Javier Cámara disfruta su mejor momento

Es poco presumido. No puede hablar por teléfono, pero responde enseguida los mensajes por Whatsapp: «Estoy rodando un filme y no libro un solo día en jornadas agotadoras. ¿Te importa si hacemos la entrevista por Internet?».

Javier Cámara no sabía que sus dos películas más recientes se estrenaron en Venezuela.

Por eso se muestra interesado.

«Ahora mismo estoy en el set y el director me está mirando. Escríbeme las preguntas y te voy contestando, ¿vale?».

El actor español se encuentra en Madrid junto con el argentino Ricardo Darín. Son los protagonistas de Truman , el filme de Cesc Gay que se estrenará en 2015. «Madrugada en Madrid. Voy hacia el set», escribe a las 6:30 am. «Contestaré la entrevista por email. Jornada intensa. Me llevaré mi iPad. Utilizaré un rato de la hora de comer».

Este año ganó el Goya como Mejor Actor por su papel en Vivir es fácil con los ojos cerrados , de David Trueba, cinta que se verá solo por hoy en Caracas, como parte del Festival de Cine Español . Está en su mejor momento.

También es el protagonista de La vida inesperada, otro de los títulos que está en cartelera.

-¿Cómo nació la idea de La vida inesperada?

–Elvira Lindo (guionista) y yo nos hicimos amigos en Nueva York. La conocí en el estreno de Hable con ella en el Lincoln Center. Yo estaba abrumado.

Pensé en quedarme unos meses y ella me dio su número telefónico. Me dijo: «Esta ciudad es terriblemente maravillosa, pero a veces es solamente terrible. Si me necesitas, llámame». Y así fue. No pasaron más de seis días y ya la estaba necesitando.

Fuimos amigos al instante. Flirteamos con la idea de hacer una película sin saber la odisea que íbamos a emprender.

-La cinta tiene influencias de comedias tan distantes como las de Woody Allen y de Almodóvar. ¿Cómo la definiría?

–En nuestras primeras conversaciones resonaban ecos de comedia estadounidense, películas de viajes, Penny’s from Heaven , referencias españolas almodovarianas y berlangianas. Era una tormenta de ideas de dos descerebrados sentados en Manhattan soñando una película.

-También es una historia de exiliados, de la búsqueda del duro sueño americano, de la crisis.

–Elvira vivió de primera mano la realidad de jóvenes y no tan jóvenes que habían optado por cumplir sus sueños en uno de los sitios más difíciles del mundo, Nueva York, donde el talento por metro cuadrado es altísimo.

Conoció gente que lo consiguió y muchos que quemaron sus naves en el intento.

-¿Fue duro filmar en Nueva York?

–Sí, por nuestro ajustado presupuesto. En esa ciudad alquilar una calle, mover una farola, cambiar un plan, es tarea colosal… Y cuesta dinero. Centramos nuestros esfuerzos en que creyeran que éramos un proyecto sólido. Nadie tenía fe.

Los prejuicios de la crisis española han inundado todo. Aun así se dieron cuenta de nuestra ambición. Fue un rodaje mágico. Nueva York se portó de maravilla.

-¿Cómo llega al proyecto de Vivir es fácil con los ojos cerrados? ¿Conocía a Juan Carrión?

–David Trueba escribió la historia a partir de una anécdota que leyó en un periódico y no quiso conocer al profesor hasta mucho después. En nuestro camino al desierto de Almería paramos en Cartagena, donde Juan Carrión vive. No dejaba de preguntarnos cómo se hace una película. Es un hombre que sigue aprendiendo a sus 90 años.

Luego, fui a su casa para recoger los diarios que escribió en su viaje, las cartas y discos que John Lennon le envió durante años. Estaban escritas en inglés y me hizo leer en voz alta. Leí lo mejor que pude. Tras unos minutos me paró y me dijo: «Lo haces muy bien, puedes hacer de mí».

-¿Esperaba todo el revuelo? ¿Cree que tiene opción en el Oscar?

–Siempre esperas el revuelo. Nadie tiene la fórmula de conseguirlo, así que cuando llega hay que celebrarlo y dejarse llevar. Vivir es fácil … está teniendo el camino que se merece. El Oscar ahora es más complicado. ¡Seguimos soñando!

«Pedro Almodóvar me regaló Hable con ella

Javier Cámara recibió en febrero pasado su primer Goya como Mejor Actor por Vivir es fácil con los ojos cerrados. En la película encarna a un profesor de inglés que enseña a sus alumnos a partir de las canciones de The Beatles. Está inspirada en una historia de la vida real, la de Juan Carrión, que viajó hasta Almería, un pequeño pueblo de España, para conocer a John Lennon, quien se encontraba filmando una película. El encuentro tuvo trascendencia.

Carrión le pidió que sus discos también incluyeran la letra de las canciones. Y el músico lo cumplió.

El actor reconoce que su vida ha sido inesperada. «Cuando era estudiante solo pensaba en hacer teatro. El cine y la televisión fueron un regalo. Después Pedro Almodóvar me regaló Hable con ella. Son muchas las cosas bellas que me están pasando y yo me esfuerzo en mantener ese disfrute». Se siente afortunado de ser un chico Almodóvar. «Lo más importante es a nivel privado. Trabajar con Pedro es una gran experiencia. Me sentí actor.

A veces piensas que llevas tiempo preparándote para algo en concreto y cuando leí Hable con ella supe que había llegado ese momento. Fue fácil trabajar con él. Pedro se enamora de sus actores, lo necesita, te otorga total confianza. Incluso, aprendí mucho más de los malos días, esos en que te planteas seriamente el porqué has elegido una profesión tan sutil, difícil y exigente».