Navidad, embarazo saludable

Asimismo, el ginecólogo precisa que durante el embarazo no hay que tomar huevos crudos, por el riesgo infeccioso que implican, ni lácteos no pasteurizados. Estos últimos podrían conllevar la transmisión de la listeria.

“La infección por listeria provoca abortos espontáneos y muerte neonatal. Si bien la frecuencia de la enfermedad es relativamente baja, la gravedad de sus consecuencias sitúa a la listeriosis entre las infecciones de transmisión alimentaria más graves. La listeria se encuentra en los productos lácteos no pasteurizados y en diversos alimentos preparados, y puede crecer a temperaturas de refrigeración”, advierte la Organización Mundial de la Salud.

Además, el doctor Zorrilla afirma que una embarazada no debe consumir patés ni quesos comprados a granel, es decir, que ya estén abiertos en el establecimiento en el momento

de la compra. “Todos los productos se tienen que comprar envasados y abrirlos en casa”, precisa.

En lo relativo a las bebidas alcohólicas, el facultativo asegura que están totalmente prohibidas durante la gestación. “No existen consumos seguros o límites más o menos recomendables. El cerebro fetal es muy sensible al alcohol, incluso en pequeñas cantidades”, subraya.

Aunque los dulces sí se pueden consumir durante el embarazo, la futura mamá debe ser prudente con estos alimentos, sobre todo, en esta época en la que suelen abundar en casi todos los hogares.

Los dulces aportan muchas calorías y los hidratos de carbono que contienen son de absorción rápida, al contrario que los hidratos de carbono presentes en alimentos vegetales, que se absorben de manera lenta y progresiva.

Por lo tanto, cuando una embarazada se excede con los dulces, experimenta picos elevados de glucosa en la sangre.

El doctor Zorrilla manifiesta que lo ideal en el embarazo es “mantener niveles de glucosa intermedios y constantes, ni muy altos ni muy bajos”. Según explica, con una bajada de azúcar en sangre, la gestante puede sufrir un desmayo con facilidad.

De igual modo, relata que el exceso de azúcar, sobre todo en madres predispuestas a la diabetes gestacional, “favorece el incremento de peso de la madre, el exceso de peso del feto, las complicaciones en el parto e implica un mayor riesgo de mortalidad del bebé, una mayor tasa de partos instrumentales, de cesáreas y un largo etcétera de complicaciones importantes”.

Además de lo que come, la embarazada también debe controlar lo que bebe. El ginecólogo recalca que el alcohol está totalmente prohibido durante la gestación y añade que hay otras bebidas que sólo se pueden tomar con moderación.

Este es el caso del café, el té y los refrescos de cola con cafeína. “Se puede tomar una o dos colas al día, pero no más”, asegura.

Del mismo modo, el especialista pone el foco sobre las bebidas con gas. “Para la embarazada, la digestión es un proceso más lento y más difícil. Su ambiente hormonal, con una mayor cantidad de progesterona, ralentiza los movimientos intestinales. Por otro lado, el volumen creciente del útero dificulta la digestión”, describe.

“El meteorismo (gases intestinales), las digestiones pesadas, la acidez de estómago y las náuseas son síntomas digestivos muy frecuentes en la embarazada y se agravan con el consumo de bebidas carbónicas”, subraya.

FUERA DE LOS AMBIENTES CON HUMO

El doctor Zorrilla recuerda que al bebé le llega lo que la madre come, bebe y respira. Por lo tanto, una mujer embarazada no debe fumar y tiene que mantenerse alejada de los ambientes con humo.

El ginecólogo precisa que el feto no respira, por lo que la oxigenación de su sangre se realiza a través de la sangre materna. Así, si la madre fuma o respira el humo del tabaco ajeno, el nivel de oxígeno en su sangre es menor.

“Por otro lado, el tabaco provoca una placenta insuficiente, incapaz de alimentar correctamente al bebé, sobre todo al final de la gestación, que es cuando más lo necesita. Los bebés de madres fumadoras tienen un menor peso al nacer, más riesgo de prematuridad y de déficits neurológicos”, apunta.

Otro elemento que la embarazada debe elegir con cuidado para las celebraciones navideñas es la indumentaria que va a lucir.

“A lo largo de la gestación, el metabolismo y el cuerpo de la embarazada cambian: el peso aumenta, las digestiones son más pesadas, el efecto compresivo y mecánico del útero dificulta las digestiones y el retorno venoso de las piernas, la posición corporal y la curvatura de la columna se modifican, entre otras cosas”, describe el doctor Zorrilla.

Todos estos factores obligan a la futura mamá a reorganizar el armario. “Las recomendaciones son muy sencillas: ropa y calzado cómodos”, destaca.

El especialista aconseja evitar la ropa que comprima el estómago o el abdomen. Esto mejorará las digestiones pesadas, evitará los reflujos y la acidez. Además, explica que usar pantalones ajustados en las piernas “favorece la aparición de celulitis. Si aprietan en la cintura, propician las varices y las piernas pesadas”.

“La columna se arquea aún más durante la gestación y el volumen del útero, en protrusión hacia adelante, aumenta el arco lumbar de la columna. El uso de zapatos de tacón alto agrava el problema, favorece las caídas en la embarazada y los dolores de espalda”, advierte el facultativo.

Por último, la embarazada debe vivir las fiestas navideñas con toda la tranquilidad posible. En este sentido, el doctor Zorrilla aclara que, si la madre está tensa y nerviosa, el bebé siente lo mismo (a través de los cambios hormonales que el estrés provoca en ella).

Su recomendación es “alejarse del estrés y disfrutar de cada momento del embarazo como lo que es, una situación especial que se repite muy pocas veces en la vida de una mujer”.