
Por qué el aburrimiento puede ser un buen maestro para tu hijo
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El aburrimiento puede ser un buen maestro para tu hijo
Becky Kennedy explica por qué gritar y castigar no enseña. Aburrirse es clave en la educación emocional.
La crianza moderna enfrenta un cambio de paradigma. Gritar, castigar o sobreestimular ya no funcionan. Así lo explicó la psicóloga clínica Becky Kennedy, en una entrevista difundida el 17 de junio de 2025.
La especialista, conocida como Dra. Becky participó en el pódcast ‘Khloe in Wonderland’, conducido por Khloé Kardashian. Ella dejó claras tres claves para acompañar a los niños hoy: establecer límites con firmeza y empatía, desarrollar resiliencia emocional y dejar espacio para el aburrimiento.
“No criamos con lo que sabemos. Criamos con lo que sentimos”, dijo Kennedy. Para ella, el problema no está en lo que hacen los niños, sino en cómo respondemos los adultos. Por eso, insiste en que gritar no corrige el mal comportamiento. Solo genera miedo, desconexión o sumisión.
La culpa tampoco es un síntoma de fracaso. Al contrario, puede ser una señal de crecimiento. “La culpa materna no significa que lo estás haciendo mal. Significa que estás haciendo algo nuevo”, explicó. Esto, señala, abre la posibilidad de reparar. Pedir perdón a los hijos no les quita autoridad a los padres, sino que les enseña habilidades relacionales.
Otro error común es suponer que los niños nacen con la capacidad de autorregularse. “El mal comportamiento no es un déficit de carácter, es un déficit de habilidades”, afirmó Kennedy.
En lugar de castigar, propone enseñar regulación emocional. Es decir, ayudar a los hijos a entender sus emociones y darles herramientas para gestionarlas.
Para la experta, los límites deben expresarse desde el rol adulto, sin esperar la colaboración activa del niño. Mencionó situaciones cotidianas, como levantar a un niño del sofá si está en riesgo, en lugar de amenazarlo con perder un beneficio. Los berrinches son parte esperable del proceso, y los padres deben sostener sus decisiones con calma.
No evitar el aburrimiento
El aburrimiento, muchas veces evitado a toda costa, también tiene un rol fundamental. Kennedy lo define como una especie de “tierra fértil” para la creatividad, la tolerancia a la frustración y el sentido de competencia. “El aburrimiento no es algo malo. Es donde se desarrollan habilidades internas”, dijo.
Por último, la psicóloga recordó que el autocuidado de los padres no es un lujo. Es un requisito para criar con paciencia y claridad. “Antes de reparar con tu hijo, tienes que reparar contigo mismo”, aconsejó.
Kennedy no ofrece recetas perfectas, pero sí una brújula emocional: conectar antes que controlar, guiar antes que imponer. Y confiar en que aburrirse, frustrarse o equivocarse puede ser parte del camino.