¿Más horas de clase tendrán docentes de universitarios?
El Consejo de Educación Superior (CES) aprobó la noche del miércoles 7 de mayo una reforma que aumenta el número de horas de clase semanales para los docentes de las instituciones de educación superior públicas del país. Tras 12 horas de sesión del Pleno del CES, se resolvió que los profesores universitarios que trabajan a tiempo completo dicten de 14 hasta 26 horas de clase, aquellos que trabajan a medio tiempo tendrán que cumplir entre siete y 13 horas y los de tiempo parcial, de dos a nueve horas de clase. Antes el máximo para profesores a tiempo completo era 16 horas, para principales; 18, para agregados; y 20, para auxiliares.
La reforma se aplicó a la normativa transitoria para el desarrollo de actividades académicas en las instituciones de educación superior, debido al estado de excepción decretado por el estado de emergencia a causa del covid-19.
Esta última entró en vigencia el 26 de marzo del 2020. Y la reforma debatida el miércoles 7 de mayo rige desde esa misma noche, confirmó la presidenta del CES, Catalina Velez. La titular del CES además explicó que las medidas estarán en vigencia mientras dure la emergencia sanitaria, es decir para todos los periodos académicos del 2020. Y aclaró que se aplica únicamente para las universidades publicas.
Docentes investigadores consultados por este Diario manifestaron su rechazo a esta medida. Aseguran que este aumento pone en riesgo la calidad de la educación, ya que no da lugar a la investigación científica y a otras tareas propias de la labor académica. Velez enfatizó en que del cumplimiento de esas horas están exentos los rectores, vicerrectores, decanos, subdecanos y autoridades de similar jerarquía. La norma tampoco aplica para los profesores que hacen investigación y proyectos de vinculación con la sociedad. Esto, “siempre y cuando los proyectos estén dentro de las líneas de investigación de la institución, sean de interés estratégico para el país y tengan presupuesto preasignados”, dijo la presidenta del CES. Significa –explicó– que los proyectos debían estar en marcha o planificados para arrancar, con presupuesto listo.
En la sesión además se aprobó el aumento del número de alumnos por paralelo. Para las carreras que por la emergencia se dictan en modalidad en línea o híbrida, el Pleno del CES exhortó a no crear paralelos innecesarios, en las más demandadas. En la propuesta para esta normativa se mencionaba que para carreras híbridas el número mínimo de alumnos sería de 40 y en la modalidad en línea cada paralelo debía tener entre 60 y 100 estudiantes. Pero Velez aclaró que esos números no se fijaron. Explicó que la intención es que se habrá un segundo paralelo siempre y cuando sea necesario, para optimizar recursos.
Además precisó que si hubiera un curso de siete o 10 estudiantes este debe abrirse. “Hay carreras como bioquímica o geografía, con pocos alumnos”. En la resolución del CES, dijo Vélez, no se pide suprimir sino optimizar. La reforma se hace, en medio de la protesta de 32 universidades, que tendrán alrededor de USD 100 millones menos en su presupuesto. Sus rectores han denunciado que no fueron notificados por Richard Martínez, ministro de Finanzas. Simplemente sus departamentos financieros vieron el recorte. El lunes hubo una movilización grande en Quito, pese a las restricciones para movilizarse.
También se desarrollaron plantones en otras ciudades del país. Se oponen varios sectores, que le recuerdan a las autoridades de Gobierno que la Constitución en su artículo 165 señala que ni en estado de excepción es posible tocar fondos destinados a la educación. De los 2 000 profesores de la Universidad Central, el 17,67% trabaja a tiempo parcial, un 26,94% lo hace a medio tiempo y el 55,18% es docente a tiempo completo. Además hay un 0,21% de docentes contratos por servicios profesionales, que trabaja por horas. Andrés Luna es docente a tiempo parcial en una universidad pública y de medio tiempo en una particular. Su carga horaria, además de las clases, incluye preparación de clases, calificación de tareas, seguimiento del aprendizaje de sus alumnos, entre otros. Además, comenta que dedica tiempo a tutorías académicas como director de tesis y a dar atención personalizada a sus alumnos. También, dice, hay horas de gestión administrativa para procedimientos como exámenes complexivos, grados y otros. Eso, detalla el profesor, le deja una hora semanal para investigar y producir artículos o libros. Por eso dedica su tiempo en la noche (al menos 10 a la semana) para esas tareas.
El docente considera que aumentar el número de horas para maestros, pese a no estar vinculados a investigaciones y proyectos de la universidad, llevaría a la improvisación, ya que los docentes se especializan en sus materias. “Alguien que no está capacitado para una materia deberá asumirla para cumplir con la carga horaria”. Además señala que se perderían horas de preparación de clases. “Valdría la pena revisar el tiempo que tienen los profesores para preparar sus clases. Por cada hora de clase, la universidad europea permite tener entre tres y cuatro horas de preparación”.