Los errores que están matando tu perfil en Workana
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Te has registrado en Workana. Lleno de ilusión, piensas que los clientes llegarán en avalancha, que tendrás proyectos por doquier y que tu cuenta bancaria, mágicamente, engordará. Pero pasa un día. Y otro. Y nada. Nadie te escribe, nadie te contrata. Y empiezas a preguntarte si el problema es el algoritmo o, peor aún, tú mismo.
No te preocupes. No estás solo. La mayoría de los freelancers que fracasan en plataformas como Workana lo hacen por los mismos errores. Hoy te voy a contar cuáles son y cómo evitarlos. Porque sí, hay solución, pero primero tienes que ser brutalmente honesto contigo mismo.
El perfil incompleto: la declaración de “no me importa”
¿Te has cruzado con esos perfiles que parecen hechos en 5 minutos? Sin foto, sin descripción, apenas un par de habilidades marcadas. Ahora, sé sincero, ¿contratarías a alguien así? No, ¿verdad? Pues los clientes tampoco.
Un perfil incompleto grita desinterés. Es como llegar a una entrevista de trabajo en pijama. No importa si eres el mejor diseñador gráfico del mundo; si tu perfil parece un borrador, nadie se molestará en conocerte.
¿Cómo solucionarlo? Tómate el tiempo de completarlo todo. No dejes espacios en blanco. Incluye una biografía bien escrita, experiencias relevantes y habilidades que realmente domines. Los detalles importan. Es tu carta de presentación. Haz que cuente.
Descripciones genéricas: “Soy freelancer y hago cosas”
La descripción de tu perfil es tu pitch de ventas. Pero muchos escriben frases como: “Soy un profesional dedicado y responsable”. Vamos, eso no dice nada. Es como un anuncio que solo dice: “Producto bueno. Cómprelo”. No engancha, no vende.
Un buen ejemplo sería:
“Soy redactor creativo con más de 5 años de experiencia ayudando a marcas a conectar con su audiencia. Especialista en storytelling, optimización SEO y generación de contenidos persuasivos”.
Esto no solo es específico, sino que le dice al cliente exactamente por qué debería contratarte.
Recuerda: el cliente no quiere contratar a cualquiera. Quiere contratar a alguien que le solucione un problema. Y para eso, tu descripción debe hablar directamente de lo que puedes hacer por ellos.
Falta de portafolio: un CV sin pruebas
Decir que eres buenísimo en algo es fácil. Demostrarlo, no tanto. Si tu perfil en Workana no tiene muestras de tu trabajo, estás perdiendo oportunidades. Los clientes quieren ver resultados, quieren pruebas de que puedes hacer lo que dices.
No necesitas un portafolio gigante. Incluso si estás empezando, puedes incluir proyectos personales, colaboraciones o trabajos ficticios. Si eres diseñador gráfico, sube algunos logos. Si eres redactor, incluye artículos o textos que hayas escrito. Si programas, comparte un enlace a proyectos que hayas desarrollado.
La clave está en mostrar, no solo contar. Porque, seamos realistas, cualquiera puede decir que es un “crack en su campo”. Pero pocos se toman el tiempo de demostrarlo.
Habilidades incoherentes: “Soy todo y nada”
¿Has visto esos perfiles que dicen tener 30 habilidades diferentes, desde “Diseño UX” hasta “Reparación de motores”? Sí, parecen un buffet libre de competencias para que elijan las que mejor encajen. Pero eso no genera confianza. Los clientes buscan especialistas, no todólogos.
Si tu lista de habilidades parece una sopa de letras, estás confundiendo a los clientes. En lugar de parecer un profesional versátil, pareces alguien que no tiene claro a qué se dedica.
El truco está en ser selectivo. Elige 5 o 6 habilidades que realmente domines y enfócate en ellas. Si eres diseñador, no pongas que también haces marketing y escribes poesía en tus ratos libres. Enfócate y demuestra que eres experto en tu campo.
La foto inadecuada: el gran filtro
Sé que esto parece superficial, pero la primera impresión importa. Mucho. Y tu foto de perfil en Workana es lo primero que verán los clientes. Ahora bien, si tu foto es un selfie con fondo de baño, un filtro de Snapchat o simplemente no tienes foto… estás perdiendo credibilidad.
Una buena foto no significa que necesites un fotógrafo profesional. Solo necesitas verte bien y proyectar confianza. Busca un lugar con buena luz, usa ropa limpia y neutra, y sonríe. No hace falta más. Pero evita cualquier imagen que grite: “No me lo tomé en serio”.
Entonces, ¿qué pasa ahora?
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La mayoría de los freelancers cometen estos errores por desconocimiento o pereza. Pero ahora ya no tienes excusa. Ahora sabes lo que está fallando y, lo mejor de todo, sabes cómo solucionarlo. Así que, tómate el tiempo de pulirlo. Porque créeme, cuando los clientes empiezan a llegar, todo ese esfuerzo valdrá la pena. Y no solo estarás compitiendo en Workana, estarás ganando.