El sábado a las 6:00 de la mañana vecinos del sector Potrerito, en El Calvario, se levantaron sobresaltados al escuchar siete detonaciones en el interior de una vivienda abandonada identificada con el número 4.

Poco después agentes de la Policía del municipio Libertador constataron que los tiros fueron para ejecutar a dos personas. Sus cadáveres yacían en el suelo de la habitación superior del inmueble.

Desde mayo de 2013, esta casa permanecía deshabitada luego del estallido de una bombona de gas doméstico en su interior. Los restos de las dos únicas habitaciones en pie eran frecuentados por liceístas e indigentes.

El primer cadáver es de un joven de diecisiete años de edad, identificado como Dominic Rodríguez. Recibió por lo menos dos tiros y cayó en el umbral de la habitación.

El otro cuerpo no fue identificado. Aparentemente se trata de una joven menor de edad que trató de ocultarse bajo un catre, mientras Rodríguez alejaba a los agresores con un pico de botella. Le dispararon a través del colchón con una pistola calibre 9 milímetros. Cuando asomó la cabeza la dieron por lo menos otros dos tiros. A su lado quedó una pequeña cartera.

Luego de matar a Rodríguez, algunos integrantes de la banda gritaron al hombre que tenía la pistola para que no disparara contra la otra víctima, pero fue inútil.

Vecinos relataron que los homicidas pertenecerían a una banda de La Acequia. Los fallecidos tampoco viven en el sector.

Ambos cadáveres estaban vestidos cuando fueron encontrados por los agentes municipales.

El fin de semana comenzó en Caracas con veinte muertes violentas.