Honor 200 Pro análisis review con características precio y especificaciones
Honor supo cómo brillar en la gama súper alta con su Magic6 Pro, pero hay un segmento con un precio algo más ajustado en el que ofrecer lo mejor de lo mejor también es clave. El Honor 200 Pro es prueba de ello, una evolución natural del 100 Pro, modelo que no aterrizó en España el año pasado. La familia se vuelve ahora internacional, incluyendo los Honor 200 Lite, Honor 200 y al buque insignia, el 200 Pro. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.
He podido probar este teléfono en profundidad, y tengo bastante claro lo que ofrece, en qué destaca y cuáles son los puntos a mejorar. El pequeño spoiler que puedo hacer es claro: este es uno de los móviles de Honor más equilibrados hasta el momento.
Ficha técnica del Honor 200 Pro
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Diseño, pantalla y sonido: la originalidad por bandera
El diseño del Honor 200 Pro es… peculiar. El módulo de cámara choca bastante, al tener un a forma a la que no estamos acostumbrados. Es una suerte de óvalo bastante llamativo, y sobresale bastante del cuerpo del terminal.
Respecto al acabado, mi unidad está rematada en un azul cielo bastante bonito, aunque no termina de convencerme el patrón de la pintura. En lugar de ser completamente mate o glossy, tiene unas finas líneas que “imitan el movimiento de las olas de mar”. Es algo que le da personalidad, pero en lo particular me suelen convencer diseños menos desenfadados en móviles de gama alta.
El último punto negativo es que los biseles del teléfono están fabricados en plástico, una decisión que cuesta justificar en un teléfono que cuesta 799 euros. Sí que me ha gustado que en su parte superior e inferior los cantos sean planos (ojalá lo fueran también en los laterales) y, en definitiva, aunque es un móvil muy particular, está bien acabado.
Si le damos la vuelta al dispositivo, estamos ante unos biseles bien aprovechados. La perforación es doble, ya que este teléfono tiene una cámara selfie y una segunda cámara para medir profundidad de campo en el retrato. Me gusta bastante cómo queda el frontal, quizás porque estoy algo agotado de frontales clónicos con cámaras circulares en el centro.
A nivel de resistencia no he tenido la suerte de golpear el teléfono, aunque sí recomiendo ponerle una funda para no dañar el cristal trasero. El teléfono llega con protección IP55 contra agua y salpicaduras, y no es recomendable sumergirlo en ningún caso.
Si hablamos de la pantalla, estamos ante un enorme panel de 6,78 pulgadas, OLED, con un brillo pico de 4.000 nits. Honor no especifica en qué proporción de la pantalla se activa esta cantidad de nits, pero puedo garantizar que el brillo HBM no es de los más altos del mercado (en Magic6 Pro
Fotografiar esta pantalla a plena luz es un buen test: me ha faltado un poco de brillo máximo en exteriores. La pantalla se ve bien y no tendremos problema para disfrutar en exteriores de sus contenidos, pero pese a la promesa de los 4.000 nits, no es de los paneles más brillantes que he probado.
El dato que sí me enamora es el del PWW Dimming, la frecuencia de atenuación del panel. Hablamos de 3.480Hz, lo cual garantiza que la fatiga visual será menor que la que solemos encontrar en teléfonos de la competencia. Del mismo modo, este panel emite (según Honor) menos luz que sus principales rivales.
Me ha gustado especialmente el hincapié de Honor desde los propios de ajustes a la hora de explicar cómo funcionan los modos cálidos del panel y el PWM Dimming, algo que no hace a día de hoy ningún otro rival. A nivel de calibración los resultados son más que decentes. Es un panel vívido y quizás algo frío de fábrica. Desde los ajustes podemos cambiar tanto el modo de representación de color como la temperatura de los mismos.
Lo que no me convence, como siempre en este tipo de pantallas, son las curvas. La hermana de Honor, Huawei, está experimentando nuevos formatos en modelos como el Pura 70 Ultra: modelos que tienen ligera curvatura en el marco, pero sin llegar a la tradicional estética de este teléfono.
