iPad Pro M2 análisis ser la mejor tablet
iPad Pro M2 análisis ser la mejor tablet. Potente como ninguno, grande y pesado casi por definición, heredero de una saga reconocible a la legua y todo un exponente de hasta dónde puede llegar Apple en el terreno tablet: el iPad Pro 2022 de 12,9 pulgadas es mayúsculo en su conjunto, también en precio. Ahora bien: ¿realmente está a la altura de su coste? Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
Septiembre marcó la renovación de los iPhone y octubre ha hecho lo propio con los iPad: el modelo más “básico” recibe descendencia con una mejora en potencia y notable subida de precio; viéndose renovada también la familia de tablets más capaces, las Pro. Dos modelos según el tamaño: 11 pulgadas y 12,9 pulgadas, para cumplir con lo que cada uno necesite. Y vaya si cumple, el tiempo que he pasado con el “monstruo” lo corrobora.
Ficha técnica de los iPad Pro (2022)
IPAD PRO (2022) DE 12,9″
PANTALLA
«Liquid Retina XDR» miniLED de 12,9 pulgadas
Resolución 2.732 x 2.048p
600 nits de brillo con picos de 1.000 nits en contendo de alto rango dinámico
120 Hz de tasa de refresco
PROCESADOR
Apple M2
RAM
8 GB
16 GB
ALMACENAMIENTO
128 GB
256 GB
512 GB
1 TB
2 TB
CÁMARA DELANTERA
Gran angular de 12 Mpx
CÁMARAS TRASERAS
Principal: 12 Mpx
Gran angular: 12 Mpx
Sensor LiDAR
Flash TrueTone
BATERÍA
10.758 mAh
Carga rápida de 18 W (cargador incluido)
SOFTWARE
iPadOS 16
CONECTIVIDAD
WiFi 6E
Bluetooth 5.0
5G (en versión GPS+Cellular)
DIMENSIONES Y PESO
28,06 x 21,49 x 0,64 cm
682 gramos (WiFi) y 684 gramos (WiFi + Cellular)
OTROS
Compatible con Apple Pencil (2ª gen.)
Compatible con Magic Keyboard
Compatible con Smart Keyboard
Cuatro altavoces
Cinco micrófonos
Apple Pay
PRECIO
Desde 1.449 euros
Sistema Online
Diseño: un monstruo en tamaño que limita sus funciones de tablet
A estas alturas no resulta necesario hablar de la construcción y materiales utilizados por Apple en sus productos: el iPad Pro 2022 de 12,9 pulgadas que me acompañó durante las últimas semanas se muestra exquisito en sus acabados, el tacto en todo momento otorga la máxima sensación de calidad y, en definitiva, queda a la altura de los mejores productos de la marca. Cero pegas en este sentido: vale caro, transmite dicho valor.
Las 12,9 pulgadas son muchas pulgadas para una tablet. Esto se nota nada más abrir el embalaje, tan mínimo como es costumbre: pese a llevar usando el iPad desde el primero, y con un iPad Pro de 2018 y 11 pulgadas como tablet principal, el nuevo modelo me sigue pareciendo gigante. Un monstruo, en todos los sentidos; incluido el rendimiento, como analizaré más tarde.
El iPad Pro 2022 de 12,9 pulgadas es muy grande, es pesado y no resulta manejable específicamente como tablet. Esto es, sostenerla en vilo mientras reproduce contenido de Netflix se hace pesado a los 15 minutos; jugar con la pantalla táctil se ve dificultado por las dimensiones de la tablet; leer en la cama es casi como levantar un peso muerto (estuvo a punto de caerme en la cara de un resbalón, poca broma). Los 682 gramos del iPad Pro son muchos gramos. Demasiados.
Las dimensiones del iPad Pro 2022 de 12,9 pulgadas no son las más ideales para utilizar la tablet como lo que se supone que es, una tablet
No me parecen unas dimensiones adecuadas para una tablet. Y eso que podría ser más manejable si Apple hubiese contenido el peso y el grosor, algo que no ocurre. Al final, las características físicas invitan a utilizar el iPad Pro 2022 de 12,9 pulgadas apoyado sobre las piernas o puesto sobre la mesa; lo que, paradójicamente, le resta uso de tablet para mutar en portátil. La funda Magic Keyboard que utilizo en combinación con la tablet contribuye a la mayor preferencia sobre el formato portátil.
