La Chilindrina evocó a Chespirito en Ambato

El pasado viernes, a pocas horas de la muerte de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, María Antonieta de las Nieves, la Chilindrina, iniciaba su show en el Circo Rólex, en Ambato, con unas 500 personas.

La función estaba prevista para las 18:30, pero fue aplazada para las 20:00 por decisión de la comediante, luego de conocer la muerte de su compañero en la vecindad del Chavo del 8.

Después de los payasos, el show con la domadora de perros y el de los motociclistas, le tocó el turno a la Chilindrina. Parecía que nada le hubiera pasado, pero en más de una ocasión repitió: “Ya no quiero llorar más, lo he hecho toda la tarde”, mientras la voz se le quebraba, hasta que las luces bajaron la intensidad.

Fue el momento de rendirle homenaje a Chespirito.

María Antonieta de las Nieves no pudo guardar más su tristeza. Lloró mientras señalaba que su ‘Biscabuela’, personificada por ella, y su papá (Don Ramón) están felices en el cielo, con su mamá, Jaimito el Cartero, la Brujita del 71 y Godines. “Hoy también se fue al cielo una persona sensacional, a la cual todos hemos admirado y hemos querido”, agregó.

“Hay fiesta en el cielo, los ángeles están felices, los santos y Papá Dios, porque llegó al cielo Roberto Gómez Bolaños, Chespirito”, dijo mientras le rodaban lágrimas. Luego pidió un minuto de aplausos para Chespirito. La función continuó y luego la Chilindrina se despidió.

“Toda la tarde (del viernes) pasó con calmantes y tranquilizantes”, dice de la Chilindrina Hilda Porta, empresaria que trajo a la comediante.

Agrega que la actriz sacó fuerzas de donde no las tiene para poder hacer el show y que es probable que, además de las presentaciones para la siguiente semana en Quito, no continúe con algunas previstas en Guayaquil, Machala y Manta.

Jorge Cifuentes, uno de los asistentes, de 65 años, acongojado narra su pesar por el deceso del cómico. Y no solo él, también sus hijos y nietos.