618 presos padecen coronavirus, 10 detenidos murieron con esta enfermedad en las cárceles del país

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La cárcel de Ambato es uno de los centros de rehabilitación más afectados.

Punto Noticias: El Servicio de Rehabilitación (SNAI) detalla que en las cárceles ecuatorianas se han contagiado 699 personas privadas de la libertad (PPL) desde el inicio de la pandemia. 10 reclusos han muerto con coronavirus confirmado y otros 11 con sospecha.

El resto de la población penitenciaria, que hasta el 17 de junio sumaban 37 700 personas, se encuentra estable y la mayoría de los contagiados espera el alta médica mediante una segunda prueba para confirmar que el virus ha desaparecido.

Los presos piden más acciones para evitar el contagio del covid-19 en las cárceles. “Soy Marco, tengo 70 años, soy diabético e hipertenso; no hay medicinas”, reclama un recluso, desde su celda ubicada en la cárcel regional de Cotopaxi. Las imágenes donde él aparece fueron difundidas por redes sociales. En la grabación se observa a otros reos con sus uniformes naranja y con mascarillas hechas de tela. Solicitan además celeridad en sus trámites para salir en libertad.

Los colectivos de la Alianza por los Derechos Humanos subrayan la falta de recursos económicos para atender a los presos como otro factor que empeora su situación. “No hay presupuesto asignado específicamente para la emergencia”.

Según el portal de Compras Públicas, la SNAI ha realizado tres adquisiciones de insumos para atender la emergencia. Estas suman USD 23 408. La entidad ha comprado 1 678 mascarillas, 661 galones de gel antiséptico y 1 092 cajas (de 50 pares) de guantes desechables.

En el protocolo de atención se dice que la SNAI solicitó desde el pasado 29 de febrero los insumos necesarios al Ministerio de Salud. En ese mismo documento, en la página 14, se indica que una de las medidas de prevención es el uso generalizado de mascarillas y gel. “La máxima autoridad del centro penitenciario deberá proveerse y entregar mascarillas y desinfectantes, para lo cual coordinará la dotación con instituciones públicas y privadas que le permitan prevenir la propagación de covid-19”, se explica.

En centros como el de Cotopaxi, los reos confeccionan sus mascarillas en los talleres textiles que allí funcionan. En los pabellones de mujeres se han pintado, por ejemplo, señales de distanciamiento social en las zonas comunes como los patios para prevenir el contagio. (C.D.A.)

FUENTE: El Comercio

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