La pantalla es bastante curva y esto genera una consecuencia inevitable en manos grandes: toques fantasma. Por ejemplo, cuando abrimos la cámara, el sistema detecta que estoy pulsando la pantalla (cuando tan solo la estoy sosteniendo). Esto hace que, en algunas ocasiones, falle el obturador o el swipe para cambiar de modos. Es algo que me sucede en todos y cada uno de los teléfonos con pantalla curva.
Del mismo modo, de cara a la propia seguridad de la pantalla, es mucho más fácil que se rompa tras una caída ya que lo que contactará con el suelo en caso de caída lateral será la propia pantalla, no el bisel.
Cerrando con el apartado del sonido, Honor ha hecho bien los deberes, aunque hay puntos a mejorar. La tecnología es propia, Honor Histen, tanto para el estéreo como para sonido espacial (este último no me ha convencido demasiado).
Con auriculares el sonido es excelente, y contamos con un ecualizador multibanda con opción de bass booster. Esto último me ha gustado especialmente, ya que no son pocos los auriculares a los que les faltan graves y tan solo con configurar las frecuencias bajas no suele ser suficiente.
Respecto a la salida de audio, es contundente, aunque echo en falta algo de graves. También hay bastante distorsión en los rangos más altos de volumen y, en general, la presencia de agudos es demasiado alta.
Rendimiento, software y autonomía
El Honor 200 Pro cuenta con uno de mis procesadores preferidos en 2024: el Qualcomm Snapdragon 8s Gen 3. Este procesador es una maravilla con un objetivo: traer el rendimiento en CPU del Snapdragon 8 Gen 3 (salvando que la velocidad de reloj de este es un pelín más alta) a teléfonos que no tienen un precio disparatado.
El único sacrificio es una GPU algo más lenta que la del Snapdragon 8 Gen 2 pero, tras estas semanas de uso, te puedo garantizar que no tendrás el menor problema en juegos con este teléfono. El 200 Pro es un teléfono rápido, fluido y con un rendimiento envidiable. La unidad que he probado cuenta con 12 GB de RAM físicos y otros 12 GB de RAM virtuales activos por defecto, cifras más que suficientes para mover absolutamente cualquier app o archivo.
Para rematar el rendimiento bruto, contar que el teléfono tiene una cámara de vapor de gran tamaño, para disipar el calor en condiciones de uso extremo. He de decir que no se ha calentado lo más mínimo en jornadas con bastante juego.
También es destacable la implementación del chip Honor C1 RF , el mismo con el que cuenta el Honor Magic6 Pro. Este es un chip de radiofrecuencia orientado a mejorar la conectividad de red y cobertura en zonas de mala conexión. Es algo que, por suerte, casi siempre noto en teléfonos de Honor y Huawei: suelen tener mejor cobertura que sus rivales.
En lo que respecta al rendimiento biométrico, tenemos la dupla clásica: lector de huellas bajo la pantalla y reconocimiento facial 2D. Este último funciona muy rápido, siempre y cuando haya condiciones de buena luminosidad.
El lector no ha sido tan preciso como esperaba: es rápido, pero si no ubicas el dedo a la perfección no funciona. Además, está ubicado bastante bajo, algo que en un móvil de más de 16cm obliga a desplazar el pulgar de manera algo forzada.
Respecto al software, tenemos MagicOS 14 basado en Android 14. Aunque la ROM es hermana gemela de EMUI, aquí hay Servicios de Google y mucho, mucho menos bloatware. Hay algunas apps preinstaladas como Facebook, Netflix, Trip.com y demás, pero nada especialmente molesto ni instalado a nivel de sistema.
La ROM, en comparación con sus rivales, es de las que más amor necesita. A nivel UX, la interfaz luce algo antigua. Tenemos centro de control y panel de notificaciones al estilo iOS, pero los iconos, los temas… no hay ni rastro de Material You.
Cada fabricante aporta su toque propio a AOSP y lo interpreta como quiere, pero no hay implementada ninguna de las mejoras a nivel de estética que llevamos disfrutando en otras capas desde que Android mejoró su lenguaje de diseño con You.
Sí que hay bastantes apps nativas de calidad: notas, gestor de archivos propio, app de seguridad, galería… No son soluciones que en lo personal sustituiría por los servicios de Google (Files, Google Fotos, etc.), pero siempre es bueno contar con alternativas.
