Los familiares indicaron que en la casa de salud les dijeron que las pertenencias del periodista fueron incineradas.

Punto Noticias.- Un detenido la madrugada de este jueves en Guayaquil, con fines de investigación, fue llevado a la Fiscalía del Guayas para rendir su versión del retiro de dinero de las cuentas del periodista Augusto Itúrburu, quien fue víctima mortal del coronavirus en abril pasado.

El periodista Itúrburu ingresó al hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) Los Ceibos luego de conocer que fue contagiado de covid. En esos momentos, el paciente dejó sus pertenencias a la administración del hospital, con tarjetas de él y de su padre. Cuyas cuentas bancarias fueron retirados todos sus fondos horas después del deceso del comunicador.

“Mientras la familia de Augusto iba a retirar su cadáver, su padre, un jubilado que decidió no revisar más su celular por la tristeza, empezó a recibir las notificaciones de retiro de su cuenta. En el banco le han dicho que no tiene nada de dinero”, indicó una colega del fallecido en su cuenta de Twitter.

Nelson Vela, el fiscal que lleva a cargo la indagación previa del caso, dijo que tras los análisis de las cámaras de videovigilancia de los cajeros automáticos en donde fueron a hacer los retiros de dinero, se concluyó de la presencia de un vehículo, cuyo propietario es un mecánico.

Con esos indicios, este jueves allanaron varias casas en la ciudadela Lotes Alegría, en el kilómetro 8.5 vía a Daule, allí se detuvo al dueño de dicho vehículo.

Con el testimonio de esa persona esperan dar con el individuo que robó los recursos de Itúrburu del hospital, la entidad cuando conoció este incidente, advirtió que empezará una investigación interna.

Los familiares indicaron que en la casa de salud les dijeron que las pertenencias del periodista fueron incineradas. Ellos denunciaron el caso en la Fiscalía.

El periodista Itúrburu falleció el 15 de abril, enfermo del covid. Tenía 40 años y se desempeñaba como redactor en la sección de Deportes de diario El Telégrafo, en Guayaquil.

Fuente: El Universo