
Pesebres de varias culturas recuperan tradición navideña en Quito
Imágenes de Jesús, José, María y la estrella de Belén que caben en una caja de fósforos, pesebres hechos sobre lava del volcán italiano Etna o elaborados de papel multicolor de dulce de chocolate se exhiben en el museo del convento de la iglesia de San Francisco, en el Centro Histórico capitalino.
Son parte de unas 80 creaciones artísticas que han llegado al país desde confines tan lejanos como Cracovia, en Polonia, o tan cercanos como Colombia.
Se muestran al público en dos salones. En el primero hay pesebres de Perú, Egipto, España, Colombia, México, Venezuela, África, Austria, Bolivia, Polonia, Italia. En el segundo salón se encuentran los de creación nacional.
Sus temáticas son diferentes, pero giran alrededor del nacimiento de Jesús. Por ejemplo: la casa de la Virgen María, una pequeña plaza para la bienvenida del Niño Jesús o la huida a Egipto, citando las citas bíblicas. Hay pesebres tallados en madera, con espuma flex, porcelanicrón, lienzo, esculpido en arcilla, palo colorado y de ébano, concha, nácar, cerámica, resina, semilla de aguacate, palma real e incluso con técnicas de la Escuela Quiteña.
Sus personajes y tamaño igual: hay indígenas de la Sierra y de la Amazonía, con facciones romanas, gigantes, pequeños, microscópicos, de tamaño normal o a escala.
Pablo Rodríguez, administrador del museo, manifestó que es la undécima exhibición de pesebres que se organiza dentro del convento de San Francisco.
Uno de los objetivos, explicó, es impulsar y mantener la tradición belenística que en época colonial estuvo muy arraigada en Quito. “El belén era un elemento muy importante en las fiestas de Navidad, que aparentemente como que se ha ido desvirtuando y perdiendo con el modismo de otros lugares (como el) Papá Noel, el árbol de Navidad, los renos, que son otro tipo de cultura…”, sostuvo.
Varios de los pesebres pertenecen a colecciones privadas que han sido prestadas, otros han sido confeccionados para la muestra, y algunos traídos desde el exterior.
El año anterior visitaron la exposición unas 20.000 personas. (I)