Los marcos son muy reducidos, esto favorece mínimamente la contención de las dimensiones finales. La cámara se sitúa en una mala posición a la hora de hacer videollamadas: en el lado izquierdo según se posicionan los botones de volumen en la zona superior; con el de encendido en la esquina contraria, lo habitual en los iPad. La superficie de uso es enorme y se ve aprovechada perfectamente por la pantalla. Y con la salida de los cuatro altavoces externos en los bordes laterales, dos a cada extremo.
El grosor entra en lo habitual para una tablet, aunque tampoco puedo decir que este iPad sea demasiado fino. La simetría campa a sus anchas por todo el cuerpo. Y la sobria cara trasera sólo se ve vulnerada por la habitual manzana de Apple en acabado espejo, el módulo superior cuadrado para la doble cámara trasera con sensor LiDAR (sobresale algo más de un milímetro del cuerpo) y el nombre «iPad Pro» en la zona inferior, para que a nadie se le olvide el modelo que tiene en las manos. Además, en ese área se encuentran los pines de conexión para hacer uso de los accesorios, como las fundas teclado.
Apple completa la tablet con una selección de imanes estratégicamente situados para habilitar el apagado de la pantalla al cerrar la funda, la colocación de la propia funda (todo encaja a la perfección) o la sujeción del Apple Pencil en el borde superior de la tablet. Dicha sujeción es firme, pero mantiene el mismo problema que en modelos Pro anteriores: es fácil perder el lápiz cuando se guarda y se saca de una mochila, por ejemplo. Hay que andar con mucho cuidado si el iPad acostumbra a salir de casa.
Pantalla: a la altura de su categoría, aunque con algún problema
Apple repite con la tecnología mini-LED que ya estrenó el iPad Pro de 2021 en su versión de 12,9 pulgadas. Las dimensiones del panel favorecen el uso de dicha tecnología. Y las ventajas son notorias, en todos los sentidos: desde la enorme superficie de uso a la mejora en la reproducción de los negros. Con el problema de los halos en las zonas iluminadas, un defecto que molesta en situaciones de poca luz.
La reproducción de color y la temperatura están perfectamente calibradas, el contraste es alto y los ángulos de visión hacen perder luminosidad si no se coloca el iPad perpendicular a la vista. El brillo automático es responsable y no tiene inconvenientes de visualización en interiores. En exteriores sí: el iPad Pro 2022 no es una tablet demasiado adecuada para utilizar a plena luz del día, el brillo máximo me pareció justo. En el otro extremo, el brillo mínimo es muy bajo y permite utilizar el dispositivo en completa penumbra sin mucha molestia.
La alta tasa de refresco hace de ProMotion toda una delicia en las transiciones, también en el contenido que aprovecha estas cualidades. La nitidez y detalle son muy altos, el iPad Pro 2022 responde al toque de forma inmediata y está habilitado para su uso con el Apple Pencil de segunda generación. Este accesorio viene con novedad: puntero flotante. Al acercar el lápiz a la pantalla ésta reacciona resaltando el área del puntero sin que lleguen a tocarse. Una tecnología similar al Air View que ya tenía el Samsung Galaxy Note 2 en 2012, curioso.
La respuesta es muy buena, ofrece una gran superficie y la calidad de reproducción está a la altura. El principal problema lo tiene con los negros: la tecnología mini-LED oscurece la mayoría de los píxeles de las zonas negras hasta casi ese color, pero no los más cercanos a las áreas iluminadas (la luz se filtra desde los LEDs activos). Esto crea halos de luz que enturbian las zonas oscuras; aguando parte de la experiencia multimedia. Se ve muy claramente en los menús sobre fondo negro y sólo se aprecia reproduciendo contenido en entornos de baja luz.
Bajo mi opinión, y pese a que la tecnología Mini-LED ofrece ventajas a los dispositivos de medio formato, los iPad Pro sumarían enteros con una buena pantalla OLED. Mejores negros, un mayor brillo y sin los halos de luz. Eso sí, la latencia es mínima, se aprecia especialmente en lo bien que sigue la línea del lápiz al dibujar sobre la pantalla.
