Por qué celebramos la muerte
Por qué celebramos la muerte. Desde enormes pirámides hasta grandes festivales, así se despiden a los seres queridos en diversas partes del mundo y el país. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
En las orillas de uno de los ríos más sagrados del mundo, el Ganges, se creman cuerpos humanos desde la ciudad de Varanasi, India. Flores y pigmentos decoran al difunto que es llevado sobre una camilla entre el ruido y el olor a comida, en dirección a unas pilas de madera de sándalo, en compañía de los cánticos de sus familiares.
Según el hinduismo, morir es la transición de un cuerpo a otro. En otras palabras, creen en la reencarnación y el karma, asegurando que cuando alguien llegue a su ciclo final, el más iluminado, alcanzará el moksha, o liberación. Las llamas acortan el camino, pues el renacimiento continuo no se considera un éxito; más bien, el éxito está en trascender.
Esta es una de las tradiciones más conocidas en cuanto a cómo se celebra la muerte, pero existen muchas más en torno a esta mística que intentan explicar la existencia de un “más allá”.
Según el arqueólogo Juan Pablo Vargas, la cultura egipcia creó tumbas en forma de pirámides porque también creían en la vida después de la muerte.
De hecho, en las paredes de las mismas se escribieron jeroglíficos con hechizos que servían de guía para ayudar a las almas en su tránsito hacia el otro mundo.
Por otro lado, en el continente americano, los aztecas creían que la muerte era un sacrificio para mantener el mundo de los vivos, similar al sentido de la crucifixión en el Cristianismo.
Aunque en este caso la tradición evolucionó hasta que en México se convirtió en la colorida celebración del Día de Muertos en donde se tiene la creencia que estas almas regresan para compartir con su familia por medio de los altares puestos en su honor.
Para varias culturas o varias religiones, el tema de la muerte es un cambio de estadío o de transición del ser humano desde una perspectiva más de carácter filosófico y antropológico
Juan Pablo Vargas, catedrático de Espol
Pero, ¿por qué se lo festeja?, de acuerdo con José Juncosa, antropólogo, rendir tributo a la muerte es una manera de celebrar la vida y destacar que los recuerdos de nuestros muertos aún continúan guiándonos. “Los cementerios son lugares de esperanza a los que se acude en una fecha específica con flores, velas, inciensos, papeles de colores y las comidas favoritas de los seres queridos”.
La muerte en Ecuador
De acuerdo con el antropólogo José Juncosa, para hablar de la muerte se debe tener en cuenta que por un lado existe el modelo andino, muy enraizado en la cultura mestiza y por otro el amazónico de las comunidades shuar.
En el primero existe la creencia de la vida después de la muerte.
“Los cementerios andinos están en el cruce de los caminos porque tienen que ver con el presente y siguen participando de una u otra manera en la vida cotidiana, asimismo en día de muertos se les lleva sus comidas favoritas y se “comparte” todavía con ellos”.
Con el fin de la vida terrenal, expresa el catedrático, no terminan las relaciones de parentesco, compadrazgo o las jerarquías, es por ello que cuando se celebra la muerte al mismo tiempo se celebra la vida.
Sin embargo, el segundo modelo presenta un panorama totalmente contrario, para ellos la muerte es un tabú. “Morir es una señal de debilidad porque no existe muerte natural de tal forma, si alguien muere es porque ha sido víctima de algo o de alguien y no ha sido lo suficientemente fuerte como para pararse”.
Por este motivo, en esta cultura está prohibido nombrar a los muertos, visitar sus tumbas, y si se llora por ellos, quienes lo hagan antes deben pintarse y cortarse el cabello, de esta manera el alma del muerto no reconocerá a la persona doliente ni la llevará a tener un parecido final.
Tienen la aspiración de que el muerto se descomponga y el bosque lo transforme en espíritu, mientras tanto a ese difunto hay que olvidarlo porque ese tránsito entre ser cuerpo y ser espíritu es peligroso para los vivos
Dr. José Juncosa, antropólogo
Es decir, mientras que en el modelo andino se convoca e integra a los difuntos, en el amazónico se los repele incluso mediante cánticos llamados ariscos. Las guaguas de panCon esa idea de que al celebrar la muerte se festeja un poco la vida y se reflexiona sobre ella, la antropóloga Emilia Ferraro realizó una investigación sobre las guaguas de pan que por tradición se las come durante el día de finados.
Llegando a la conclusión en sus textos que estas representan a niños y niñas.
La experta señala que el horno representa metafóricamente al útero de donde salen los bebés y es una manera de festejar la muerte recordando a los vivos que su misión es traer nuevos hijos.
Significación de los rituales
Los rituales, según el docente, hablan más de los vivos que de los muertos y no dicen en el fondo cuál es el significado de la muerte. Las personas no reflexionan eso al momento de comer una guagua de pan, o en un velorio.
Los rituales no nos dicen qué pensar sobre la muerte, sino cómo operar, qué hacer y cómo conducirnos”, manifiesta Juncosa, doctor en Estudios Culturales Latinoamericanos
Es decir, estas costumbre brindan un guion para saber cómo seguir el estereotipo de cómo vestirse de luto o cómo armar un escenario fúnebre, la misa que se debe realizar, etc. “Es una situación tan compleja, que lo único que nos queda es actuar con certezas y los rituales no dan significados, sino certezas de aquello que debemos hacer”, finaliza el investigador.
Por su parte, el arqueólogo Juan Pablo Vargas explica: «Edward Tylor, etnólogo investigador del animismo señalaba que existe una dicotomía entre el cuerpo y el alma que es percibida en los sueños y que se proyecta en la muerte, que acaba con el cuerpo pero no con la esencia que subsiste en forma fantasmagórica.
Los ritos post morten buscan congraciarse y controlar el alma fantasmal que ha adquirido poder».