Prohibir Celulares en las Escuelas y Colegios

Prohibir los móviles en clase funciona

En enero de 2024, Países Bajos introdujo una medida de acuerdo con la comunidad educativa que, aunque en un primer momento parecía controvertida, se está convirtiendo en un referente que traspasa fronteras y que cada vez más países quieren replicar. Ahora, de la mano de un informe publicado por el Instituto Kohnstamm, vemos los primeros efectos sobre el rendimiento académico y la convivencia, datos que ya analiza España para su propio modelo. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

 

Prohibir los móviles en clase funciona

Con los datos sobre la mesa, que a continuación desglosaremos, podemos decir que esta medida implementada no solo no ha colapsado el sistema, como muchos creían, sino que ha permitido una notable mejora académica de los alumnos, motivo por el que muchos otros países quieren seguir estos pasos.

 

Retirar los móviles de los colegios está dando su frutos

Desde enero de 2024, los estudiantes de educación básica en Países Bajos no pueden usar ni teléfonos móviles, ni relojes inteligentes ni tabletas dentro del aula, salvo en casos muy concretos. La normativa fue pactada entre el Ministerio de Educación, los centros escolares y las asociaciones de padres. Esta decisión se tomó con el objetivo de reducir las distracciones que provocan estos dispositivos, siempre desde la premisa de que cada centro puede aplicarla con cierta flexibilidad.

Ahora, año y medio después, un estudio elaborado por el Instituto Kohnstamn ha puesto sobre la mesa las cifras reales del cambio. Según el informe de julio de 2025, los alumnos de secundaria han mejorado su rendimiento académico un 28 %, y su capacidad de concentración de ha visto incrementado en un 75 %. Y no todo son números, ya que las escuelas también reconocen que el ambiente y la calidad de las relaciones sociales en las escuelas ha mejorado notablemente. De hecho, muchos profesores afirman que por fin pueden impartir clase sin tener que estar parando la sesión por continuos uso de dispositivos.

 

Es importante señalar que estas cifras se basan en la percepción de los directivos y no en mediciones estandarizadas de notas.

Pero lo cierto es que la adopción de esta medida no fue sencilla, ya que al principio, como todo comienzo, no escapó de las protestas y las dudas. De hecho, algunos docentes reconocen que ahora tienen más trabajo, ya que deben gestionar mejor ciertas situaciones que antes pasaban desapercibidas o que directamente no sucedían, ya que cada alumno estaba centrado en su dispositivo. Aún así, el balance general arroja datos muy positivos: el 51 % de los institutos aprueba la medida, mientras que un 33 % va más allá y pide que se endurezcan más las restricciones.

En primaria, donde el uso del móvil ya era menos habitual, el impacto ha sido menor, con un 23% de centros que han detectado una mejora en el clima escolar, y un 73% que apoya el acuerdo como una herramienta útil para marcar límites claros. Lo mismo ocurre en los centros de educación especial, donde se permiten excepciones por motivos pedagógicos: la mitad de ellos ha notado efectos positivos o muy positivos tras la implementación.

Alexander Krepel, uno de los investigadores del informe, señala que los estudiantes, privados de sus móviles durante el recreo, han vuelto a hablar entre ellos. Es algo que parece una obviedad, pero en una generación que ha crecido mirando hacia abajo, volver a mirarse a los ojos es muy importante. “Quizá discutan más, pero también se relacionan más”, resume Krepel, en unas declaraciones recogidas por medios como The Guardian.

 

España ya trabaja en un sistema similar

Lo cierto es que Países Bajos no está sola en esta cruzada educativa. España, Reino Unido, Noruega o Suecia ya estudian propuestas similares, y el número de países que han aprobado políticas restrictivas ha aumentado notablemente. Según datos de la Unesco, en eran 60 y hoy ya son 79 los que limitan de algún modo el uso de smartphones en entornos escolares. Representan cerca del 40% de los sistemas educativos del mundo, una cifra que crece cada año.

Eso sí, los expertos insisten en que no se trata de prohibir por prohibir. La clave está en encontrar el equilibrio. La tecnología puede ser una herramienta educativa de primer nivel, pero solo si se utiliza con responsabilidad y bajo supervisión. De lo contrario, se convierte en un foco de distracción, ansiedad y problemas derivados del aislamiento.

 

Dudas rápidas, soluciones claras

¿Qué dispositivos son exactamente los que se han prohibido en Países Bajos?

La normativa prohíbe el uso de teléfonos móviles, tabletas y relojes inteligentes dentro de las aulas, aunque los centros tienen flexibilidad para aplicarla y existen excepciones para casos pedagógicos o de necesidad especial.

¿Llegará a España esta medida u otra similar?

Sí, España está trabajando en adoptar una propuesta similar.