La mayor red social no es facebook, es nuestro cerebro

La mayor red social no es facebook, es nuestro cerebro

Cuando Mark Zuckerberg creó Facebook a finales de 2003, pocos imaginaban que aquel proyecto se convertiría en una exitosa red social con millones de usuarios de todo el mundo. La plataforma, ideada en un dormitorio de la Universidad de Harvard, tiene como fin “conectar personas, momentos e intereses”. Tal vez lo que nadie imagine es que su funcionamiento es muy similar al del propio cerebro.Eso es al menos lo que apuntan investigadores del Biozentrum de la Universidad de Basilea. Nuestras neuronas, al igual que las conexiones que establecemos gracias a Facebook, establecen lazos más fuertes con aquellas células nerviosas más similares.
En otras palabras, las conexiones neuronales del cerebro funcionan como una gigantesca red social. Cada neurona se comunica con otras mediante mensajes llamados sinapsis. Sin embargo, no todas las comunicaciones o informaciones que reciben y envían tienen la misma importancia.¿Cómo sabe nuestro cerebro qué mensajes son o no claves? ¿Qué mecanismos usa para diferenciar los mensajes? Al igual que sucede en una red social como Facebook, los usuarios saben bien discernir la información o mensajes importantes, de aquellos que son triviales.Nuestras neuronas actúan de una manera similar, explica el equipo del investigador Thomas Mrsic-Flogel. “Las reglas son bastante sencillas: las neuronas más afines están estrechamente unidas y conectadas, mientras que las conexiones entre células nerviosas muy diferentes son débiles o simplemente no existen”.Aunque esta descripción puede parecer simplista, lo cierto es que nos enseña muy bien lo complicado que es nuestro mejor supercomputador. Y es que en un milímetro cúbico caben más de 100.000 neuronas, por lo que es fundamental organizar bien la información y mensajes que recibimos y enviamos.Los investigadores, que han publicado sus resultados en Nature, han buceado en las conexiones neuronales que se establecen en la corteza cerebral. Esta región se encarga de recibir la información obtenida a través de nuestros ojos, dando lugar a lo que conocemos como percepción visual.
Según sus conclusiones, aunque las conexiones neuronales más fuertes no son mayoritarias, sí que presentan un gran impacto en el funcionamiento de nuestro cerebro. Algo similar, salvando las diferencias, a lo que ocurre en una red social como Facebook: nos importa la información y los mensajes de las personas más cercanas, mientras que no valoramos tanto lo que conozcamos de los meros conocidos.¿Por qué existe una gran cantidad de conexiones débiles? O siguiendo el paralelismo, ¿por qué contamos con tantos amigos en Facebook? La idea de los científicos es que este peculiar ‘cableado’ nos ayudaría a aprender más rápido. Si de repente una conexión se activa, se favorece la plasticidad neuronal. Nuestro cerebro podría así adaptarse apresuradamente a los cambios ambientales.Entender cómo se conecta el cerebro es fundamental para discernir el origen y desarrollo de las enfermedades neurodegenerativas. También nos ayuda a comprender cómo nuestro increíble supercomputador es capaz de procesar tal ingente cantidad de información por segundo. Y aunque Zuckerberg no se lo planteara al concebir Facebook, lo cierto es que la llegada de las redes sociales también nos permiten explicar mecanismos tan complejos como los neuronales.
Palabras clave: mentalidad,redes,sociedad,curiosidad
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