Experta propone renegociar las deudas bancarias en los plazos más cortos posibles, para evitar que crezcan los intereses

Imagen: Pichincha Comunicaciones
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Jhoanna Pullas recomienda, además, revisar bien los términos de la renegociación.

Punto Noticias. La Junta de Regulación de la Política Monetaria y Financiera extendió por 60 días más el diferimiento de deudas con la banca.

La decisión la adoptó el lunes 8 de junio de 2020, luego de que el plazo vencía el 28 de julio próximo. Con la modificación ahora se extiende hasta al 29 de agosto

La Asociación de Bancos Privados (Asobanca) y la Superintendencia de Bancos están de acuerdo en que los procesos de diferimiento deben ser voluntarios y que cada caso debe ser analizado.

Jhoanna Pullas Villavicencio, abogada especialista en derechos del usuario y consumidor, abre una interrogante: ¿debemos o no para las deudas que tenemos con los bancos? En este contexto en el que la economía de los ecuatorianos está tan deprimida, dice, aconseja a las familias priorizar primero alimentación, vivienda, educación y al último los bancos.

Aclara que con ello no quiere decir que no se tenga que pagar.

Explicó que la Junta Monetaria invita a los ciudadanos a realizar una renegociación directa de sus deudas. Pero, advierte que la resolución 569 establecía para ello un plazo de 90 días, que terminó el 1 de junio y la nueva resolución entró en vigencia el 9 de junio.

Significa que, según la experta, que hay una brecha de ocho días que jugará en contra de los clientes y a favor de los bancos, porque estos aprovecharán para realizar un corte al 1 de junio y obligarán a pagar la deuda, incluso por la vía coactiva.

Villavicencio recomienda hacer una renegociación lo más corta posible para el cliente, porque mientras más largo es el plazo de diferimiento más altos son los intereses que debe pagar.

La ventaja, a su criterio, es que se puede renegociar hasta 48 meses plazo, como la compra de un vehículo o una casa. No obstante, plantea analizar muy bien las tablas de amortización, para no terminar pagando cuatro o cinco veces la deuda.

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