductores españoles no sabe qué son, y del 60% que dice conocerlos, la mayoría admite tener «grandes lagunas» sobre su funcionamiento.
Sin embargo, te guste o no la tecnología, los ADAS están ahí porque la normativa europea así lo obliga. Desde julio de 2024, todos los coches de nueva matriculación deben llevarlos de serie. Se calcula que estos dispositivos podrían salvar 25 000 vidas y evitar más de 140 000 lesiones graves en la Unión Europea hasta el año 2038. Pero, ¿qué son exactamente y por qué parece que conducen mejor que nosotros?
Cómo funciona el ADAS
Las siglas ADAS responden a Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción. Aunque suene futurista, su origen se remonta a tecnologías que hoy consideramos básicas. Tal y como recuerda la DGT, el «abuelo» de estos sistemas fue el ABS (sistema antibloqueo de frenos), nacido de la alianza entre Bosch y Mercedes-Benz en 1978, seguido por el ESP (control de estabilidad) en 1995.
La gran diferencia de los ADAS modernos es que estos se anticipan al peligro. Los expertos en seguridad vial son tajantes: entre el 80% y el 90% de los siniestros de tráfico se deben a errores humanos (distracciones, cansancio, velocidad excesiva). Y aquí entran en juego los ADAS para eliminar o reducir al máximo esa variable.
En el reciente Encuentro Movitec, organizado por la DGT y la Fundación para la Seguridad Vial, se pusieron sobre la mesa las contundentes cifras sobre la eficacia de estos asistentes:
- Frenada de emergencia: El coche frena solo si detecta un obstáculo y tú no reaccionas. Podría evitar el 55 % de los alcances traseros y el 25 % de los atropellos mortales.
- Mantenimiento de carril: Si te despistas y pisas la línea, el coche te devuelve al centro. Evitaría el 25 % de las salidas de vía.
- Detector de fatiga: Si el coche nota que haces correcciones bruscas o llevas mucho tiempo conduciendo, te manda parar. Reduce un 35 % las distracciones.
- Ángulo muerto: Llegarían a evitar el 40 % de los accidentes con ciclistas o motoristas que se quedan en el punto ciego del espejo.
Los dos grandes problemas del ADAS
A pesar de su gran valor como salvavidas, se enfrenta a dos principales problemas. Por un lado, la antigüedad del parque móvil, con vehículos que de media rozan los 14 años y medio, por lo que la mayoría de los coches de nuestro país no tienen estos sistemas. Solo los compradores de vehículos nuevos (o de gama alta de hace unos años) disfrutan de esta seguridad activa.
Por otro lado, los conductores. Muchos usuarios perciben los pitidos y las correcciones del volante como una molestia o una invasión a su forma de conducir, llegando incluso a desconectarlos. Y en ese sentido, la DGT insiste en que no están ahí para molestarte, sino para vigilar que todo vaya bien.






