En Quito, hospital atiende a pacientes COVID-19 hasta en carpas y faltan espacios
Los mayores riesgos de contagio de coronavirus en Quito son en el domicilio y en las reuniones familiares.
Según datos de la Secretaría de Salud del Municipio capitalino, el 45 % de las personas se ha contagiado en el hogar o donde la familia ampliada, es decir, en una visita ocasional a allegados cercanos.
Luego, en el sitio de trabajo con el 30 % y, después, en las aglomeraciones y el transporte público. “Yo solito me contagio en el transporte público, pero llego a casa y contagio a cuatro personas”, dijo Francisco Pérez, de esa entidad local.
Indicó que esos porcentajes se obtienen del levantamiento de información que realizan a través de brigadas que están desplegadas en la ciudad y de las más de 80.000 pruebas ya hechas en la capital.
Capacidad de atención
Sobre la situación de la pandemia en la capital, Pérez señaló que la última semana ha habido un pequeño repunte de casos, por lo que hay preocupación por la ocupación de camas de cuidados intensivos.
A mediados de diciembre, unas quince personas estaban en lista de espera de esas camas y ahora esa cifra se ha duplicado, dijo el funcionario.
Por el aumento de pacientes con problemas respiratorios y positivos de COVID-19, en el hospital IESS Quito Sur, se reabrió su hospital de campaña.
Además se adecuaron, en las instalaciones internas de ese centro, nuevos espacios, como por ejemplo en la cafetería. En aquel sitio se instalaron 20 camas con 10 tomas de oxígeno para pacientes aquejados por la pandemia.
Hugo Espejo, subdirector de medicina crítica del hospital IESS Quito Sur, indicó ayer que las 20 camas en la cafetería están llenas y han empezado a usar con más regularidad las carpas militares con los pacientes de prealta.
Agregó que durante cuatro días ha habido unas 200 atenciones de pacientes sospechosos COVID-19 y el 25 % al 30 % ingresarán a hospitalización.
Édison Ramos, del hospital Carlos Andrade Marín, expresó que durante la primera semana de enero existe una demanda más alta que la de noviembre y de diciembre del 2020.
Ramos indicó que hacia la última semana de enero y la primera de febrero habrá un panorama mucho más claro tras las festividades de Navidad y de Año Nuevo.
La Secretaría de Salud del Municipio concluyó un estudio mediante pruebas rápidas de serología para conocer el estado inmunológico de las personas en distintas zonas.
Pérez agregó que se busca conocer si la ciudadanía ya ha tenido o no contacto con el virus o si está enferma.
Se aplicaron unos 1.600 testeos en cinco parroquias de Quito que son las que tienen mayor número de contagios: Cotocollao, Calderón, en el norte; Chillogallo, La Magdalena y Guamaní, en el sur.
Hubo un muestreo aleatorio en los domicilios, seleccionados al azar. Se tomaron las muestras a dos personas.
Con los resultados, que se conocerán la próxima semana, el Municipio evaluará si amplía la investigación a otras zonas.Servirá además para validar un estudio que fue realizado por el Ministerio de Salud.
En tanto, los rastreadores de coronavirus, a través de llamadas telefónicas, que iniciaron su labor el pasado 28 de septiembre, han hecho 22.324 telefonazos. De estos, 45,28 han sido a pacientes positivos.
Voceros del cabildo explicaron que, en una primera llamada, el rastreador pregunta si la persona había experimentado tos, fiebre o dificultad para respirar o a qué distancia estaba de algún contagiado, si llevaba o no mascarilla.
Cada rastreador hace de 30 a 40 llamadas al día, divididas entre pacientes positivos y negativos. Entre el 10 % y el 15% de ellos tiene el virus y se le recomienda realizarse una prueba PCR. Se hace un seguimiento cada 48 horas hasta completar los catorce días.
Su labor se inicia cuando la gente asiste a una de las 34 brigadas móviles o a los puntos de triaje, donde se toman los datos personales, se da una atención médica en busca de criterios clínicos y epidemiológicos y se toma una muestra para coronavirus. (I)