Excanciller Salvador cuestiona el manejo erróneo del servicio exterior, por parte del Gobierno



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Justificó la renuncia del ministro de Exteriores, Luis Gallegos, quien fue desautorizado en sus funciones.

Punto Noticias. Es sorprendente que el canciller Luis Gallegos, un embajador de carrera, de larga data, con enorme experiencia en la gestión del servicio exterior, haya tenido que llegar al extremo de renunciar por ser desautorizado por el secretario del Gabinete de la Presidencia de la República, Jorge Wated, comentó María Isabel Salvador, excanciller del Ecuador.

Aunque le parece que todavía no está muy claro el motivo de la dimisión de Gallegos, Salvador deploró que Wated haya contradicho una comunicación enviada por la Cancillería a todos los funcionarios de cuota política en el mundo, para que retornen al país, toda vez que está por terminar el período de este gobierno.

Lo único que estaba haciendo el ministro de Relaciones Exteriores es cumplir con la normativa existente, respecto de la presencia de funcionarios de cuota política en representaciones diplomáticas, señaló Salvador.

Explicó que la Cancillería estaba anticipándose a una realidad, que es el hecho de que la administración de este Ejecutivo está por concluir. Debido a que los procesos y trámites para el retorno de los funcionarios de la cuota política son complicados, difíciles y requieren de recursos económicos, la Cancillería, de manera planificada y ordenada, habría pretendido realizar este retorno.

Ante esta decisión, parecería ser que algunos embajadores de la cuota política pusieron el grito en el cielo, reclamando que cómo era posible que esto esté sucediendo, apostilló la excanciller, para quien ello demuestra que se pretende ir en contra de procesos y procedimientos que son necesarios y absolutamente regulares.

A un funcionario diplomático de cuota política ni siquiera se le debería solicitar la renuncia, sino que este debe presentarla, con el fin de dejar en libertad al gobierno entrante de escoger a quien desee, en opinión de Salvador.

Agregó que parecería que hay funcionarios de la cuota política que se sienten propietarios de los cargos y que por ese motivo han reclamado, por lo que Wated llamó la atención a Gallegos, quien estaba actuando bajo la normativa y la necesidad de hacer un proceso ordenado de retorno de todos los funcionarios de cuota política, a su entender.

A su criterio, no se puede cuestionar el nombramiento de representantes diplomáticos como parte de la cuota política que tiene el presidente de la República, porque es parte de la práctica del servicio exterior ecuatoriano y de la normativa de la Cancillería.

Lo que si es cuestionable, dice, es la cantidad de nombramientos, que en este régimen llegan al 40 por ciento de los representantes en el exterior, frente al 60 por ciento de funcionarios diplomáticos de carrera.

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