La ministra de Gobierno, María Paula Romo, y el alcalde de Quito, Jorge Yunda, mostraron cifras diferentes sobre el monitoreo del coronavirus, durante una entrevista realizada en Teleamazonas la noche del domingo.

La ministra mostró su sorpresa cuando el burgomaestre señaló que el 75% de las personas con contagios confirmados seguía circulando por la ciudad. Yunda puntualizó que obtuvo el dato gracias al seguimiento de los pacientes que se hace con la tecnología implementada por el Ministerio de Telecomunicaciones.

Romo señaló que, de acuerdo a su monitoreo, ese porcentaje es exagerado y que el nivel más alto que el gobierno central ha detectado fue del 42% en la capital.

Para el epidemiólogo Marcelo Aguilar controlar el desplazamiento de los ciudadanos es importante, pues es la manera en que se esparce el virus.

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En la misma entrevista identificó cuatro zonas del país que están en plena evolución de contagio: Quito, y las provincias de Manabí, Santa Elena y El Oro. En estas localidades se llegará a la cúspide del contagio en los próximas semanas, puntualizó.

El gerente de la Empresa Municipal de Tránsito de Guayaquil, Andrés Roche, que también participó en la entrevista, señaló que el mal uso del salvoconducto elevó la circulación de tránsito en la ciudad en las semanas pasadas, pero que se ha logrado controlar en los últimos días.

Anunció que están trabajando en la reelaboración de rutas de transporte público en Guayaquil y en la implementación del pago con tarjeta en todos los buses.

Caterina Costa, presidenta del Comité Empresarial, habló de la necesidad de reactivar la economía de manera ordenada. Señaló que la ventas diarias, que en promedio eran de $ 500 millones cayeron el 70%.

Romo apoyó la idea de la reactivación. «Es más probable que la gente muera por hambre que por coronavirus», manifestó.

Yunda fue más cauteloso. Citó los cálculos del ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, quien manifestó que el 60% de la población se contagiará en los próximos tres meses, para cuestionar si los capitalinos están preparados para perder a unas 170 mil vidas. (I)