Las distracciones del momento son los celulares y las pantallas, artículos que con frecuencia están al alcance de cualquier niño. SEMANA conversó con cinco lectoras, quienes coinciden en que cuando sus hijos agarran un dispositivo digital el tiempo no pasa. Pareciera que el mundo se paraliza y no se dan cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Este es el momento preciso en el que se debe trabajar en la concentración, valioso e invaluable recurso, especialmente para los estudiantes, ya que les va a permitir enfocarse en una tarea y absorber conocimiento para poder enfrentar desafíos académicos con determinación, dice Sara Joutteaux, psicopedagoga, educadora y máster en Neuropsicología.

Entonces, ¿cómo se puede cultivar la preciada habilidad de concentrarse en los niños? La respuesta, explica la especialista, radica en una combinación de factores que abarcan desde el entorno hasta las técnicas de aprendizaje. La escuela exige que los estudiantes se concentren durante largos periodos de tiempo y, a medida que crecen, tienen actividades extracurriculares después de clases que requieren de más concentración.

También es fundamental desarrollar en ellos la conciencia plena, que es básicamente la capacidad de prestar atención a una cosa en el momento preciso. Se ha demostrado que esta práctica tiene innumerables beneficios para la salud mental, entre estos, mayor felicidad y el buen manejo de las emociones. Chequee estas recomendaciones.

Cómo ayudar al estudiante que logre concentrase

• Saber escuchar. Practicar la escucha activa (prestando atención a lo que se oye) es otra manera de mejorar la concentración.

• Ojo con las distracciones tecnológicas. Ponga límites claros al tiempo de uso de las pantallas y fomente actividades interactivas y creativas que lo ayuden a enfocarse y desarrollar la imaginación.

• Procure un ambiente de armonía. Es fundamental tener un lugar tranquilo y sin distracciones. Debe minimizar el ruido y destinar espacios para el estudio y las tareas.

• Dieta equilibrada. Incluya alimentos saludables, ideales en la etapa del crecimiento. Ejercen un efecto directo en los niveles de energía y concentración del niño.