Las cifras de contagiados del COVID-19 en las provincias centrales del país van en aumento en los últimos días. En Tungurahua, mientras el lunes 15 de junio se registraron 695 casos confirmados, para el jueves 18 sumaron 777, o sea, 82 más en cuatro días. Los fallecidos también subieron de 81 a 85 en ese mismo periodo, según el informe oficial del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Mientras que en Cotopaxi del lunes al jueves los casos confirmados subieron de 767 a 832 y los fallecidos de 68 a 83, es decir, 15 muertos en cuatro días: en tanto en Chimborazo subió de 554 a 591 los contagiados y las muertes por COVID-19 de 126 a 133.

María Esther Veloz, concejal de Latacunga, dijo que cuando se dio el cambio de color de semáforo de rojo a amarillo no se tomaron en cuenta las recomendaciones de las mesas de Salud y Productividad del Comité de Operaciones Emergentes (COE) cantonal que no estuvieron de acuerdo con esa decisión, criterio que lo comparte Marco Philco, presidente del Colegio de Médicos de Cotopaxi, que dijo que no primó el punto de vista médico sino lo político-económico.

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Tanto Veloz como Philco advierten que es preocupante el aumento de los casos confirmados, que esa es la razón para que el Hospital General Latacunga como el del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social en Cotopaxi estén saturados de pacientes COVID-19.

“Los casos van en aumento y no es solo en Cotopaxi sino en las provincias cercanas como Tungurahua, en donde tenemos los hospitales desbordados, no tienen capacidad para atender y va a comenzar a aumentar la mortalidad, no va a haber camas en terapia intensiva y va a comenzar a pasar lo que pasaba en Guayaquil o en otros países, escoger quién vive y quién es el que muere”, aseveró el doctor Philco.

Mientras tanto, Fernando Guerrero, gerente del Hospital Provincial General de Latacunga, reconoció que ante la alta demanda en los últimos días se están haciendo ajustes al plan de contingencia, que actualmente tienen 30 camas para hospitalización y 10 para UCI, pero que se hacen extensiones para 15 y 5 adicionales, respectivamente, pero aclaró que tiene que ser integral con más médicos, prendas de protección y medicamentos.

Comentó que siempre hay pacientes que ingresan y otros que salen, en ese sentido este miércoles pasado en hospitalización estuvieron 24 camas ocupadas, mientras que en UCI a diario se encuentran entre 7 y 8, cuando al inicio de la pandemia tenían de dos a cuatro.

En Riobamba también hay inquietud. “En este momento estamos con 16 pacientes en el área respiratoria, en donde existe la capacidad de 40 camas, es decir, estamos con el 32 % de ocupación. Ellos son pacientes moderados (de COVID-19) que cuando pasan a un estado crítico necesitan de una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)”, señaló Roberto Costales, gerente del Hospital General Docente de Riobamba.

Afirmó que de la UCI el hospital tiene nueve camas, de las que se encuentran ocupadas siete. Si llegan dos pacientes estarían con el 100% de la capacidad, pero aclaró que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que por las camas que existan en el área de pacientes moderados haya el 10 % en cuidados intensivos, pero que tienen más y que incluso se busca ampliar por si haya un rebrote y se complique la situación, que máximo se pueden ampliar a 20 camas.

Indicó que al haber pasado a semáforo amarillo se atiende a pacientes con otro tipo de patologías y traumas, que hace pocos días hubo siete pacientes COVID-19 e igual número de otras especialidades en terapia intensiva, pero estos últimos en un área limpia del virus.

En UCI se mantiene entre el 80 % al 90 %, porque hay pacientes que llegan complicados luego de haber estado con tratamiento particular, que se automedican o se someten a curaciones con medicina ancestral, pero que en todos los casos no se recuperan.

No obstante, añadió Costales, se quieren ampliar a 120 camas como medida preventiva, pero que si se necesitan 60 camas hay como hacerlo inmediatamente.

Dato

En Cotopaxi, en cuatro días hubo 15 muertes por el virus, según el MSP. (I)