Lo que está claro es que cuanto más tardes en solucionarlo, más caro puede salirte. Es por eso que en este artículo te contamos las posibles sanciones y cómo debes actuar en tal caso, según cuál de las resoluciones sea la tuya. Y prepárate para hacer la declaración de la Renta.

Si la declaración sale a pagar

Si te toca devolverle dinero a Hacienda y no presentas la declaración dentro del plazo, la sanción dependerá del momento en el que decidas ponerte al día.

Si Hacienda aún no te ha enviado ningún requerimiento, Conforme al artículo 27 de la Ley 58/2003 General Tributaria, el recargo será del 1 % si la presentas en julio (es decir, justo después de que termine la campaña), y se incrementará en un 1 % adicional por cada mes completo de retraso. Así, si la presentas en agosto será del 2 %, en septiembre del 3 %, y así sucesivamente. Esto hace que retrasarse injustificadamente acabe saliendo mucho más caro de lo que era en un primer momento, ya que aunque hablamos de porcentajes bajos, aplicados a grandes cantidades de dinero, puedes aumentar mucho el importe.

Ahora bien, si Hacienda detecta que no has presentado la declaración y te envía un requerimiento, las cosas cambian mucho. En ese caso, ya no serán pequeños recargos, sino sanciones que pueden oscilar entre el 50 y el 150 % del total de la deuda, dependiendo de si hay reincidencia o perjuicio económico para la Administración. Estas sanciones pueden reducirse si se acepta el castigo (conocido como reducción por conformidad) o si se abona dentro del plazo que indique la notificación (reducción por pronto pago). Aun así, las cifras no dejan de ser preocupantes.

Si la declaración sale a devolver

La cosa no mejora, ya que en este caso Hacienda también puede imponerte una sanción por no presentarla en plazo. Si lo haces voluntariamente antes de que te lo soliciten, la multa es de 100 euros. Si ya has recibido un requerimiento, la sanción sube a 200 euros. Puede parecer una cantidad menor comparada con las anteriores, pero sigue siendo dinero perdido que podrías haberte ahorrado simplemente cumpliendo con los plazos.

Además, hay un factor de fondo que muchos contribuyentes olvidan: Hacienda tiene hasta cuatro años para reclamarte el pago de una declaración no presentada. Es decir, que aunque pienses que “ya ha pasado mucho tiempo” o que “seguro no se dan cuenta”, la Administración tiene un margen legal amplio para exigirte lo que debías, y con recargos incluidos.

También hay que tener especial cuidado con el pago fraccionado. Cuando la declaración sale a pagar y se fracciona el importe, Hacienda cobra automáticamente el 60 % el día 1 de julio mediante domiciliación bancaria, y el 40 % restante el 5 de noviembre. Para ello, el contribuyente debe haber domiciliado la cuenta antes del 26 de junio. A partir de ese día, ya no es posible domiciliar el pago, lo que obliga a ir personalmente al banco a abonar la cantidad.

¿Qué ocurre si no tienes dinero en la cuenta para afrontar ese segundo pago del 5 de noviembre?

En ese caso, también hay penalización. Si haces el ingreso antes de que Hacienda te lo reclame, solo pagarás un 5 % de recargo. Si Hacienda te lo exige y pagas dentro del plazo, el recargo será del 10 %. Pero si además ignoras el requerimiento, te caerá un 20 % de recargo, más un interés de demora fijado en un 4,0625% para 2025, según la Disposición adicional 49ª de la Ley de Presupuestos Generales del Estado de , prorrogada para el ejercicio actual.

El proceso para presentar la Renta fuera de plazo es exactamente el mismo que durante la campaña oficial, y plataformas como Taxdown permiten hacerlo de forma sencilla. No hay excusa que valga si se tiene la intención de regularizar la situación cuanto antes.

Así que toma nota de esto, ya que cada día que pasa sin presentar la renta puede aumentar el coste final. Y todos estos problemas pueden evitarse con un trámite que apenas lleva unos minutos.