El chigualo, el canto para Jesús que se da en Manabí

Montecristi –

“La Virgen María me recomendó/ que a este niño lindo/ lo cuidara yo”, fue el verso, conocido en Manabí como chigualo, que narró Daniela Delgado, de 11 años, de las comitivas de madrinas y padrinos del Niño Jesús, que cada noche le cantan en Montecristi.

El chigualo es una composición cantada en versos o narrada como villancico y que es anunciada durante las fiestas que se desarrollan en barrios y comunidades de Manabí.

La riqueza oral que exponen estos versos es la forma tradicional de celebrar la Navidad en Manabí. Esta manifestación cultural es dedicada al Niño Jesús. Y a más de los amorfinos hay actos de diversión como juego de ruedas, bailes, cantos y comidas, dijo Alberto Miranda, director del grupo Fortaleza de la Identidad Manabita.

Agregó que muchos matrimonios de la ruralidad manabita tuvieron sus orígenes en esta tradición. Pero ahora los niños son los que rescatan estos cánticos, que agradan a las actuales generaciones.

Marcos Mero, de Montecristi, narró un verso que lo exclamaba al llegar a la posada, una reunión que se desarrolla en la casa de una familia que acoge al pesebre viviente. “A la virgencita le pido un favor/ que me preste al Niño/ que es el Salvador”, repitió.

En Montecristi, las fiestas tienen una organización que empieza con años de antelación. Yoly Vélez contó que su hija, Angelina Mendoza, solicitó en 2015 a la Basílica Menor ser considerada entre las casi 50 madrinas anuales.

En su pesebre viviente hay unos 30 niños, quienes se visten como Virgen María, san José, pastores, ángeles, Reyes Magos y otros. Ellos, del 15 de diciembre al 6 de enero (Día de Reyes) comparten noches de cánticos.

“Es uno de los cantones donde aún se mantiene una tradición tan arraigada y en donde los chigualos forman parte de esta celebración, cada noche”, indicó Vélez, quien acompaña a su hija hasta hoy, 25 de diciembre, en la misa al mediodía.

Miranda, el director del grupo Fortaleza de la Identidad Manabita, resaltó que los chigualos en Manabí demuestran la autenticidad y la habilidad para desarrollar esta oralidad, cuya tradición se acompaña con comida y otras artes.

En Picoazá, parroquia de Portoviejo, también se mantiene la narración en verso a Jesús. Se hace cada noche en las novenas a los pesebres que la gente coloca en las veredas.

“Ahora en Picoazá la hacen como novena, pero conservan el uso de los versos al Niño Dios (Jesús), que son propios de los chigualos”, agregó Miranda.

En Picoazá las fiestas son hasta el 2 de febrero, Día de las Candelarias. Para la ruralidad manabita ese día se terminan las fiestas de Navidad. (F)