La crisis política de Quito incluye corrupción y golpismo, advierte el académico Fernando Carrión

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María Luisa Maldonado, excandidata a la Alcaldía, propone elegir en una misma fórmula alcalde y vicealcaldesa o alcaldesa y vicealcalde, para evitar reparto del poder.

Punto Noticias. En el programa especial de Pichincha Comunicaciones “El Quito que tenemos, una radiografía del abandono”, fueron entrevistados Luisa Maldonado, exconcejala y excandidata a la Alcaldía, y Fernando Carrión, catedrático de Flacso, para analizar la crisis política por la que atraviesa la capital de los ecuatorianos.

Para Carrión el problema de Quito es muy complejo, porque abarca problemáticas de índole político, crisis de representación política, falta de un proyecto de ciudad, entre otras.

Deploró que, desde principios de este siglo hasta la actualidad, la capital ha tenido cinco alcaldes, de cinco partidos políticos distintos, que ha causado que no haya continuidad en las políticas, sumado a que en las últimas elecciones, en 2019, el alcalde Jorge Yunda ganó con apenas el 21 % de los votos.

Cuestionó que hubo 18 candidatos a la Alcaldía y en Quito hay 33 organizaciones políticas, muchas de estas “de alquiler”; es decir, que prestan sus nombres para auspiciar a postulantes que no tienen sus propias organizaciones, como Jorge Yunda que dejó Alianza PAIS y Santiago Guarderas, quien abandonó el PSC.

Esta situación provocó una crisis de legitimidad y representatividad, porque Yunda y el partido que lo aupó llegó al Municipio con tres concejales y 21 % de los votos de los quiteños, mientras que otras tiendas políticas, como Fuerza Compromiso Social ganó el Concejo Metropolitano con nueve concejales.

También hay crisis de gobernabilidad en la estructura del Concejo, ya que, con 21 concejales, hubo cinco bloques, en principio, y ahora son 21 bloques. Estamos enfrascados en una crisis que está siendo manejada de manera incorrecta, sostiene Carrión, básicamente expresada en corrupción y golpismo, reflexiona.

Afirmó que se ha politizado la justicia y se judicializado la política, con lo que se trata de esconder la gran crisis que tiene la ciudad, que no es del momento y que no se resolverá con el cambio de alcalde.

El catedrático cree que el problema está en el Código de la Democracia, que debe ser reformado, de manera profunda, para evitar que continúen existiendo los partidos políticos y movimientos de alquiler.

Luisa Maldonado se declaró parte del proceso de lucha histórica del movimiento social por la ciudad y su decisión de participar en la política obedece a que las demandas sociales no han sido subsanadas, todavía, como la necesidad de tener un espacio para vivir, para trabajar.

A su criterio, la clase política hace rato que no está representando a la necesidad real de los barrios populares.

Reconoció que en Quito sí ha habido planificación, propuestas de planificación, en administraciones como la de Sixto Durán Ballén, Álvaro Pérez Intriago, Luis Andrade Nieto, época desde la cual se venía pensando en el trolebús. Rodrigo Paz, con su plan de ciudad; Jamil Mahuad, que transformó la ciudad y cambio la vida con el sistema de trolebús.

Lo destacable es que había una visión de ciudad, se pensaba en la ciudad y en los servicios para la ciudad, dice Maldonado, para quien hoy en día hay una suerte de condicionamientos, de varios grupos de poder, que presionan a la Municipalidad para que se cumplan las agendas de esos sectores.

“Esa visión de ciudad que se tenía antes, de ir hacia el desarrollo pensado para 20, 30 años, ya no existe, lamentó Maldonado.

Esta de acuerdo con la propuesta de Carrión de reformar el Código de la Democracia, pero incluye otro planteamiento: que, para evitar los amarres y reparto del poder en el Municipio, se introduzca una normativa que permita elegir alcalde y vicealcaldesa o alcaldesa y vicealcalde en una misma papeleta, en una misma fórmula.

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