La independencia constituye un proceso inacabado, hasta conquistar verdaderas transformaciones, sostuvo la Prefecta de Pichincha.

Punto Noticias. Este jueves 27 de mayo se desarrolló la sesión solemne del Consejo Provincial en conmemoración de los 199 años de la Batalla de Pichincha, gesta que selló la independencia de nuestra nación.

La prefecta Paola Pabón destacó que América Latina inició desde hace una década la conmemoración del bicentenario del proceso libertario. Desde 2010, México, Perú rescataron el sentido original complejo e histórico de la independencia de nuestros pueblos.

“Y no dudo en decir que este sentido tiene tanta vigencia como hace 200 años, cuando nuestros próceres imaginaban otros destinos para sus naciones, en medio de un marco de bienestar y de felicidad para la colectividad”, señaló.

La autoridad de la provincia considera que no podemos olvidar ni dejar pasar por alto que la Colonia significó el exterminio de miles de millones de seres humanos, de culturas, de pueblos, de lenguas y de procesos sociales muy profundos. “De ahí que la independencia adquiere, a la luz de los años, un compromiso con ese pasado; pero, sobre todo, un compromiso con ese futuro”.

Manifestó que la independencia constituye un proceso inacabado, extendido hacia el futuro, hasta conquistar verdaderas transformaciones en la vida social y cotidiana, para llamarnos efectivamente independientes, soberanos, solidarios, fraternos, entre nosotros y con los demás pueblos.

La prefecta hizo un repaso por la historia de las luchas sociales, los proceso de transformación y sus líderes y lideresas. Rescató las figuras de Dolores Cacuango, Luisa Gómez de la Torre, Alejo Capelo, Jesús Gualavisí, Nela Martínez y el voto universal, la resistencia en contra del embate del neoliberalismo y su ajuste estructural, la Carta Democrática de Jaime Roldós, Pedro Restrepo y su búsqueda de sus hijos y el respeto absoluto a los derechos humanos.

“No es posible profundizar la democracia excluyendo las demandas y los derechos de la mujer, de la comunidad GLBTI, de la naturaleza, en todas sus connotaciones más sentidas”, dijo.

También realizó un compendio de la labor realizada por la Prefectura y la cámara provincial, de la cual enfatizó que, a pesar de que la salud no es competencia de estas instituciones, se tiene la obligación de atender con urgencia a los pichinchanos, para salvar sus vidas y enfrentar lo más pronto posible esta pandemia.

Con este propósito, planteó trabajar, de manera conjunta, con el Gobierno Nacional para vacunar a la mayoría de pichinchanos, poniendo a disposición la infraestructura del GAD Provincial, como es Pichincha Humana.

“Si este año el Gobierno Central vacuna a la mayoría de Pichinchanos, será en plena coordinación con la Prefectura, con los municipios y juntas parroquiales. Solo así podremos cumplir esa meta”, alertó.

Reclamó que, para hacer honor a la provincia, a este bicentenario, para hacer realidad esas tareas pendientes, también hace falta que el Gobierno central cumpla con sus obligaciones financieras.

Recordó que al pueblo de Pichincha el Ejecutivo debe más de 43 millones de dólares. A todas las prefecturas del país les adeuda 627 millones de dólares. “Si queremos afrontar la postpandemia, debemos incrementar la inversión, empujar la generación de empleo y para ello los gobiernos autónomos descentralizados tenemos obligaciones y competencias concretas”, apuntó.

La prefecta Pabón recalcó que, a pesar de las restricciones económicas, la Prefectura invirtió, en estos dos años, más de 118 millones de dólares; ejecutó obras por cinco millones y medio de dólares, en la modalidad de cogestión, con presupuestos participativos, de mano de las juntas parroquiales; adoquinó más de 25 kilómetros; asfaltó 55 kilómetros, bajo la modalidad de contrato y administración directa; realizó mantenimiento vial a 1.200 kilómetros. Siempre estos datos serán insuficientes para la zona rural, anotó.

Destacó también que en pleno confinamiento, el GAD Provincial llegó con canastas solidarias, con alimento, a las miles de familias de Pichincha; elaboró medio millón de mascarillas, con las manos de las trabajadoras de los centros textiles de Carapungo y Solanda, en una alianza maravillosa con las mujeres de la economía popular y solidaria de la provincia. En los meses más duros de la pandemia, se aplicaron más de 50 mil pruebas para detectar el COVID-19; con todas las medidas de bioseguridad y llegando a los rincones más apartados, se organizaron 612 ferias agroproductivas, que permitieron que los pequeños productores sigan abasteciendo nuestros mercados.

“Lo más doloroso del COVID-19 fue el recrudecimiento de la otra pandemia: la violencia contra la mujer. Gracias a nuestro servicio Warmi Pichincha y a la línea de emergencia 166, hemos atendido 580 llamadas del código canasta roja. Ese código es un auxilio para casos de emergencia de violencia de género. Puedo decirles que con esas 580 llamadas, hemos salvado la vida de esa mujeres. Hemos brindado 1.385 atenciones en nuestros tres centros y con nuestro servicio itinerante”, manifestó.

Recalcó que todo este trabajo se lo hizo de la mano de los alcaldes y de las juntas parroquiales, de forma eficiente y honesta. Todos los procesos de contratación pública están en el portal digital cuentas claras, abiertos absolutamente al escrutinio público, puntualizó.