Para nadie es un secreto que los niños se sienten atraídos por los sabores dulces y que rechazan los amargos y agrios, que caracterizan a las verduras y vegetales, por eso es tan difícil que aprendan a comerlos.

“La primera clave está en el embarazo, las mujeres que comen estos alimentos durante la gestación tienen hijos que se adaptan mejor a este tipo de comidas”, explica la nutricionista Rocío Castro.

Esto no quiere decir que será fácil, solo que lo hará menos ‘sacrificado’ para el menor.

Otro punto es la paciencia, según indica la especialista. “No podemos esperar que porque hoy le damos una verdura al niño ya le va a gustar mañana o la siguiente semana, es un proceso largo hasta que el paladar se adapta a ese sabor, hasta que le coja el gusto, tenemos que seguir insistiendo”, aclara.

También aconseja brindarle vegetales al niño cuando este demuestre mucha hambre, entonces será más fácil que lo ingiera.

Además de una buena preparación de los platos, la experta recomienda una buena presentación, como dibujar figuras con la comida.

“Esto solo es útil cuando el niño está más grandecito y aprecia el plato, pero si es de brazo tiene que usar otros métodos, como esconder los vegetales en su comida favorita; y también el ejemplo es importante, es normal que un niño siempre quiera lo que está comiendo el adulto, sin importar lo que sea; no le sirva en su plato, haga que lo mire mientras usted come y cuando le pida, dele de comer un poco”, sugiere Castro.

La variedad es otro factor que se debe tomar en cuenta, distintas formas de preparar los vegetales, así como usar salsas y aderezos que mejoren el sabor y que sean saludables. Por último, recomienda estimularlo cuando se coma todo y no obligarlo a consumir lo que no quiere. (F)

15 veces en promedio necesita probar el mismo alimento hasta adaptarse a él.