La batalla por el mejor móvil plegable se ha intensificado en el último año. Exponentes como el OnePlus Open o el Samsung Galaxy Z Fold5 dejaban un mensaje claro en : los plegables por fin quieren ponerse a la altura de la gama alta tradicional. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

El Magic V2 es una apuesta por las especificaciones de primera línea y la ambición de convertirse en uno de los referentes de su segmento. He podido probarlo a fondo durante varias semanas y tengo bastante la posición que ocupa actualmente.

Diseño y experiencia: en el camino correcto

Cada vez que analizo un plegable, suelo enfocar el apartado del diseño en la propia experiencia que proporciona el mismo. El formato que escoja la marca determinará por completo la ergonomía, sensación en mano y funcionalidad tanto a una mano como con dos, por lo que es un aspecto clave a valorar.

La primera clave es el formato de su panel: 20:9. Como siempre suelo decir, los mejores móviles plegables son aquellos que, cuando están plegados, no parecen plegables. En otras palabras, hasta que no abrimos el Magic V2 la sensación es la de estar ante un teléfono convencional.

El peso está relativamente contenido y el grosor lo sitúa como el plegable más delgado hasta la fecha, bajando de los 10mm estando cerrado. No es un móvil compacto ni pequeño, con un alto de 15,6 centímetros. Pese a ello, es muy cómodo y se disfruta independientemente de cuántas manos usemos (si lo queremos usar con una mano, es fácil que se nos canse tras unos minutos de uso).

La calidad de construcción es más que notable, con aluminio en sus laterales, un cristal mate en la parte trasera que apenas se ensucia y materiales como el titanio empleados para ciertas partes internas de la bisagra. Según Honor, soporta más de 400.000 pliegues a lo largo de su vida útil.

Pese al buen hacer de la compañía en este aspecto, no es el plegable que más premium se siente. En este punto de excelencia los detalles que marcan la diferencia son mínimos (algunos de sus rivales curvan el marco para hacer el cierre aún más hermético) y difícilmente perceptibles en muchos casos. Este teléfono está indudablemente bien rematado, aún así.

Respecto a la arruga, no es la más marcada que hayamos visto, pero se nota bastante. Aquí la carrera por hacerla desaparecer está cada vez más competida, y echamos en falta un pequeño extra en discreción para este elemento de la discordia en teléfonos plegables. Como suelo apuntar en plegables tipo libro, más allá de lo estético, la arruga no molesta. Al estar en el centro del panel es bastante difícil que nuestro dedo acabe pasando por ella.

El panel externo de este dispositivo es una AMOLED de tipo LTPO con 6,43 pulgadas, resolución 2.376 x 1060 (Full HD) y compatibilidad con HDR10+. Es un panel de nivel, con un pico de brillo de 2.500 nits. Este dato hay que cogerlo con pinzas, ya que no se especifica el porcentaje exacto del panel que logra subir hasta esta cifra (suele ser inferior al 5%). Lo que puedo asegurar es que no hay problema alguno para visualizar este panel en exteriores. El ejercicio de colorimetría, ángulos de visión y balance de blancos es excelente.

La pantalla interior es de 7,92 pulgadas, también AMOLED de tipo LTPO y en este caso con un brillo pico de 1.600 nits. Es un panel de calidad, con un brillo más que suficiente para su uso bajo el sol, aunque aquí un pequeño extra no vendría mal.  Según Honor, el aprovechamiento frontal es del 88,5%. Los biseles son algo más gruesos respecto a algunos de sus principales rivales, un detalle a mejorar en próximas generaciones.

El PWM Dimming es especialmente destacable en ambos paneles, 3840Hz. Es uno de los más altos que he probado y es un punto clave para protegernos de la fatiga visual. En un terminal tan orientado al consumo de películas, es todo un acierto.

Sonido: un buen apartado multimedia

El doble altavoz estéreo del Honor Magic V2 suena con bastante contundencia, aunque la ecualización quizás es mejorable. El volumen máximo es alto, con algo de distorsión cuando superamos el 80%. Hay bastante equilibrio sobre todo en agudos y medios, con una ligera falta de graves.

Echamos en falta integración con Dolby Atmos, aunque si conectamos unos auriculares tendremos sonido envolvente panorámico potenciado por DTS y algunos modos de ecualización para personalizarlo a nuestro gusto.

Rendimiento: un misil (casi) a la última

El Honor Magic V2 cuenta con el mejor procesador que vimos en , el Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2. Pese a que estoy analizando este teléfono ahora, este teléfono tiene medio año de vida, por lo que cuenta con el pequeño hándicap de no incorporar la última plataforma de Qualcomm. No es algo que deba preocuparnos a nivel de rendimiento, aunque es una pequeña desventaja competitiva frente a los plegables que irán lanzándose en España este 2024.

En tareas tanto cotidianas como intensivas, el Honor Magic V2 se mueve con una gran agilidad, es un móvil bastante fluido y la propia optimización del software ayuda a tener un plus de sensación eléctrica.

