Jaime Torres, el maestro del charango y la música andina
Jaime Torres, el maestro del charango y la música andina
El del Charango, así se autodenomina el argentino Jaime Torres, de origen boliviano. Retorna a Ecuador después de algunos años, Ambato, Quito e Ibarra lo recibieron por los años 70. Ahora Cuenca lo espera para el III Festival de Charangos de América que se realizará mañana y el viernes en el Teatro Carlos Cueva Tamariz, a las 20:00. Torres nació en San Miguel de Tucumán (noroeste de Argentina). En 1967 realizó su primera gira por Europa, en donde tocó en Alemania, Países Bajos y en Bélgica. En 1970, invitado por la Organización de Estados Americanos, actuó en Washington. En este viaje incluyó Nueva York y Los Ángeles. En los 80 y hasta la actualidad el charanguista ha recorrido varios países, entre ellos, Israel, Japón, Malasia, Singapur e Indonesia. Entre los premios por destacar está el Konex (uno de los más prestigiosos de Argentina, que reconoce anualmente a las personalidades e instituciones más distinguidas de ese país en todas las ramas del quehacer nacional). Los reconocimientos fueron en 2005, 1995 y 1985. El charango es su carta de presentación. ¿Qué significa este instrumento para usted? El instrumento es parte de mi vida cotidiana, es el instrumento que desde siempre me ha acompañado, con el que he viajado y tenido suerte. No puedo dejar de tener presente esto, que he tenido suerte de poder andar por distintas partes del mundo con este instrumento.
Hijo de padres bolivianos, pero nace en Argentina. ¿Cree que esa fue la combinación para ser un embajador de la música tradicional andina?
Yo creo que el hecho del origen de mis padres ha influenciado fuertemente en el pensamiento, en el desarrollo que uno se va conformando y se va criando de acuerdo con las tradiciones y costumbres de los padres.
¿En la actualidad, qué posición ocupa el charango con respecto a los otros instrumentos?
En el momento el charango responde a una fuerte difusión que ha habido de toda esta música de América (…) yo creo que la difusión del instrumento en sí y el mundo que ha logrado es desde las bases, desde el nacimiento mismo, es decir lo que más se aprecia es la parte autóctona, criolla que viene de tradiciones y costumbres.
Son más de 70 años de trayectoria. ¿Cuál ha sido la base para mantenerse?
Seguir consultando, son muchos años de antigüedad de nuestras culturas, somos hijos de las culturas milenarias y yo creo que parte de todo esto conforma, ya que para mí es un hecho social el instrumento, es la gente, estas costumbres y tradiciones que mantiene la gente de esta América del Sur, en este caso el mundo andino.
Llega al país para el III Festival de Charangos de América. ¿Cuál es su expectativa en esta cita?
Estoy a pocas horas de llegar a un querido país, en el que estuve invitado por el festival de Ambato de las frutas y de las flores, luego estuvimos actuando en Quito y en Ibarra. Para mí fue una agradable sorpresa poder estar con todo este mundo andino que yo no conocía particularmente, pero sé que cuando hay un grupo de gente que ama todo este mundo que respeta instrumentos hay una gran disposición y un gran esfuerzo para la realización del mismo, entonces más que expectativas, estoy a la espera de lo que nos podamos brindar mutuamente el festival (…).
¿Cuál será el repertorio de Jaime Torres para los dos días del festival?
En realidad la preparación de los repertorios son de acuerdo con una forma de sentir, de encontrarse en ese momento, no hay una cosa particular o especial que uno prepare, porque en definitiva el público es el público en todas partes, con distintas lenguas, formas, costumbres.
Luego de Ecuador, ¿cuál es el siguiente escenario?
El siguiente escenario no está fijado. El que ha estado en música tantos años espera y recibe con mucho agradecimiento a tanto que ha dado la vida para que nosotros podamos mantenernos haciendo algo que nos gusta, no tan importante dentro de la pregunta los próximos escenarios, porque lo mío no es una carrera artística profesional, es tratar de llevar un vínculo y pensar en hermanar las almas.