La sanción de cuatro partidos de suspensión impuesta a Leonardo Ramos, técnico de Barcelona, será apelada por el club amarillo, según confirmó ayer Juan Alfredo Cuentas, vicepresidente financiero canario.

El Comité Disciplinario de la Liga Profesional le aplicó ese castigo a Ramos y, según el acta de sanciones, el uruguayo recibe ese castigo por “agredir a un pasabolas” al final del Clásico del Astillero, que ganaron los toreros el domingo pasado en el estadio Capwell.

“No entendemos por qué le han puesto cuatro partidos (de suspensión) al profesor. Vamos a presentar una apelación y esperamos que el organismo competente, que es la cámara de apelación (de la Cámara de Comercio de Guayaquil), tome en cuenta todas las cosas que se van a mencionar en ese recurso”, explicó Cuentas.

“Esperamos que se pueda rebajar esa sanción, o que se la quiten. Aspiramos a que el próximo año (haya cambios en los reglamentos) para no tener vacíos”, dijo el dirigente.

En tanto Ramos, luego del partido por la Copa Ecuador en el que Barcelona superó 2-0 al Mineros, aclaró que en ningún momento agredió al pasabolas y que lo que buscaba era “hacerle ver” que su agresión contra el portero Máximo Banguera “estaba mal”.

“En lo ocurrido con el alcanza pelota (muestra que) en ningún momento lo agredí, ni estuve cerca de él. Obviamente quería decirle que lo que hizo estuvo mal. Que quede claro: en ningún momento agredí a nadie”, señaló el adiestrador.

“Sería bueno que cuando se ponga una información (se diferencie). Una cosa es una agresión verbal, que no la hice, y otra es la que podría ser un palazo en la cabeza (agresión física), y yo no hice nada de eso. (La sanción) me llama mucho la atención”, agregó Ramos.

El estratega charrúa afirmó que si le toca cumplir la inhabilitación (en caso de que no pase el recurso de apelación) la aceptará y le servirá para “aprender”, pero insistió en que “no hizo nada”. Por ahora, Ramos no podrá estar en la banca de suplentes mañana en Ambato, cuando su escuadra visite a Técnico Universitario, en el Bellavista.

Fuente: eluniverso.com

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