Fuego arrasa la vegetación nativa del Azuay con tres incendios activos
Hoy domingo 9 de septiembre son cinco días que con bate-fuegos, palas, ramas y agua, unos ciento cincuenta socorristas se esfuerzan por controlar y apagar un devastador incendio forestal. Son unas 250 hectáreas de vegetación nativa, flora y fauna milenaria y centenaria, que han desaparecido por efecto de las llamas desde la noche del miércoles 5 de septiembre.
El fuego sigue activo, y avanza por las montañas de Girón, Santa Isabel y Nabón, al sur de Cuenca. El fenómeno se presenta el sector de Pichanillas, cerca del cantón Girón, donde la velocidad del viento de 15 kilómetros por hora y el sol incandescente, contribuyen a que la quema no pueda ser controlada, adujo un socorrista de bomberos de Cuenca, mientras se refrescaba con algo de agua, y aduciendo que existe mucho riesgo para el personal. “El fuego continúa devorando la vegetación” añadió el bombero algo agotado, exhausto y cansado.
En el sitio de encuentran bomberos de Girón, Santa Isabel, Cuenca, Nabón junto personal de guardia ciudadana, piquetes de militares y comuneros que han establecido su base de operaciones en la localidad de Trigopamba.
La mañana de este domingo 9 de septiembre, se anunció que un helicóptero de la Policía, dotado de un bambi – bucket para apoyar con el lanzamiento de agua desde el aire, se sumaría a las labores del combate al fuego.
Otros dos eventos similares, se registran desde el mediodía del viernes 7 de septiembre, al oeste de Cuenca, zonas de Quinsacocha y Cabuyal perteneciente a Molleturo. Son quemas ´pavorosas y devastadoras´, expresó Patricio Lucero, jefe de bomberos de Cuenca.
El calor es intenso, sofocante, zonas de acceso difícil y que pone en riesgo la vida de los socorristas con cada árbol que se prende, adujo Patricio Lucero señalando que se tratan de quemas lamentablemente por la acción de la mano del hombre que aún persiste en creer que el fuego atrae lluvias para facilitar los cultivos,
El Cuerpo de Bomberos efectuó un sobrevuelo en su ultraligero y captó imágenes en las que se aprecia columnas de humo y amplias zonas cubiertas de ceniza.
Efectos de las quemas vegetales
“Es el colchón donde en épocas de lluvia absorbe el agua y evita eventuales inundaciones” señala el técnico ambientalista Carlos Martínez. Explica que, por lo inaccesible a las algunas zonas, lamentablemente se tiene que esperar que el fuego de extinga de manera natural y luego que haber devastado todo. Para la recuperación de un bosque, deberá pasar cerca de cien años; es un proceso lento, anota el ambientalista.
La flora y la fauna, es muy difícil reestablecerse, son elementos nativos que con los incendios tienden a extinguirse.
La erosión de los terrenos y suelos son acelerados, toda vez que el fuego solo quema la superficie, sino que el calor afecta a las distintas capas convirtiendo en zonas desérticas y donde no es posible sembrar ni cultivar por muchos años. Desaparece también de forma irreversible el hábitat de especies silvestres.
En resumen, aduce que los incendios forestales interrumpen los ciclos naturales de los bosques y desaparecen espacies nativas dando paso a la proliferación de plantas invasoras.
Aumentan los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera que da lugar al cambio climático.
Sanción
El Código Integral Penal establece sanciones de uno a tres años a la persona que provoque incendios forestales.
Dato
Se analiza la posibilidad de construir zanjas rompe-fuegos para evitar el avance de las llamas a los sectores poblados.
Hasta la fecha y en lo que van del año 2018, unas 990 hectáreas de vegetación se han consumido por incendios forestales según el dato de cuerpo de bomberos. El año pasado, 2017, se cerró con una cifra de 1 mil 609,82 hectáreas desaparecidas.