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Los países con la tasa de fertilidad más baja expuestos en un preocupante gráfico

Somos unos 8.000 millones de humanos y en 2080 la cifra aumentará hasta los 10.300 millones. El problema es que, aunque seremos más personas en la Tierra, no todos los territorios crecerán de forma homogénea y ya hay quien afirma que el verdadero reto del siglo XXI es el demográfico. En países como España, Reino Unido o casos más dramáticos como Corea del Sur, hay serias dudas sobre cómo una población que no se renueva podrá atender las necesidades de una población cada vez más envejecida. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

 

 

Y ese problema demográfico se puede ver a la perfección en el gráfico que han elaborado desde Visual Capitalist:

paises con la tasa de fertilidad mas baja

Muy por debajo de la media

En él, se muestran los países con la tasa de fecundidad más baja de 2024, según los datos recopilados por Statista. Así, podemos ver que en Asia hay un verdadero problema demográfico con Taiwán liderando la lista por la parte de cola junto al mencionado caso de Corea del Sur y Singapur. Hong Kong y Macao se encuentran a la par con Ucrania, con 1,2 hijos por mujer en edad fértil, y España no está lejos, con 1,3.

Entre otros países, tenemos Italia, Polonia, Japón, Grecia, Puerto Rico o Costa Rica con tasas de fecundidad menores a la de 2,1 hijos por mujer. Esta es la considerada como «ideal» debido a que es la que garantiza la tasa de reemplazo. Esta tasa supone que no hay migración y que la tasa de mortalidad es estable, siendo la idónea para reemplazar a ambos padres cuando éstos fallezcan.

 

Caída libre

Actualmente, la media mundial se encuentra en los 2,3 hijos por mujer, una cifra que está muy alejada del promedio de cinco nacimientos por mujer fértil que se daban en 1950. Eso de «mujer en edad fértil» comprende las mujeres de entre 15 y 45 años, que es el indicador que han tomado para generar este gráfico.

Esta situación está provocando que, mientras en países de Asia central, meridional y sudoriental, así como en Latinoamérica y América del Norte se espera que la población siga aumentando hasta 2100, en otros territorios como Europa se estime que se producirá una disminución de la población del 7% de cara a 2050.

 

Con asterisco.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que hay varios indicadores que se pueden tener en cuenta para realizar estas estimaciones demográficas. Por ejemplo, uno es el de la tasa bruta de natalidad, que son los nacimientos por 1.000 habitantes. Otro es la tasa global de fecundidad, que es la que tiene en cuenta los nacimientos medios por cada mujer en edad fértil (esos 15 a 45 años) si viviese hasta el final de la misma y se ajustase a lo que le corresponde por franja y media.

Es por eso que, dependiendo del indicador que se tenga en cuenta, podamos ver casos más o menos dramáticos. Por ejemplo, Corea del Sur, con tasas brutas de natalidad que son mucho más bajas que las de fecundidad, encontrándonos con que, actualmente, están en 0,72 hijos por mujer, siendo la tasa de natalidad más baja del mundo. Y, teniendo todo esto en cuenta, los datos se basan en estimaciones.

 

España

Dicho esto, y como decimos, España está muy comprometida. El año pasado ya contamos que nacían al día 900 bebés, la cifra más baja desde que hay datos y ya entonces se marcaba una tasa de fecundidad de 1,3 hijos por mujer. Además, el sistema está gripado, con más bebés de madres de 41 años que de 25, lo que ha supuesto un desplome del 24,1% de los nacimientos durante la última década y un saldo vegetativo negativo.

Esto está provocando que España sea cada vez más un país de mascotas… y menos de niños. Según el INE, en 2022 había 1,8 millones de menores de cuatro años censados. En 2011 había casi 2,5 millones, lo que supone una importante caída en apenas una década.

 

Casos dramáticos

Se suele decir que mal de muchos, consuelo de tontos. Y en el asunto demográfico hay países que están peor que España. Mucho peor. Ucrania es un ejemplo debido a una crisis demográfica que empezó a gestarse hace tres décadas, pero que se ha agravado desde la invasión de Rusia: el país ha perdido 10 millones de habitantes desde entonces. Tenemos países como China, donde también hay más mascotas que hijos y en el que se están aplicando diferentes medidas para intentar «intervenir» en las decisiones de las mujeres sobre la maternidad.

El caso más dramático es, sin embargo, Corea del Sur. El país asiático está desesperado por animar su natalidad, tanto que ha puesto en marcha medidas como el supercheque bebé de 70.000 euros, favorecer la contratación de niñeras extranjeras y algo que puede parecer una locura: que las niñas empiecen el colegio antes que los niños. ¿La idea? Crear una diferencia de edad de un año entre niñas y niños en la escuela, ya que esto haría que fueran más atractivos entre sí para cuando alcancen la edad para contraer matrimonio. Sí, medidas desesperadas.

 

¿Resultados?

Con medidas como las del supercheque, es de suponer que la natalidad remonte al permitir que familias que tenían dudas debido al gasto que supone un hijo se vieran incentivadas. Volviendo a Corea del Sur, desde abril el país encadena una racha casi ininterrumpida de aumento tanto de matrimonios como de nacimientos. Que, en pleno invierno demográfico, ambos crezcan, es una buena señal. El país ha encadenado varios meses en los que la tasa de nacimientos interanual era positiva, pero el gran problema es que es pronto para descorchar el champán debido a que puedan ser datos fruto de un espejismo.

El motivo es que ese repunte de matrimonios se ha dado en los años posteriores al COVID-19, cuando muchas parejas tuvieron que retrasar sus compromisos y hay quien interpreta que esa explosión de nacimientos es fruto de esas parejas que pospusieron sus bodas.

De la manera que sea, y sean los indicadores más o menos precisos, es evidente que hay una gran crisis demográfica en muchos países y la gran preocupación sobre quién va a sostener sistemas como el de pensiones es… evidente.