La pandemia no frenó migración ilegal hacia Estados Unidos y ya van 1.686 deportaciones este año

La migración irregular desde Ecuador a Estados Unidos no se detuvo, incluso durante los meses de confinamiento por la pandemia. En lo que va del 2020, 1.686 ciudadanos fueron deportados y en septiembre dos mujeres murieron en el desierto de Arizona. Esas víctimas se suman a otras seis que fallecieron en su intento de cruzar la frontera en este año.

La falta de trabajo y la reunificación familiar son los dos principales motivos para emprender el riesgoso viaje.

El martes 6 de octubre llegó un avión con 115 deportados y para el 16 y 30 de este mes arribarán otros dos vuelos, pero aún se desconoce la cifra de viajeros porque los listados los entregan pocos días antes, explicó Íngrid Ordóñez, coordinadora zonal del Viceministerio de Movilidad Humana.

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La funcionaria reveló que Azuay es la provincia con más deportados. Del total de los ecuatorianos, el 80 % corresponde a Azuay, Cañar y Morona Santiago. De este porcentaje, ocho de cada diez son de Azuay, uno es de Cañar y otro de la Amazonía.

Los únicos meses que no los devolvieron fueron marzo y abril, por el cierre de fronteras debido a la propagación del coronavirus o COVID-19.

El Viceministerio identificó que la mayoría de migrantes son hombres y tienen una edad máxima de 30 años. Además, considera que debido a la complicada situación social y económica que vive Ecuador habrá una masiva migración de ciudadanos por la frontera.

Con esta afirmación coincide el coordinador zonal 6 del Registro Civil, Diego Cabezas, quien manifestó que aunque la emisión de pasaportes disminuyó por la crisis sanitaria, en los últimos dos meses se reactivó con fuerza. Entre julio y agosto del 2019 emitieron 15.068 y en los mismos meses del 2020 entregaron 4.137.

El 1 de junio habilitaron el servicio para quienes agendaron con anterioridad, el 24 de agosto lo hicieron para nuevos usuarios y el 13 de septiembre realizaron otra reclasificación para incrementar los turnos.

Aunque en sus funciones no está el conocer qué uso le darán al pasaporte, está convencido de que cada vez hay más demanda debido a la “altísima inmigración de ciudadanos”.

Contó que el pretexto de viajar a México “para ver a la Virgencita” es un factor común desde que ese país dejó de exigir visa para el ingreso de ecuatorianos, pero es notorio que el fin es llegar a Estados Unidos.

A esto Íngrid Ordóñez añadió que ha denunciado a la Fiscalía del Azuay anuncios colocados en Facebook donde se ofrecen viajes turísticos, pero que se trataría de coyoterismo. Uno de ellos ofrece “Viajes a México y a los Estados Unidos por temporada baja a tan solo $ 1.500”. En la publicación ofrecen pasar por Piedras Negras y Tijuana hasta llegar “en 8 días a Estados Unidos (…) 100 % garantizado”.

Aunque se dice que hay total seguridad eso no es cierto, sostuvo la funcionaria, y para demostrar aquello refirió el caso de las dos mujeres oriundas de los cantones Paute (Azuay) y Huamboya (Morona Santiago) que fallecieron en el desierto de Arizona. Se espera que en un mes concluya la repatriación de los cadáveres.

Édgar Latacela fue deportado desde Queens, Nueva York, el pasado 7 de agosto, luego de estar en la cárcel dos años desde el 3 de agosto de 2018. Viajó hace 25 años pagando a un coyote y con el tiempo montó una empresa de alquiler de limosinas. Su deportación, dijo, fue por haber sido detenido más de 20 veces por manejar sin licencia.

Allá se quedaron su esposa y sus dos hijos de 25 y 10 años y acá está viviendo con sus padres en un barrio de Azogues.

Mientras se quede acá anhela montar un negocio, pero como un deportado viene “sin nada”, no tiene dinero ni para sacar los documentos y menos un capital para emprender.

Aseguró que la situación laboral en Estados Unidos también está complicada por la pandemia, por lo que recomendó a los que piensen en migrar con un coyote que lo mediten bien. Primero, agregó, por los riesgos que esto representa con la posibilidad de morir, pero si es detenido podrá estar en la cárcel varios años “sin ser un delincuente”, manifestó.

Su anhelo es poder arreglar sus documentos, en un par de años, y que sus hijos que son ciudadanos americanos “pidan su retorno”, pero lo que descarta es volver a viajar por la frontera, pues los controles de “la migra” son más estrictos que cuando él viajó. (I)