Al igual que vimos en el Magic6 Pro, este teléfono llega con una característica curiosa de software: la Cápsula Mágica. Es una alternativa a la Isla Dinámica de Apple, y se activa durante llamadas o reproducción de sonido. No esperes una integración profunda de IA ya que, por el momento, no la hay. Tras el lanzamiento en España podremos disfrutar de Magic Portal, el modelo LLM de Honor.
Por último, comentar que no he podido medir el tiempo de pantalla con precisión en mi unidad, ya que la versión no es la final europea. Pese a ello, el teléfono dura más de un día intensivo sin problema alguno. Si a esto le sumamos que la carga de 100W permite obtener el 100% en 40 minutos, la combinación es brutal.
Indicar asimismo que la batería de este teléfono es de silicio-carbono, una tecnología que promete mayor longevidad y seguridad respecto a las clásicas de ion-litio.
Cámara: un músculo que saca sonrisas
Aunque este teléfono no sea, por definición, un súper gama alta, sus cámaras apuntan al terreno más alto. De hecho, el sensor principal es el mismo que vimos en el Honor Magic6 Pro. En concreto, así queda la configuración de cámaras de este teléfono.
- Cámara principal: 50 megapíxeles, sensor H900 de 1,3”. OIS, f/1.9
- Cámara teleobjetivo: 50 megapíxeles, sensor Sony IMX856. OIS, zoom 2.5x, f/2.4
- Cámara ultra gran angular: 12 megapíxeles.
- Cámara selfie de 50 megapíxeles, f/2.1.
Sobre la app de cámara pasaré rápido, ya que no hay apenas novedades respecto a otros teléfonos de Honor. Como siempre comento en teléfonos de Honor y Huawei: esta interfaz también necesita una evolución. El menú de ajustes es prácticamente idéntico respecto al de versiones de MagicOS/EMUI hace 4/5 años.
La interfaz principal sí es algo más moderna, con animaciones cuidadas y todos los modos necesarios. Eso sí, no hay integración con Google Lens, ya que se integra Honor Lens por defecto para leer códigos QR.
La gran novedad de este modelo viene en los estilos de disparo. En el caso de Honor, podemos escoger entre ‘Vibrant’ (modo por defecto), ‘Natural’ y ‘Authentic’. He disparado la mayoría de fotografías de este análisis en el modo predeterminado, pero hago el pequeño spoiler de que el modo ‘natural’ es el ideal para los amantes del fotorealismo.
Fotografías con la cámara principal
Hablemos de los resultados que he obtenido con esta cámara. Para bien y para mal, me recuerdan bastante a los del Honor Magic6 Pro. Es una cámara que genera un efecto wow importante. El HDR es brutal, con un rango dinámico excelente sin ningún tipo de quemado y con unas sombras levantadas, aunque no excesivas.
De hecho, sin ampliar, esta cámara es bastante similar en procesado a lo que Google hace con modelos como el Pixel 8. Esto tiene una consecuencia inevitable: las fotografías están más procesadas de la cuenta. Es algo que noto principalmente en dos aspectos.
El primero es el color: las fotografías tienen más saturación de la cuenta en amarillos, verdes y azules. Es un toque punchy de color que gustará bastante a los usuarios medios, y que nos puede hacer arquear las cejas a los amantes de la fotografía más natural. Por suerte esto tiene solución: disparar en modo natural.
El modo ‘vibrant’ satura ligeramente las imágenes, es una diferencia prácticamente inapreciable para el ojo poco entrenado, pero si te fijas sobre todo en el edificio central, apreciarás que apenas hay carga de tonos naranjas. El modo ‘Authentic’ es el que menos me ha gustado. Es, con diferencia, el que más satura, además de apagar mucho las sombras para dar un look con más contraste.
Al ampliar, como me pasó con el Magic6 Pro, los resultados no me convencen tanto. Esto se debe a la segunda razón por la que el sobreprocesado no suele ser positivo: hay bastante sharpening. En otras palabras, pese a que el sensor es capaz de capturar detalle de sobra, el software se encarga de forzar los contornos de la imagen para que parezca que aún hay más.
