Tumarina es el ritual indígena del florecimiento que perdura en Otavalo
Los indígenas otavaleños realizaron la tradicional ceremonia del Tumarina (Fiesta del Florecimiento) en diferentes vertientes que consideran sagradas. Aquello fue la mañana del último martes de carnaval.
Las warmis (mujeres) recolectan pétalos de flores y los llevan en baldes hasta las vertientes para realizar un baño sagrado que, según sus prácticas ancestrales, los lleva a reencontrarse con la nueva vida y a renovar energías.
Además de pétalos de rosas y plantas ornamentales, las flores silvestres de Tuktu (maíz), Ñakcha (flor amarilla que crece en las cementeras) y tawri (flor de la planta de chochos) son las que se usan en el ritual.
Los yachak (sabios) realizan los baños de purificación colocando los pétalos de flores sobre la cabeza a quienes están parados en la mitad de las vertientes y luego los rocían con el agua de esta.
Pedro Cabascango, encargado de realizar el ritual, explicó que el tiempo de florecimiento –conocido también como Sisay Pacha– los invita al florecimiento espiritual.
“En el Tumarina tenemos la oportunidad de observar, oler, palpar la naturaleza y reencontrarnos con nuestros recuerdos y vivir un florecimiento espiritual renovando nuestros sentimientos, nuestros corazones y actitudes”, dijo Cabascango.
María Maygua realizó el ritual a su esposo; este, a su vez practicó el baño ritual a sus hijos y ahijados.
Ellos manifestaron que durante 20 años consecutivos han acudido a las vertientes para practicar la ceremonia del Tumarina, aunque también comentaron que existen familias que practican la ceremonia en sus viviendas.
Esta actividad es uno de los cuatro raymis (fiestas) que anualmente celebran los indígenas de esta zona andina.
El ritual del Tumarina es parte del Pawkar Raymi, que coincide con uno de los equinoccios. Las otras fiestas relevantes son: Inti Raymi, Kayak (Kapak) Raymi y Koya (Coya, Kolla o Killa) Raymi. (F)