Gmail usa tus correos para entrenar IA

Gmail usa tus correos para entrenar IA qué está pasando y cómo desactivarlo

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La polémica ha saltado a raíz de avisos en redes que alertan de que Gmail podría usar el contenido de tus correos y adjuntos para alimentar funciones de inteligencia artificial. La inquietud no es menor: muchas personas gestionan información sensible en su bandeja de entrada y no quieren que se procese para estos fines.

Según publicaciones virales y coberturas de medios tecnológicos, Google habría desplegado en Gmail y otras apps de Workspace capacidades de Gemini como resúmenes, redacción asistida o gestión más ágil del correo. El debate se centra en si estas funciones vienen activadas y si su uso implica que la IA se entrene con tus mensajes privados salvo que lo desactives manualmente.

 

Qué está ocurriendo con Gmail y Gemini

Varios artículos especializados (Malwarebytes, Forbes, The Verge) señalan que las funciones inteligentes de Google aprovechan contenido real del correo para mejorar la experiencia y la precisión de sus modelos dentro de Workspace. A la vez, un hilo muy compartido en X del usuario Dave Jones mostró capturas de configuración avisando de que conviene desactivar dos opciones si no quieres que se usen tus datos con fines de entrenamiento.

La práctica no es del todo nueva: las llamadas «Funciones inteligentes» existen desde hace años y sustentan la clasificación por pestañas, respuestas sugeridas o Redacción inteligente. La novedad es la integración de Gemini, que suma resúmenes, borradores y otras capacidades basadas en IA, reavivando dudas sobre el alcance del procesamiento de datos en Gmail, Chat, Meet y Drive.

En paralelo, Google mantiene que ofrece controles claros y que el usuario puede optar por no participar. Ese «opt-out», sin embargo, requiere tocar ajustes en dos secciones, lo que ha contribuido a la confusión: muchos no recuerdan haber dado permisos cuando activaron funciones antiguas hace una década.

El resultado es una percepción extendida de que, si no cambias nada, parte del contenido de tu correo y adjuntos puede emplearse para alimentar capacidades de IA que trabajan sobre Workspace, con el objetivo declarado de mejorar la productividad (resúmenes, sugerencias, organización del buzón).

Para usuarios y empresas que tratan datos confidenciales, esto no es un detalle menor: conviene revisar la configuración y valorar si estas funciones encajan con tus políticas internas de privacidad.

 

¿Usa Google tus correos para entrenar IA?

La información publicada por medios y la propia documentación de Google indica que, con las funciones inteligentes activadas, el sistema puede analizar correos y adjuntos para habilitar servicios inteligentes y mejorar su funcionamiento. Así lo enmarcan reportes que mencionan a Gemini como pieza central en el ecosistema de Workspace.

Ahora bien, Google afirma que no emplea datos de Workspace para entrenar o mejorar los grandes modelos de IA generativa que impulsan sistemas fuera de Workspace (como búsquedas generales) sin permiso expreso. Esa matización ha generado un choque de percepciones: para algunos, el entrenamiento «interno» de las funciones de Gmail ya es problemático; para otros, el límite entre mejora de producto y entrenamiento de modelos no siempre queda cristalino.

En la práctica, el mensaje más repetido por expertos en seguridad y privacidad es sencillo: si no quieres que tu correo contribuya a esas capacidades, desactiva las funciones inteligentes en los dos lugares pertinentes. Y, si gestionas datos sensibles, revisa políticas y acuerdos de confidencialidad asociados a tu organización.

 

Implicaciones legales en España y la UE

En el marco del RGPD, el tratamiento de datos personales exige una base jurídica válida (consentimiento, contrato, interés legítimo, etc.), información transparente y controles efectivos para el usuario. Si bien Google ofrece opciones de desactivación, el hecho de que muchos usuarios no identifiquen claramente el permiso dado en el pasado puede elevar el riesgo de falta de transparencia.

Para empresas en España y Europa, especialmente pymes y startups, conviene auditar qué tipo de datos circulan por Gmail y Drive, y definir criterios de uso de funciones inteligentes. La AEPD y otras autoridades de protección de datos europeas suelen observar con lupa la minimización de datos y la claridad del consentimiento, por lo que la configuración por defecto podría requerir evaluación.

Si tu organización maneja categorías especiales de datos o información bajo NDA, considera políticas internas que limiten o apaguen estas funciones, además de formación al equipo y revisiones periódicas de cambios en términos y avisos de privacidad.

 

Cómo desactivar las funciones que alimentan el entrenamiento

Para evitar que tus correos y adjuntos se utilicen con fines de mejora de las funciones inteligentes, debes modificar dos ajustes en tu cuenta. El proceso es rápido si sabes dónde mirar.

  • En Gmail (web): entra en Configuración (icono de rueda) > Ver toda la configuración > pestaña General. Busca «Activar funciones inteligentes en Gmail, Chat y Meet» y desmárcalo. Pulsa en Guardar cambios.
  • En tu Cuenta de Google: ve a Datos y privacidad > Ajustes de funciones inteligentes de Google Workspace. Desactiva las opciones relacionadas con funciones inteligentes en Workspace y también las que aplican a otros productos de Google.
  • Comprueba periódicamente si hay cambios en la política o nuevos interruptores. Las opciones pueden actualizarse con el tiempo y conviene revisarlas cada cierto tiempo.

Google separa las funciones inteligentes de Workspace de las funciones inteligentes en otros productos, por lo que debes desactivar ambas para cortar totalmente el uso de tus datos con estos fines.

 

Qué pierdes al desactivar las funciones inteligentes

Al apagar estas opciones, se reducen utilidades como respuestas sugeridas, redacción asistida o resúmenes automáticos. También puede cambiar cómo accedes a categorías clásicas del buzón: la clasificación sigue existiendo, pero puede que ahora la consultes más desde el menú lateral de Gmail que desde pestañas visibles en la parte superior.

En cualquier caso, el correo llega igual y los mensajes no desaparecen: simplemente renuncias a algunos atajos que aceleran la gestión diaria. Si determinada tarea te compensa, puedes volver a activar selectivamente la función concreta que necesitas, valorando el equilibrio entre productividad y privacidad.

El debate no va a cerrarse pronto: grandes proveedores aceleran la IA con datos reales para afinar su utilidad, mientras usuarios y empresas europeas exigen controles claros y transparencia. Si te preocupa la privacidad, la medida más efectiva sigue siendo ajustar la configuración y formar a tu equipo en buenas prácticas.