Muere el expresidente israelí Shimon Peres, a los 93 años
Muere el expresidente israelí Shimon Peres, a los 93 años
El respetado estadista estaba hospitalizado luego de sufrir un derrame hace dos semanas.
Muere el expresidente israelí Shimon Peres, a los 93 años. Shimon Peres, el expresidente, estadista israelí y ganador del premio Nobel de la Paz que murió la noche de este martes (hora colombiana), era un veterano de la política internacional y ferviente partidario de la paz; hasta el último minuto defendió el diálogo con los palestinos.
Dotado de un aura que Israel va a echar de menos, Peres, de 93 años, había dejado la presidencia en 2014 y desde entonces ejercía como sabio, siempre presente en la escena internacional.
Forjado por las derrotas, se imponía una dura disciplina y aseguraba que el secreto de su longevidad era el ejercicio diario, una dieta muy frugal y un vaso o dos de un buen vino.
“Todo el mundo come tres veces por día. Si comes tres veces te llenas de grasa. Pero si uno lee tres veces por día, uno se convierte en un sabio; es mejor ser sabio que graso”, aconsejaba el líder en una entrevista concedida a la AFP en el 2012, precisando que solo dormía 4 o 5 horas.
Desde que dejó la presidencia, ya siendo nonagenario, conservó su vivacidad y siguió viajando por el mundo como un orador requerido en muchos foros mundiales.
De halcón a paloma
Desde que en el 2007 se convirtió en el noveno jefe del Estado de Israel, Peres utilizó esta función para promover la paz, al punto de casi convertirse en el único opositor al primer ministro de derecha Benjamin Netanyahu.
Pero esta figura histórica del Partido Laborista, movimiento que estuvo en los orígenes de la fundación de Israel, no siempre fue un hombre de paz.
“No he cambiado yo. Creo que ha cambiado la situación. Mientras estaba amenazada la existencia de Israel, era lo que ustedes llamarían un halcón (…) En cuanto sentí que los árabes estaban abiertos a la negociación, dije que era lo que preferíamos nosotros también”, decía a Time.
Nacido en Polonia en 1923, llegó 11 años más tarde a Palestina. Shimon Peres es el último representante de una generación de dirigentes que participaron activamente en la creación del Estado de Israel. A su 80.º cumpleaños asistieron personalidades como Bill Clinton y Mijaíl Gorbachov.
El director Woody Allen le mandó un saludo “de un judío malo a uno bueno”. Peres era considerado un halcón laborista. Cuando fue ministro de Defensa, en la década de 1970, apoyó la creación de las primeras colonias judías en la Cisjordania ocupada. Sin embargo, siendo primer ministro, la aviación israelí bombardeó la localidad libanesa de Caná, un ataque en el que murieron 106 civiles en 1996 y que le valió una travesía del desierto.
El eterno perdedor
Sin embargo, Peres logró ser reconocido como paloma de la paz al impulsar los acuerdos de Oslo, sellados en 1993 con la Organización de Liberación de Palestina (OLP). Estos acuerdos sentaron las bases de la autonomía palestina y debían conducir a un tratado de paz. La solución con dos Estados, israelí y palestino, coexistiendo en paz, “es la única vía posible para acabar con el terrorismo, la violencia y el odio”, dijo también en febrero a la revista Time a pesar del declive de los acuerdos.
Peres también estuvo implicado en el esfuerzo de paz con Egipto y Jordania, los dos únicos países árabes con que Israel ha firmado un tratado de paz.
El primer ministro de la época, Isaac Rabin, su gran rival en el seno del laborismo, todavía era muy escéptico con respecto a la vía diplomática para llegar a la paz –en la actualidad muy degradada–, un plan que proyectaba la creación de un Estado palestino y pondría fin a decenas de años de conflicto.
Su papel activo en las conversaciones le valió en 1994 el premio Nobel de la Paz, que compartió con Rabin y Yasser Arafat.
Entró a la política a los 25 años gracias al ‘viejo león’ de la política israelí, David Ben Gurion, a quien conoció haciendo autostop. Su carrera es una muestra de una tenacidad a toda prueba que lo hizo reponerse de todos los reveses y acumular quizás el récord del político con más derrotas.
Vencido en las legislativas de 1977, 1981, 1984, 1988 y 1996, cultivó la imagen del “eterno perdedor” que se levantó después de cada fracaso. Pasó por casi todas las carteras del gobierno: dos veces jefe de gobierno, ministro de Relaciones Exteriores, Defensa, Información, Transportes e Integración. Israel le debe a Peres su robusta industria armamentística y de aeronaútica.
También es considerado el padre del programa nuclear israelí. En la dirección general de Defensa, Peres sentó las bases del programa nuclear israelí y propició la construcción del reactor de Dimona. Se adjudicaba el haber instaurado en la época la política, hoy vigente, de ambigüedad por parte de Israel en torno a si dispone o no del arma nuclear.
Peres justificó la construcción de Dimona por la penuria de recursos energéticos en Israel, pero invocó asimismo las virtudes disuasivas del reactor. “No me cabe ninguna duda de que Dimona confirió a Israel una dimensión disuasiva. Para mí, Dimona fue el primer paso a Oslo”, decía en 2014.
“Shimon Peres fue un presidente importante gracias al estatuto especial que tenía en las capitales del mundo entero y a la dignidad que supo devolver a Israel tras el escándalo de Moshé Katsav”, su predecesor condenado y encarcelado por violación, recordaba con nostalgia el columnista Nahum Barnea.
Las grandes fechas de la vida del nobel
2 agosto 1923: nacimiento en la ciudad polaca de Vishneva de Shimon Persky, que más tarde adoptará el patronímico hebreo Peres.
1984-1986: primer ministro de un gobierno de unión nacional Laboristas-Likud.
1993: supervisa las negociaciones secretas con la OLP que conducirán a la firma de acuerdos de Oslo.
1994: recibe el premio Nobel de la Paz junto a Yitzhak Rabin y Yaser Arafat por su papel en el proceso de paz palestino-israelí.
1995: tras el asesinato de Yitzhak Rabin, Peres lo sustituye al frente del Gobierno y del PL.
Junio 2007: elegido noveno presidente del Estado de Israel.
Julio 2014: abandona la presidencia discretamente y transfiere sus funciones a Reuven Rivlin.