Pablo Sandoval fue el héroe latino en Serie Mundial

El tercera base venezolano Pablo Sandoval puso el sabor latinoamericano a la Serie Mundial al cumplir la tarea de anotar la carrera que dio el título a los Gigantes de San Francisco por 3-2 sobre los Reales de Kansas City y conseguir el tercer título en tres años.

A lo largo de la serie del «Clásico de Otoño» Sandoval fue jugador clave para los Gigantes, pero brilló aún más al saber coronar su actuación en el juego final por el título al anotar dos de las tres carreras de la novena de San Francisco, incluida la que marcó la diferencia.

Sandoval pisó la caja registradora del «Kauffman Stadium» en el cuarto episodio para silenciar a los 40.535 asistentes al campo de juego de los Reales.

El venezolano de 28 años de edad, nacido en Puerto Cabello, llegó a timbrar la contadora empujado con batazo sencillo por el jardín derecho que conectó el bateador designado Michael Morse.

Fue la carrera que ayudó a los Gigantes a romper un empate en la pizarra y la que dejaría a los Reales sin posibilidades de remontar la pizarra.

Sandoval ya había timbrado la registradora en el segundo episodio, con volado de sacrificio de Morse.

El venezolano se encargó de abrir el movimiento de la pizarra y de sellar el triunfo.

Sandoval además se fue perfecto con el bate al pegar tres veces en las tres oportunidades que tuvo ante los disparos del bullpen de los Reales.

El antesalista concluyó la serie con .429 de promedio de bateo, el más alto del equipo, que unido al logrado en las dos anteriores en las que también participó, tras 12 juegos, lo dejó en .426.

Los únicos que lo superan en la historia de la Serie Mundial entre todos los que han consumido por lo menos 40 turnos son el dominicano David Ortiz (.455) y Bobby Brown (439).

«Increíble, increíble», repetía Sandoval al concluir el partido. «Esto significa mucho, es una dinastía bien bonita, se la debemos al gran compañerismo que tenemos. No es hora de pensar en el futuro, sino de celebrar y después descansar».

Sandoval también fue el que capturó la bola de «foul» que pegó su compatriota el receptor Salvador Pérez y que fue el último «out» del partido con el que también logró tres títulos.

El toletero venezolano podría haber disputado el último partido con los Gigantes al convertirse en agente libre nada más concluir la temporada.

«Esto es demasiado», declaró Sandoval tras haber completado otro partido memorable por la aportación oportuna que hizo al equipo. «Todo es posible en la vida».

Gracias a la labor de Sandoval, los Gigantes que hacen historia con tres títulos en cinco años, primero equipo que lo consiguen desde 194-21946 por los Cardenales de San Luis, también fueron los primeros que ganaron un séptimo juego de la Serie Mundial como visitante desde los Piratas de Pittsburgh en 1979.

El título es el octavo de la franquicia de los Gigantes y tercero desde que se mudaron de Nueva York a San Francisco en 1958. Los únicos equipos que han ganado tantas o más Series Mundiales son los Yanquis de Nueva York (27), los Cardenales (11), los Atléticos de Filadelfia-Oakland (9) y los Medias Rojas de Boston (8).

Sandoval también estableció su propia marca individual al pegar un doblete en la parte alta del octavo capítulo que le permitió llegar a los 26 imparables en la fase final del 2014.

Esa lista de imparables incluye los conectados en el partido de comodín frente a los Piratas (2), en la Serie Divisional ante los Nacionales de Washington (4), la Serie de Campeonato contra los Cardenales (8) y por la Serie Mundial ante los Reales.

La marca anterior de 25 indiscutibles en una sola fase final era compartido por Marquis Grissom (1995, Atlanta), Darin Erstad (2002, Anaheim) y David Freese (2011, San Luis).

Su compatriota el guardabosques Gregor Blanco se fue sin hacer contacto con la pelota en cuatro oportunidades con el bate, aunque si fue centro de atención al generar el único susto que sufrió el lanzador Madison Bumgarner en el noveno episodio.

El encuentro estuvo a punto de tener un desenlace dramático, pero en contra de los Gigantes, cuando un batazo conectado por el jardinero Alex Gordon cayó de hit frente a Blanco, que en su esfuerzo por capturar la bola no pudo retener un mal bote y la bola fue a dar casi hasta la pared, donde acudió al rescate el guardabosque izquierdo dominicano Juan Carlos Pérez.

«Solamente quería que la Serie Mundial fuera un poco más emocionante», bromeó Blanco. «Traté de fildear ese batazo, pero me hizo un ‘bound’ bien difícil. Esta Serie Mundial se la dedico a mi mamá, que está en el cielo».

Pérez, que también se fue en blanco en tres turnos al bate, la victoria fue el resultado de una temporada de sacrificios, en la que le tocó estar entre las ligas menores y la Gran Carpa.

«Me siento muy bien por este título», señaló Pérez, que el domingo también recibía el fallecimiento de su amigo y compatriota Oscar Taveras, ocurrido en un trágico accidente de tráfico. «Batallé todo el año, pero todo eso quedó en el pasado. Somos campeones y ahora vamos a ser campeones también (en República Dominicana) con las Águilas Cibaeñas, en homenaje a Oscar».

Por los Reales el relevo dominicano Kelvin Herrera lanzó dos episodios y dos tercios, permitió tres imparables y retiró a cuatro enemigos por la vía del ponche.

Herrera mantuvo un gran duelo con el zurdo Jeremy Affeldt, de los Gigantes, primer relevista que utilizaron y que cubrió dos entradas, y un tercio sin permitir carreras, el trabajo más largo desde 2012.

En principio, la victoria fue acreditada a Bumgarner, pero el anotador cambió el crédito una hora después de acabado el juego y se la dieron a Affeldt.

El parador en corto venezolano Alcides Escobar tuvo de 3-1, el segunda base Omar Infante pegó 1 de 2, y su compatriota el receptor Pérez estuvo en blanco con 3-0, y aunque no pudieron disfrutar del título si se mostraron orgullosos por la gran temporada que había todo el equipo, que sin Bumgarner en el montículo, la historia hubiese sido muy diferente.