Sonido: gran potencia y enorme fidelidad
No hay paliativos: el iPad Pro de 2022 se escucha a las mil maravillas, da lo mismo la fuente del audio. Sus cuatro altavoces son muy potentes, arrojan un sonido de enorme calidad, usando accesorios Bluetooth se obtiene una buena experiencia sonora y deberían deberían de incluir salida de audio a través del puerto USB C. Yo fui incapaz de comprobarlo: ni con un adaptador USB C a 3,5 mm (no usé el oficial de Apple) ni con unos AKG USB C con DAC incorporado.
He probado a valorar el audio de la tablet haciendo uso de los AirPods Pro y de unos Bose 700 NCH: en los dos casos la experiencia sonora obtenida fue de excelente calidad (al menos la máxima que puede arrojar el Bluetooth junto con el códec AAC).
Volumen altísimo, sonido plano, refuerzo justo de bajos, equilibrado en graves y agudos y, en definitiva, el iPad Pro no defrauda en calidad de audio. Y con la opción de sonido espacial en los auriculares compatibles, como en los AirPods Pro.
¿Y los altavoces externos? Nada menos que cuatro monta, dos en cada extremo del dispositivo. La potencia es espectacular, alcancé un pico máximo de 109 dB. Y sin que a máximo volumen el sonido distorsione más de lo lógico: los altavoces del iPad Pro 2022 son espectaculares. Perfectos para reproducir una película o serie (la pegada de los bajos en las explosiones es notoria) o para escuchar cualquier estilo de música. Con los altavoces externos también funciona Dolby Atmos.
Rendimiento: una bestia no demasiado aprovechada
El iPad Pro no tiene ese apellido en balde, que este apartado es de los menos discutibles de todo el análisis: a este modelo no hay tablet que le haga sombra. De hecho, incluso es equiparable en rendimiento a un ordenador; no en vano el iPad Pro de 2022 monta un más que solvente Apple M2, estrenado por el MacBook Air de este año. El SoC garantiza que la tablet va a poder con todo lo que le echen, un aspecto que también posee su reverso negativo.
Es un auténtico monstruo masticando juegos, conviviendo con la multitarea más agresiva, puede permitirse una lucha de tú a tú con un dispositivo completo de escritorio y, sin embargo, las limitaciones que impone Apple a sus tablets logran que el iPad Pro de 2022, así como los modelos Pro del año pasado, queden por debajo de lo que podrían ser capaces. Muy por debajo.
La sensación constante que he tenido con el modelo que protagoniza este análisis fue la de conformismo. Me conformé con un rendimiento de tablet cuando podría haber obtenido un rendimiento superior al de mi MacBook Pro M1; potencia apta para ejecutar juegos de escritorio como si fueran de móvil y, sin embargo, no tener acceso más que a lo que brinda la App Store; sufrí intentando mantener el mismo nivel de trabajo a pesar de que no necesita requerimientos excesivos. Tener tanta potencia y no poder usarla en todo su esplendor hace que el apellido Pro le quede grande.
El iPad Pro de 2022 es un buen soporte de trabajo para quien edite vídeo y pueda adaptarse a las apps de tablet. Para el resto, cualquier otro iPad hace el mismo servicio
No sólo se aprecia en las cifras de benchmark, el iPad Pro 2022 se comporta a las mil maravillas en el día a día. Fluye a la perfección, es rápido en todo, el procesado de imagen y de vídeo se ejecuta con la facilidad de untar una tostada (éste es el aspecto menos discutible del apellido Pro, sobre todo por la llegada a iPadOS de DaVinci Resolve). No se le pueden sacar peros a la potencia bruta, sí al desnivel que se produce entre dicha potencia y la gestión de energía que debería imperar en un dispositivo móvil: el Apple M2 devora mAh.
IPAD PRO (2022)
IPAD PRO (2021)
IPAD (2022)
IPHONE 14 PRO
SAMSUNG GALAXY TAB S8 ULTRA
PROCESADOR
Apple M2
Apple M1
Apple A14 Bionic
Apple A15 Bionic
Snapdragon 8 Gen 1
RAM
16 GB
8 GB
4 GB
6 GB
8 GB
GEEKBENCH 5 (SINGLE/MULTI)
1.864 / 8.391
1.703 / 7.297
1.581 / 3.623
1.879 / 5.468
1.100 / 2.900
El protagonista de esta review no sólo destaca en hardware por el Apple M2, también por los 16 GB de memoria RAM que incluye el modelo que tengo la suerte de utilizar y por su terabyte de almacenamiento: no hay nada disponible en la App Store que pueda poner en el más mínimo aprieto al iPad Pro 2022. Eso sí, todo este equipamiento tiene un coste elevado y resulta difícil de justificar en la mayoría de presupuestos.
