Por segunda vez, el migrante de Chimborazo, pretendía entrar a esa nación, de manera irregular.

Punto Noticias. Su ser querido perdió la vida en su segundo intento por llegar a los Estados Unidos, temen familiares de Gonzalo Oswaldo Sarmiento Veintimilla.

Su familia recibió la última noticia de Gonzalo por parte de una persona que viajaba con él, quien contó que se cayó y sangraba por la cabeza. “Los coyoteros nos dijeron que no podemos hacer nada por él, lo movimos del piso y lo dejamos cubriendo con una colcha”, relató.

En la última comunicación que mantuvo con su esposa Julieta Ortiz le dijo que logró cruzar la frontera y que la meta era llegar hasta Fort Davis, en Texas. Le indicó que no podría comunicarse con ella entre 8 o 15 días. La llamada la recibió el 12 de marzo del 2021.

Un mensaje de audio llegó semanas después, en el que un compañero de viaje le informó que estaban cruzando el desierto para evitar los controles migratorios, llegaron a una loma empinada y para subirla tuvieron que hacer una escalera humana.

Según el informante, “de la nada empezaron a caer piedras (…) los coyoteros dijeron que el que se quedó, se quedó. Esas palabras retumban en mi cabeza”, dijo.

Los familiares de Gonzalo se comunicaron con la Cancillería del Ecuador para pedir ayuda en la búsqueda. También contactaron a la organización 1800 Migrante, que tramita su búsqueda desde los Estados Unidos.

El grupo estaba integrado por 15 personas, de las cuales cinco eran ecuatorianos, según información que recabó esa organización. Tomaron la ruta mexicana para llegar irregularmente a ese país.

Un boletín de prensa señala que “Sarmiento tomó un viaje directo hasta Panamá, luego voló hacia Cancún y de allí avanzó hasta la frontera. Según versiones de algunos compañeros que estuvieron con él, salieron de Ojinaga, estado de Chihuahua, en México, y pudieron cruzar la frontera. Avanzaban por el desierto hasta Fort Davis en el estado de Texas para evitar los controles migratorios”.

Gonzalo Sarmiento tiene 45 años y es originario de la parroquia Achupallas, en Alausí, poblado ubicado al sur de Chimborazo, que es uno de los más afectados por la migración. Las autoridades estiman que al menos tres miembros de cada familia migraron, principalmente a Estados Unidos y a España.

“La salida de ecuatorianos, por aire, mar y tierra, es imparable y preocupante. Los ecuatorianos en su desesperación deciden viajar irregularmente, apostando su vida. Es un viaje peligrosísimo en donde no sabes si vas a llegar a tu destino”, manifestó William Murillo, vocero de 1800 Migrante.

La organización, que tiene su sede en Nueva York, se dedica a prestar asesoría legal a los ecuatorianos que migran a Estados Unidos.

Fuente: El Comercio.