Al renunciar a la presidencia del Deportivo Quito, el pasado 17 de octubre, Santiago Ribadeneira dijo que Luis Chiriboga, titular de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), era el responsable, tal como lo aseguró antes otro mandatario chulla, Esteban Pacheco.

Ribadeneira indicó que Chiriboga intentó comprometerlo para que vote por su reelección en enero del 2015 a cambio de ayuda económica para el club; mientras, en una entrevista en el diario capitalino La Hora, Pacheco dijo el lunes pasado que el presidente de la FEF se aferra al cargo “por dinero”.

“Habría querido seguir en el D. Quito. Lo que me hicieron por parte de la Federación fue vergonzoso. Chiriboga ayuda al que está en onda con sus intereses y destruye al que no se alinea”, dijo quien encabezó a los azulgranas hasta julio pasado.

Según Pacheco, Chiriboga desea seguir “a como dé lugar” en la Ecuafútbol, porque “hay intereses muy grandes”, como los “$ 10.000 que le llegan de la Conmebol” cada mes.

Además, Pacheco declaró: “Este fulano (Chiriboga) tiene un ejército de esbirros que responden a sus intereses porque los mantiene felices con la entrega de dinero” y que “más que un interés por normar (al balompié nacional) hay (en el titular de la FEF) un interés por mantenerse en la dirigencia”.

Reprochó que Chiriboga asegure que no hay crisis en el fútbol, pese a la huelga, los salarios atrasados en la mayoría de los equipos y lo cerca que estuvo D. Quito de perder la categoría.

Para el exdirectivo chulla, los problemas económicos se iniciaron cuando se clasificó al primer Mundial (Japón-Corea 2002). “Lejos de suponer eso una enseñanza para mejores prácticas dentro de la actividad deportiva, nos hizo pensar que ya lo habíamos conseguido todo. Clubes como el D. Quito comenzaron a buscar la meta de ser campeones cueste lo que cueste y la FEF, lejos de ser un ente regulador, se volvió un ente acaparador”, denunció.