Por las características de pantalla, las posibilidades que añade el Magic Keyboard y por el enorme potencial del hardware equipado, este iPad Pro de 12.9 pulgadas sería mi elección personal si tuviese la opción de acceder a macOS. Sé que eso no va a pasar, al menos a medio plazo. Y me parece una oportunidad desaprovechada por Apple en la tarea de darle una verdadera finalidad a una tablet tan gigantesca y pesada. Es una lástima que la marca se empeñe en crear una división artificial entre dos segmentos de producto cuya frontera se ha diluido.
Batería: el Apple M2 se bebe los mAh como si fueran agua
Siendo grande, bastante grueso y algo pesado, todo indica que el iPad Pro de 12,9 pulgadas debe tener una batería de buena capacidad. Y es tal que así: asciende a los 10.758 mAh, sobre el papel más que suficiente como para convertirse en una oficina en movilidad. A eso contribuye la conectividad móvil de la tablet gracias a su doble SIM: una nano SIM y otra eSIM.
Si bien las cifras de capacidad prometen holgura en las horas de uso, en la vida real no se traduce en tal medida. He probado a cambiar el ordenador por la tablet para suplir la experiencia de escritorio y en ninguna ocasión pudo aguantar una jornada completa. Y mucho menos bajo cobertura móvil: tras utilizarlo en viaje, me aguantó poco más de seis horas en total. Siempre con datos móviles de fondo, pantalla a brillo medio y unas necesidades de rendimiento no demasiado altas.
La autonomía se resiente conforme se le saca algo de jugo al Apple M2. En juegos de alta capacidad gráfica como el Genshin Impact (lo ejecuta a la máxima calidad sin despeinarse), las cifras se reducen a algo más de cuatro horas de uso (se bebe más de un 20 % de batería cada hora). No me encontré con un calentamiento excesivo en ningún caso, ni durante las cargas ni tras largas sesiones de juego: la disipación pasiva de la temperatura resulta excelente.
En menos de una hora con Genshin Impact el iPad se bebió más del 20 % de batería. Y sin llegar a jugar, sólo descargando los recursos bajo WiFi
Con un uso habitual de tablet (consumo multimedia, uso esporádico y navegación), el iPad Pro 2022 puede aguantar poco más de un día (viendo Netflix en streaming y bajo WiFi consume alrededor de un 10 % de batería cada hora). El consumo con. La pantalla apagada es contenido bajo WiFi, todo lo contrario de lo que ocurre conectado a la red móvil: gasta en torno al 1-2 % cada hora (con las notificaciones activadas). Bajo WiFi, en cuatro o cinco días sin uso puede descargarse por completo; con red móvil esta cifra se sitúa en torno al día y medio.
El iPad Pro 2022 de 12,9 pulgadas incluye un cargador de 18 W. Tarda bastante en revivir por completo, más de tres horas. En concreto:
- 5 minutos de carga: 5 % de batería.
- 10 minutos de carga: 8 % de batería.
- 20 minutos de carga: 13 % de batería.
- 30 minutos de carga: 20 % de batería.
- 50 minutos de carga: 31 de batería.
- Total: 3 horas y 5 minutos.
Dado que tengo el cargador del MacBook Pro M1, con una potencia de salida de hasta 67 W, probé a revivir la tablet para ver si el uso de dicho cargador aceleraba la carga. Y así fue: el iPad Pro 2022 alcanza los 39 W de entrada (medidos en el enchufe). Con los siguientes tiempos:
- 5 minutos de carga: 5 % de batería.
- 10 minutos de carga: 10 % de batería.
- 20 minutos de carga: 20 % de batería.
- 30 minutos de carga: 31 % de batería.
- 50 minutos de carga: 51 de batería.
- Total: 2 horas y 14 minutos.
