Valdéz afirmó que, alrededor de 2006 o 2007, Zambada entregó a Guzmán a un miembro del cártel Arellano Félix. Además, dijo que al Chapo le disgustó descubrir que el prisionero ya había sido torturado con una plancha caliente.

El testigo relató que Guzmán mantuvo al prisionero con él durante varios días, interrogándolo dos veces. Con el tiempo, ordenó a sus trabajadores que cavaran una tumba para el hombre.

El narcotraficante disparó al prisionero con una pistola y ordenó que lo enterraran, aunque todavía estaba “respirando con dificultad”, agregó Valdéz.

En otra ocasión, más o menos en ese entonces, afirmó el testigo, un socio entregó a Guzmán a dos miembros de los Zetas, otro cartel rival.

Después de torturar a los prisioneros durante unas tres horas, dijo Valdéz, Guzmán ordenó a sus subordinados que cavaran un pozo yprendieranfuego en él.

Luego disparó a cada uno de los Zetas en la cabeza y ordenó que los cuerpos fueran arrojados al pozo ardiendo, según detalló.