Si hablamos de benchmarks, el throttling hace acto de presencia, aunque no llega a ser dramático. Cuando el teléfono alcanza cierta temperatura, tiene pequeños problemas para sostener el rendimiento durante varios minutos, por lo que opta por reducir los esfuerzos del procesador. En concreto, hablamos de una caída que ronda el 40% en 3D Mark (test de rendimiento sostenido en GPU) y tan solo un 20% en los test de estrés de la CPU. Buenas cifras para un plegable.

Biometría

La combinación en el apartado de la biometría es la habitual: lector de huellas ubicado en el botón de desbloqueo y sistema de reconocimiento facial a través de imagen 2D (cámara delantera). Respecto al lector de huellas, es rápido, discreto y preciso. No he tenido apenas errores, salvo alguna situación en la que tenía el dedo ligeramente húmedo.

No es tan eficaz el reconocimiento facial, algo lento y con algunos problemas de precisión cuando cae la luz. Tanto por seguridad como por funcionamiento, mi recomendación personal es la de apostar casi siempre por el desbloqueo mediante lector de huellas.

Software: un viejo conocido

En cuanto al software, nos encontramos ante MagicOS 7.2 basado en Android 13. Hubiese sido especialmente interesante un aterrizaje en territorio europeo con actualización a Android 14, aunque tengo la esperanza de que no tarde demasiado en actualizarse.

La ROM sigue la senda de lo que llevamos viendo durante años en Honor: estética algo asiática pero adaptada al mercado europeo, una carga de bloatware muy ligera (Booking, TikTok, Facebook y WPS Office, entre otras) y un cuidado de las animaciones especialmente destacable.

Estamos ante una ROM muy completa, más inspirada en iOS que el Material You de Google, pero bien resuelta. Hay opciones interesantes relacionadas con el formato plegable, como las de poder adaptar el formato de las apps a pantalla completa, abrir apps en ventanas o un modo flotante para utilizar el teléfono con la pantalla a 90 grados de inclinación.

También hay funciones interesantes como Honor Connect, para interconectar dispositivos del ecosistema Honor, apps gemelas para duplicar apps y usar varias cuentas, o integraciones como la IA en llamadas para mejorar la calidad de las mismas. Una apuesta por las opciones propias para diferenciarse del resto.

Volumen se adapta automáticamente en las llamadas según el entorno. Reduce el ruido de fondo para que se oiga mejor.

Autonomía: sensaciones encontradas

El consumo de este Honor Magic V2 ha sido algo más elevado de la cuenta, sobre todo en reposo. Esto último ha marcado que los tiempos de pantalla no sean especialmente altos, y es que tanto en WiFi como en redes 5G he tenido un drenaje relativamente alto: sobre un 3% de consumo por hora sin tocar el teléfono.

En uso medio-alto he acariciado las seis horas de pantalla en ciclos con bastante 5G, aunque uso mayoritario en interiores. Esto se traduce en unas siete horas de pantalla en ciclos íntegros bajo red WiFi y poco más de cuatro horas si abusamos de 5G y uso en exteriores. Es un teléfono que aguanta la jornada de uso, pero si el día va a ser intenso, conviene tener el cargador cerca.

Un punto a favor de la batería de este teléfono, es que no es la clásica ion-litio con ánodos de grafito que acostumbramos a ver. Honor se ha adelantado a la industria implementando una batería de Silicio-Carbono. Este tipo de baterías son el siguiente salto, y cuentan con un ánodo de silicio y otro de carbono. El objetivo es almacenar una mayor cantidad de iones de litio en el mismo espacio, logrando sobre el papel almacenar una mayor cantidad de energía.

El terminal es joven y acaba de llegar al mercado, por lo que estoy bastante convencido de que futuras actualizaciones ayudarán a mejorar las cifras de autonomía.

Respecto a la carga, tenemos un sistema de 66W. Para este he utilizado el cargador original del dispositivo, incluido en la caja. Bajo mis pruebas, se ha cargado desde el 0 al 100% en 57 minutos, una cifra más que suficiente ya que en poco más de 20 minutos tenemos el 50% listo en caso de emergencia.

Cámara: la asignatura pendiente

Encontrar un plegable con una cámara sobresaliente no es sencillo. Pocos han sido los exponentes que han logrado brillar en este aspecto, y el Honor Magic V2 se enfrenta al reto de demostrar que un plegable no tiene por qué quedar atrás en cámara. Sus argumentos son sólidos:

• Cámara principal de 50 megapíxeles, f/1.9 y autoenfoque láser, OIS.
• Cámara teleobjetivo de 20 megapíxeles, f/2.4, zoom óptico 2,5x equivalente a 62, OIS.
• Cámara ultra gran angular de 50 megapíxeles, f/2.0, 13mm.
• Cámara frontal 16 megapíxeles (pantalla interior).
• Cámara frontal 16 megapíxeles (pantalla exterior).