Esperaba mayor autonomía de la tablet, tanto por la capacidad de la batería como por la supuesta optimización de iPadOS 16. La realidad es que no me ha resultado fiable como oficina móvil, uno de los puntos donde yo pensaba que sería más fuerte. Tener un enchufe cerca es recomendable a la hora de trabajar durante horas en un mismo sitio, también durante la reproducción multimedia o el acceso a juegos.
Software: el mejor iPadOS se queda corto en este iPad
Apple remarca las capacidades de software de la tablet con un «apps equiparables a las de un ordenador». Esta aseveración contrasta cuando me enfrenté a a dura realidad de llevar mi trabajo desde el MacBook Pro al iPad Pro: el flujo habitual se extendió en el tiempo sólo por las zancadillas del sistema. Y eso que mi trabajo no es exigente y que gran parte de él se encuentra en la nube.
iPadOS 16 funciona a las mil maravillas como sistema operativo de tablets, eso es indiscutible, pero naufraga cuando se le busca una experiencia pura de escritorio. Y eso es un problema para un dispositivo con la pantalla y potencia del iPad Pro 2022; problema que llevamos destacando durante las últimas generaciones y que Apple no se decide a resolver. La frontera entre rangos de dispositivo debe mantenerse a rajatabla, incluso aunque las arquitecturas de procesador las rompieran hace dos años.
Dejando de lado las críticas a lo que no es, veamos lo que sí ofrece la tablet en términos de software. iPadOS 2016 fluye a las mil maravillas, todo el sistema es responsable, los gestos de navegación hacen que moverse por las distintas secciones sea una delicia (requiere cierta práctica dominar todos los gestos) y el uso con el Magic Keyboard y su touchpad da el pego como portátil.
Dado que el dispositivo vino con la funda teclado, utilicé el Magic Keyboard a modo de portátil. Dejando de lado que no tiene software de escritorio, el uso como tal va realmente bien. Todo iPadOS se comporta como un escritorio, el círculo del cursor permite seleccionar cualquier icono ya que el propio sistema remarca el click con sólo acercar el puntero y el organizador visual de Stage Manager permite aprovechar las 12,9 pulgadas manteniendo las apps recientes a la izquierda para así aprovechar mejor la multitarea.
Doble ventana con dos apps, las aplicaciones flotantes que se ocultan en el lateral, salto entre apps deslizando el área inferior de la pantalla, Apple ha mejorado la mayor parte de susoftware preinstalado y, en general, tampoco es que el sistema cambie en exceso con respecto a la versión anterior: quien haya tenido un iPad no verá muchas cosas nuevas en este nuevo modelo. Y el que tenga un iPhone sabrá moverse por el iPad igual de bien, no en vano son prácticamente lo mismo.
Aparte de los dedos y del teclado, iPadOS 16 puede utilizarse perfectamente con el Apple Pencil (menos para el gesto inferior de volver al escritorio o a las últimas apps abiertas, eso sigue igual). La mayor novedad ya la comentaba antes en la sección de pantalla: al acercar el puntero del lápiz a la tablet ésta reacciona destacando el icono que queda justo en línea. Algo parecido a lo que ofrecían los Samsung Galaxy Note o el Samsung Galaxy S22 Ultra.
iPadOS supone un refresco en software con más opciones para compartir y colaborar, más fidelidad en aplicaciones de edición, mejor reescalado de las aplicaciones y avances notorios en la accesibilidad. Un buen refresco que deja muchas ganas de más.
Cámaras: buen hardware para una tablet, casi imposible de usar
Una tablet no es un móvil, ésta es una obviedad que atañe especialmente al apartado de la captura multimedia. Y eso que Apple no suele descuidar las cámaras de sus dispositivos de gran formato, el iPad Pro 2022 tiene muy buenas cámaras para lo que suele ser habitual en una tablet. Ahora bien, no me imagino a nadie haciendo fotos con semejante armatoste.
Las cámaras que monta la protagonista de esta review pueden resumirse con lo siguiente:
- Cámara principal trasera de 12 megapíxeles. Apertura f/1.8, sensor de 1/3 de pulgada, tamaño para cada píxel de 1,22 µm y autoenfoque dual pixel PDAF.
- Cámara gran angular de 10 megapíxeles. Apertura f/2.4 y campo de visión de 124 grados.
- Cámara LiDAR para capturar la profundidad de la escena.
