Julio Kellman, el DT que le debe dinero desde 1961 a Barcelona
Julio Kellman vinculó su nombre con el de Barcelona para la eternidad por dos hechos relevantes: en 1960, el uruguayo se convirtió en el técnico que condujo a los canarios a la obtención de su primer campeonato nacional. Y al mismo tiempo es el pionero entre quienes, contratados por los amarillos, representaron después un perjuicio económico para el club –una situación que es habitual en la historia torera reciente–.
No causó un terremoto financiero como el que originó Rolando Zárate, quien entre el valor de su pase y la demanda que ganó les hizo perder a los canarios $ 2,5 millones –en 2008 vino con una colección de lesiones que alguna vez lo dejaron con la rigidez de una momia al caerse en un partido en Portoviejo–, pero Kellman se fue con dinero que no le pertenecía y no lo devolvió al club.
Coronado monarca de Ecuador el 27 de noviembre de 1960, Barcelona, orientado por Kellman, participó en enero de 1961 en un cuadrangular internacional jugado en tres jornadas en el Modelo. Los toreros derrotaron por 1-0 a Peñarol e Independiente de Avellaneda, y el 18 de enero, en la última fecha, se quedaron con el trofeo al empatar a 2 con Emelec. Hasta ahí la etapa alegre y triunfadora del adiestrador charrúa.
Kellman sugirió, para potenciar a Barcelona de cara al estreno de un equipo nacional en la Copa Libertadores, adquirir refuerzos y protagonizar varios amistosos fuera del país. Eso sí, él mismo debía realizar ambas gestiones con el dinero que solicitó y que la directiva aceptó entregarle. El 29 de enero de 1961, este Diario publicó que los canarios jugarían en Cuenca “con la ausencia del entrenador uruguayo, quien viajó a Quito para contratar a (Leonardo) Palacios y Arce, sin obtener éxito en su cometido, pasando después a Colombia”, a pactar amistosos en esas tierras.
El 9 de febrero, la Conmebol confirmó que Barcelona enfrentaría al Santa Fe de Bogotá en la fase inicial de la Copa. La intención de alistarse de “forma metódica y con el máximo de eficiencia” iba por mal camino, porque de Kellman “no se tienen noticias. Debe justificar su prolongado silencio con datos referentes a partidos concertados (por él) en otros países”.
Tras “22 días de mutis”, el 15 de febrero de 1961 “Kellman envió (a la dirigencia) un lacónico cable desde Bogotá”. Afirmaba “haber dado los primeros pasos para una gira de contrataciones para partidos de Barcelona en el norte, y seguir adelante, rumbo a Centroamérica”.
Se reveló que el charrúa “en sus maletas llevó consigo algo así como 30.000 sucres –inclusive $ 5.000 que aportaron, con el sudor de su frente, los jugadores–”. Y que Kellman, “con mucha experiencia en el buen vivir”, devengaba “un sueldo bastante aceptable de 3.000 sucres al mes, más primas según el desempeño del cuadro”. La sospecha de estafa se afianzó al “desaparecer (el DT) de forma tan misteriosa de nuestro país”. Las proyectadas ganancias en dólares para Barcelona empezaban a hacerse humo.
Para José Bruno Cavanna, presidente amarillo, Kellman “habría perjudicado al equipo que tan bien lo trató durante su estada en Guayaquil”. El directivo advirtió que exigiría la intervención de la FIFA.
Vía cable, el uruguayo dio señales de vida el 19 de febrero de 1961. Informaba que en Centroamérica (la gira era) imposible. Y que en Colombia había interés, pero a cambio de pagarle a Barcelona solo $ 700. “Confirme urgente a droguería Real, Sevilla (departamento del Valle, Colombia)”. Bruno lo conminó a retornar al país de forma ‘urgente’, pero el técnico ya no respondió jamás.
El 19 de abril de 1966 se supo otra vez de él, al ser fichado por Libertad de Asunción. EL UNIVERSO dijo: “¿Dónde estuvo estos años? Pocos lo sabrán, quizás tan pocos como eran los que sabían algo sobre él antes de venir a Barcelona. Kellman, “una figura discutida que sin embargo tuvo éxito”, es “recordado más que nada por su famoso viaje a Colombia del que nunca volvió”. Desde hace 58 años Kellman lidera, cronológicamente, la lista de quienes han “goleado” a los toreros. (D)