Un sistema bastante completo en el que, como fotógrafo, lo único que me choca a priori es la distancia del teleobjetivo. 2.5x es un zoom tanto corto como poco habitual, y es que disparar a 62mm no suele ser tan satisfactorio como hacerlo en 69/70mm (3x). Pero antes de hablar de resultados, conozcamos la aplicación de cámara.

La app de cámara de Honor es una vieja conocida. Son buenas y no tan buenas noticias. En el lado positivo, destaco que la aplicación es bastante completa: tiene todos los modos necesarios, distintos filtros, modo profesional, estabilización, etc. Es una app intuitiva y que dispara bastante rápido, por lo que a nivel de usabilidad no hay menor problema.

Las pegas están en los detalles. A nivel de interfaz pide un refresco, ya que el UI está algo desactualizado. El menú de ajustes recuerda al de los antiguos Huawei/Honor hace cinco años, y no se adapta a la estética plana que tan democratizada está tanto en iOS como en Android. Tampoco tenemos integración con Google Lens ni lectura automática de códigos QR, tenemos que apostar por Honor Lens, queramos o no.

Durante el día, la cámara del Honor Magic V2 destaca principalmente por el buen trabajo que hace en rango dinámico. Me ha gustado mucho cómo trabaja el HDR, con cielos completamente controlados y sombras levantadas, pero sin ese look de sobreprocesamiento de zonas oscuras del que pecan algunos rivales.

Es, también, una cámara muy constante: no hay fotografías que se procesen de forma distinta dependiendo de las condiciones lumínicas de la escena. Esta es la mejor forma de confiar en una cámara, saber que siempre va a hacer una fotografía  que se corresponde a lo esperado.

La prueba de fuego para cualquier móvil de gama alta es el recorte de la imagen, la ampliación. El Honor Magic V2 repite el principal pecado que le vi al Magic5 Pro: la falta de detalle. La cámara, en su empeño por reducir el ruido, acaba lavando la imagen y acabando con el detalle natural de la misma.

Se aprecia a la perfección cómo las texturas quedan diluidas por los algoritmos de reducción de ruido, y cómo se desvanece la naturalidad de la fotografía conforme vamos ampliando, incluso en escenas de buena luminosidad. Honor tiene un músculo reseñable en hardware, tan solo falta pulir el software para que los resultados brillen.

El ultra gran angular no procesa exactamente igual que el sensor principal, un pequeño punto a penalizar. La sobresaturación del cielo en este ejemplo es bastante evidente, y el trabajo con las sombras es menos agresivo, al ser un sensor que capta menos luz. La pérdida de calidad no es excesiva al ampliar.

Respecto al zoom, los resultados son más que dignos. El 2.5x es más oscuro que el 1x, pero añade esa versatilidad de contar con un teleobjetivo. El procesado es más natural que lo visto en el ultra gran angular. De hecho, incluso si ampliamos hasta x10 de forma digital partiendo del teleobjetivo 2,5x, podrás apreciar que la cantidad de detalle no está nada mal.

El modo retrato tiene bastante margen de mejora. El mapa de segmentación lo tiene algo complicado para distinguir entre zonas. Por ejemplo, en esta fotografía, tan solo ha difuminado la parte superior, dejando las hojas a medio introducir en el mapa. Tampoco es brillante en detalle y hay una cierta tendencia hacia el magenta.

En fotografía nocturna tenemos imágenes en la tónica de lo visto de día. Si no ampliamos, los resultados son más que aceptables. El rango dinámico no es tan alto, pero de noche no pido que se procese mucho más. No es necesario activar el modo noche, ya que capta bastante luminosidad.

El selfie es correcto, con una calidad más cercana a lo que encontraríamos en un teléfono de gama media. Es una cámara bastante luminosa, y en este caso no encontramos un extra de saturación: los colores son más apagados y reflejan de forma más realista lo que vemos con nuestros ojos.

Vídeo

La grabación de vídeo nos permite grabar hasta 4K 60 FPS, sin posibilidad de 8K. El vídeo está bien estabilizado, pero el procesado es bastante agresivo sobre todo en lo relativo a la reducción de ruido. También hay un ligero boost con el color que hace que esté más saturado de la cuenta.

Honor Magic V2, la opinión de elyex

El Honor Magic V2 es un teléfono que roza el sobresaliente, pero que se ve perjudicado por salir al mercado europeo seis meses después de haberse presentado en China. Medio año es bastante cuando hablamos de tecnología, y los nuevos referentes llegan con pantallas más brillantes, pliegues menos marcados y sensores de cámara más ambiciosos. El precio de partida, casi 2.000 euros, es un importante hándicap, no obstante.

Este es un teléfono que se disfruta, con un rendimiento de nivel y un equilibrio general envidiable. La calidad de construcción sobresale y, pese a no tener el último hardware, poco más se echa en falta. A mejorar claramente: un apartado fotográfico que necesita algo más de ambición, una autonomía que nos puede hacer pasar un apuro en jornadas intensas y quizá vamos echando en falta que Honor adapte aún más su ROM a Europa con algo más de limpieza y una estética que beba del Material You de Google.