En escenas nocturnas, queramos o no, la obturación es algo más lenta para conseguir algo más de luz. Aquí se nota la caída en calidad respecto a la fotografía diurna, pero los resultados son más que dignos. Los algoritmos de reducción de ruido están presentes, pero no son demasiado agresivos.
Pese a esto, la cámara del Honor 200 Pro me ha gustado y sorprendido a partes iguales. Es una cámara principal de móvil de gama alta, con procesado de gama alta. Suelo encontrarme en este rango de precio cámaras son sensores bastante musculosos, pero con una filosofía clara de reservar el procesamiento de mayor calidad para los modelos superiores.
Zoom y gran angular
Respecto al zoom, contamos con un teleobjetivo de 2.5x aumentos. Es una distancia focal por la que suele apostar Honor, equivalente a unos 68mm. Una distancia un poco «rara» que puede quedarse un poco larga para algunos retratos y un poco corta si queremos un zoom potente. De forma digital llega hasta 50x, pero pasar de 2.5x es perder bastante calidad.
El sensor teleobjetivo me ha parecido más que correcto. El procesado es muy consistente respecto al sensor principal (con lo bueno y lo malo que esto conlleva), por lo que tendremos fotografías ricas en rango dinámico y con ese toque extra de color.
En el ultra gran angular sí se notan los recortes y, aunque el HDR es bueno, aquí se aprecia bastante que el sensor es más justito. Aquí hay menor rango dinámico, los colores están aún más distorsionados y, aunque el aporte de una lente más angular siempre es bien recibido, tendremos que escoger sabiamente cuándo usamos esta cámara.
Retrato
Honor ha puesto especial hincapié en el modo retrato de su 200 Pro. Afirman haber afinado los algoritmos en colaboración con Harcourt, un importante estudio fotográfico francés para ofrecer una de las mejores propuestas del mercado y lo han conseguido, aunque no de la forma más consistente.
Podremos disparar en modo normal, y en tres modos Harcourt (Vibrant, Harcourt y B/W). El más recomendable es el normal, bajo mi punto de vista, pero el resto añaden un toque bastante artístico.
Fotografiar personas de piel oscura (servidor) ha sido históricamente un reto para los móviles.
Google presentó Real Tone en sus Pixel para solucionarlo, Apple lleva haciéndolo bastante bien desde hace bastante generaciones, y Huawei puso el foco en esta problemática en el desarrollo de su Pura 70 Ultra. Con el 200 Pro, Honor quiere seguir la estela de los grandes.
El problema que me encontrado tiene que ver, precisamente, con la IA y el procesado por zonas. En este retrato pasa algo muy curioso: el color de mis brazos está perfectamente representado, pero la cara es más cálida de la cuenta. Es una clara evidencia de cómo los teléfonos actuales analizan distintos elementos de la imagen y aplican distintos valores según decisiones algo subjetivas.
Más adelante verás que en exactamente la misma zona y a la misma hora, la cámara selfie no ha tomado esta decisión, mostrando mi color de piel con mucha más precisión.
Si se lo ponemos más fácil con el bueno de Andy (ningún móvil tiene algoritmos para corregir caras verdes), vemos que los resultados son brutales. Me gusta mucho el bokeh de esta fotografía, de hecho, es de los mejores que he visto nunca. La separación sujeto fondo es muy buena (hay móviles que sufren horrores con las pequeñas antenas) y, al no ser una persona, no hay decisiones de IA que puedan enturbiar el resultado.
Selfie
El selfie de este Honor 200 Pro está bastante bien resuelto. Pese a los 50 megapíxeles no es el más nítido que hay visto, pero sí que se procesa de una forma mucho más natural que la vista en la cámara principal. Aquí puedes apreciar cómo el tono de piel es más fiel y no tan cálido, así como cierta naturalidad extra al no tener tanta carga de procesado.
Vídeo
El vídeo es uno de los puntos que menos me ha gustado en este Honor 200 Pro. El sensor es musculoso, pero el resultado final desentona un poco. La estabilización es muy artificial, los colores están algo subidos y, en general, aunque tengamos 4K 60p el resultado está un pequeño paso por detrás respecto a los mejores exponentes en la gama alta.