- Cámara frontal de 12 megapíxeles. Apertura f/2.4 y campo de visión de 122º.
Como decía, hacer fotografías con la tablet es posible, incluso hacer buenas fotografías si la luz acompaña, pero resulta absurdo: no sólo es incómodo, también se corre notable riesgo de que los casi 1.500 euros de la versión básica acaben hechos añicos contra el suelo. Con otro añadido: hacer fotos en público con semejante dispositivo llama demasiado la atención de los amigos de lo ajeno.
Más allá de las incomodidades provocadas por las características físicas, el iPad Pro 2022 suele tomar buenas imágenes si las condiciones de luz son buenas. Captura cierto ruido y se aprecia falta de detalle con algo de zoom, sobre todo en media y baja iluminación. La cámara gran angular acusa especialmente estos problemas; sin que por ello deje de ofrecer una captura mucho amplia.
Las cámaras del iPad Pro 2022 están bastante más recortadas que las que ofrecen los iPhone, como es lógico. Apple incluye zoom digital hasta 5x (al máximo el ruido enturbia demasiado la imagen), dispone de modo retrato sólo en el frontal (la cámara delantera obtiene selfies que casi parecen acuarelas), iPadOS no ofrece modo noche (sí incluye disparo con flash), tiene temporizador de disparo de hasta 10 segundos, ofrece captura panorámica con desplazamiento y puede grabar tanto a cámara lenta (240 fps y 1080p) como en time lapse. La resolución máxima de vídeo llega hasta los 4K y 60 fps con la cámara trasera, tanto con el objetivo principal como con el gran angular.
La posición de la cámara frontal continúa en un mal sitio, tanto para hacer videollamadas como para los aventureros que deseen hacerse un selfie con una tablet de 12,9 pulgadas: el marco derecho no es el mejor lugar. Aun así, iPadOS 16 tiene un arma para mantener al sujeto siempre bien colocado en las videollamadas: el centrado automático. Gracias a la detección de rostros de la cámara, el sistema encuadra perfectamente el sujeto; ya esté la tablet en horizontal como en vertical. Aunque pierde mucho detalle por el camino al practicar el recorte sobre las dimensiones de la imagen obtenida por el sensor.
A continuación tienes una muestra de fotografías tomadas con el iPad Pro 2022. Si quieres acceder a las imágenes a resolución completa y sin editar, accede a este álbum de Google Fotos.
iPad Pro 2022 de 12,9 pulgadas, la opinión
La tablet sustituyó a mi iPad Pro de 11 pulgadas, también compaginé su uso con mi MacBook Pro M1 en las tareas habituales de trabajo y en el ocio, todo con resultados agridulces. Es una excelente tablet que podría ser mucho más si no le recortasen las alas artificalmente; incómoda sosteniéndola y usándola como pura tablet; recortada al intentar hacer uso de ella como dispositivo de escritorio gracias a la funda Magic Keyboard; con la sensación constante de “muy bien, pero…” que no debería tener un dispositivo que apunta a ser profesional y que cuesta más de 1.400 euros en su modelo más barato. Sin contar los accesorios, claro.
Tengo la impresión de que este modelo pro de 12,9 pulgadas está fuera de lugar, que no puede contentar ni a quien busca una tablet como ocio ni al que desea utilizarla para sustituir su portátil. Y eso que en ningún momento pueda decir que es un mal dispositivo, más bien al contrario: tiene una pantalla excelente, el sonido resulta exquisito, potencia suficiente como para aguantar años al máximo ritmo y la batería… Bueno, lo cierto es que este punto sí me parece bastante mejorable: ni el hardware ni el software colaboran en ofrecer una autonomía lo suficientemente holgada como para escaparse con el iPad Pro 2022 de sexta generación a un lugar sin enchufe.
Un dispositivo realmente profesional debería adaptarse al trabajo, no obligar a que el trabajo se adapte al dispositivo
Me parece mucha mejor opción el modelo Pro de 11 pulgadas. Incluso el iPad Air: no le encuentro sentido a las dimensiones exageradas cuando el uso diario se ve tan comprometido por sus características físicas. ¿Que la pantalla ha de ser lo más grande posible para tareas de edición multimedia? Entonces no hay mayor problema; siempre que el presupuesto alcance y haya apps adecuadas, claro.