Netanyahu: La comunidad internacional es hipócrita respecto a Jerusalén

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó hoy a la comunidad internacional de hipocresía sobre Jerusalén y le exigió que actúe contra quienes, en su opinión, incitan y tratan de cambiar el status quo de la explanada de las Mezquitas.

En declaraciones al término de una reunión especial de seguridad sobre el intento de asesinato anoche del rabino Yehuda Glick, uno de los ultraderechistas judíos que luchan por cambiar el citado estatus, Netanyahu subrayó que la principal misión ahora es amainar la creciente tensión.

«Hace unos días, ya dije que hacemos frente a una ola de provocación por parte de elementos radicales islámicos y por parte del presidente de la Autoridad nacional Palestina (Mahmud Abas), que dijo que se debe impedir por todos los medios a los judíos entrar en el Monte del Templo», afirmó.

«Aún no es escuchado una palabra de condena de la comunidad de naciones por esas declaraciones inflamatorias. La comunidad internacional tiene que poner fin a su hipocresía y a actuar contra aquellos que provocan, contra aquellos que tratan de cambiar el estatus quo», agregó.

Al hilo de este argumento, Netanyahu aseguró que ha ordenado un nuevo refuerzo de la seguridad en la ciudad santa para «restablecer la seguridad y mantener el estatus quo».

La Explanada de las Mezquitas es el tercer lugar sagrado del islam, tras La Meca y Medina, gestionado por administradores musulmanes desde el siglo VII y colocado bajo supervisión del Gobierno de Jordania desde la firma del tratado de paz en 1994.

Glick, uno de los líderes ultraderechistas más activos en la campaña de lobby para cambiar el estatus y abrir la explanada al rezo judío, fue tiroteado anoche por un presunto pistolero palestino a la salida del centro Menachen Begin, en Jerusalén oeste.

Presidente de la organización «Fieles del Monte del Templo», recibió tres balazos a bocajarro y fue ingresado de inmediato en un centro médico de la ciudad santa, donde aún lucha por su vida.

Su supuesto agresor, identificado como un exconvicto palestino que trabajaba en el mismo centro, resultó muerto esta mañana por los disparos de la Policía en el vecino barrio de Abu Tor cuando al parecer se resistió a la detención.

«Esta batalla quizá sea larga, y en esta, como en otras batallas, lo primero que tenemos que hacer es reducir las llamas. Ninguna parte debe tomarse la justicia por su mano. debemos ser cautelosos y actuar con determinación y responsabilidad, y eso haremos», concluyó Netanyahu.

Esta mañana, y por primera vez en 40 años, Israel, que controla sus accesos, cerró el paso a todos los musulmanes que suelen rezar en este lugar en el que El Corán sitúa el inicio del viaje místico de Mahoma al cielo.

También, e igualmente por vez primera desde la polémica visita del ex primer ministro israelí Ariel Sharon en 2001 -preludio de la segunda Intifada- se cerró el acceso a los turistas a este lugar en el que el judaísmo sitúa el segundo Templo, destruido por el emperador romano Tito hace 2.000 años.

Israel no permitía ya, desde hace meses, la subida a este lugar a los musulmanes menores de 50 años, decisión -entre otras- que alimentó la llama del enfrentamiento que arde en los barrios árabes de la ciudad santa desde principios del verano.

El Gobierno israelí considera Jerusalén su capital indivisible desde que tomara la parte Este en la guerra de 1967, anexión que no reconoce la comunidad internacional.

En su columna de hoy, el reputado analista Narhum Barnea, uno de los principales líderes de opinión del diario conservador «Yediot Aharonot», advertía del peligro que supone que el conflicto político devenga en otro de índole religioso.